Rusia apoya a los Ortega-Murillo para reprimir a su pueblo

En los últimos años, Nicaragua intensificó la represión bajo la dictadura de los Ortega-Murillo. Un aspecto clave de este dominio es la colaboración con el Centro de Capacitación del Ministerio del Interior de Rusia en Managua (RTC), que es fundamental en la persecución de las voces críticas del régimen, refiere el diario español El País.

Eliseo Núñez, exdiputado opositor nicaragüense que se encuentra exiliado en Costa Rica, dijo a Diálogo el 10 de junio que “durante la represión de 2018, fueron fotografiados jefes y escuadras antimotines con aspecto extranjero, incluyendo agentes rusos de tez muy blanca y mayor corpulencia, identificables por sus uniformes y botas distintas a las de la PNN [Policía Nacional de Nicaragua]”.

El RTC opera en Nicaragua desde 2017, entrenando agentes nicaragüenses con el “manual de opresión del gobierno autoritario ruso”, señaló el 15 de mayo un comunicado del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Además de capacitar a la PNN, el Ministerio ruso ofrece cursos especializados a otros países de la región.

Como parte de la alianza entre Managua y Moscú, los funcionarios rusos en el RTC instruyen a los miembros de la PNN en brutales tácticas represivas. Estos entrenamientos son medulares, para que la policía realice acciones de represión y persecución tiránica contra el pueblo nicaragüense, informa el comunicado.

Asimismo, detalla que el RTC apoya a la PNN a mantener un ciclo de opresión violenta en el país, participando en ejecuciones extrajudiciales, uso de munición real contra protestas pacíficas y participación en escuadrones de la muerte, perpetuado un estado de terror y represión.

Modelo represivo

El modelo de represión en Nicaragua consta de dos partes. Primero la parte legislativa: en 2020 se aprobaron varias leyes similares a las leyes rusas. Estas incluyen la ley de agentes extranjeros, la ley de ciberdelitos y la ley de traición a la patria. Estos decretos, conocidos como el “combo de leyes”, son utilizados para capturar a los opositores, dijo Núñez.

Segundo, estas leyes forman parte del “manual de represión ruso” adaptado al contexto nicaragüense, abundó. Aunque adaptadas a la realidad local, las leyes en Nicaragua son más estrictas. A diferencia de Rusia, donde aún es posible algún tipo de manifestación, en Nicaragua se eliminó completamente esta posibilidad.

“Los Ortega-Murillo están creando una red de complicidad con militares y policías, siguiendo el manual de represión ruso que incluye intervenciones, métodos de represión, control de comunicaciones y el uso de mecanismos antilavado de dinero para reprimir,” expresó Núñez. “Este modelo implica vigilancia constante y arrestos esporádicos, para mostrar que la represión sigue activa”.

Según El País, esta represión desmantela todo tipo de organizaciones políticas y sociales en Nicaragua, afectando a las ONG, medios de comunicación, partidos políticos, universidades, movimientos campesinos, ambientalistas, feministas, empresarios críticos, e incluso recientemente a la iglesia católica.

Sanciones

El 15 de mayo, el Departamento del Tesoro de los EE. UU. impuso sanciones al Centro de Capacitación Rusa en Managua, por contribuir a la represión del pueblo nicaragüense con la detención y encarcelamiento injustos de personas por expresar su disidencia, o ejercer pacíficamente sus derechos humanos y libertades fundamentales.

Este complejo de entrenamiento militar ha sido designado, de acuerdo con el comunicado del Tesoro, “por haber ayudado, patrocinado o proporcionado apoyo financiero, material o tecnológico, o bienes o servicios en apoyo a la PNN. Rusia financió el RTC con el supuesto fin de luchar contra el narcotráfico”.

El Tesoro recuerda que ya había impuesto sanciones a la PNN en 2020, por su participación directa o indirecta en actos significativos de violencia y abusos graves de derechos humanos, contra personas que participaron en las manifestaciones que comenzaron en Nicaragua en abril de 2018, exigiendo el fin del régimen Ortega-Murillo.

“Los EE. UU. están empleando los recursos disponibles a su disposición respecto a la imposición de sanciones, para destacar la situación del violador de derechos humanos, particularmente en el caso del RTC, aunque su impacto pueda ser limitado”, señaló Núñez. “La verdadera preocupación recae en Ortega y su familia, quienes mantienen un control firme sobre el poder”.

Humberto Ortega

En este contexto, desde el 19 de mayo la PNN mantiene bajo resguardo la casa del General (R) Humberto Ortega, hermano de Daniel Ortega y exjefe del ejército de ese país, después que diera una entrevista a la plataforma argentina Infobae en la que criticó la dictadura de su hermano, reportó la plataforma británica BBC.

“Vamos al desastre aunque parezca que las cosas están bien”, dijo el Gral. (R) Ortega a Infobae. “Desde la crisis de 2018 la comunicación está cerrada, no se permite el ejercicio democrático a través de la imposición de un régimen policiaco, que da lugar a la tendencia autoritaria y antidemocrática del régimen actual”.

“Humberto Ortega se encuentra preso en su residencia sin acceso a su equipo médico personal. Es atendido por cardiólogos afines al régimen”, informó Nuñez. “Este caso, aunque puede interpretarse como un ejemplo de que nadie está a salvo de las represalias del régimen, está más relacionado con la sucesión dentro del poder”.

Mientras Ortega y su familia sigan en el poder en Nicaragua, la influencia rusa persistirá y la estabilidad regional estará en riesgo. “No hay soluciones a medias; Ortega debe renunciar para detener esta represión”, concluyó Núñez.