China, Rusia e Irán, impulsan crimen y populismo en Latinoamérica

El impacto de grupos criminales y el populismo en países como Bolivia, Nicaragua y Venezuela alcanza niveles alarmantes, exacerbados por la influencia de regímenes autoritarios como China, Rusia e Irán, amenazando la estabilidad y la seguridad en el hemisferio, afirmó Carlos Sánchez Berzaín, director del Instituto Interamericano para la Democracia, en una publicación en Infobae.

Latinoamérica enfrenta una serie de desafíos críticos que incluyen narcotráfico, migraciones forzadas, inseguridad ciudadana, terrorismo, crisis sociales y económicas, falta de desarrollo sostenible, presos y exiliados políticos, confrontaciones internas, antiimperialismo y antisemitismo, así como la supresión de la libertad de prensa, y la creciente influencia de China, Rusia e Irán, detalló.

Sánchez Berzaín sostiene que este conjunto de problemas, originados por las dictaduras del socialismo del siglo XXI o castrochavismo, está vinculado a un grupo de regímenes del crimen organizado transnacional que controla Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, que es la raíz de la crisis de seguridad en el hemisferio.

“Estos países emplean su representación internacional para legitimar crímenes, como justificar el narcotráfico como una lucha antiimperialista, socavar los esfuerzos antinarcóticos y abogar por la legalización de drogas duras”, publicó Infobae. “También distorsionan la imagen de terroristas describiéndolos como víctimas, presentan a guerrilleros asesinos como combatientes legítimos y justifican las migraciones forzadas con narrativas de pobreza”.

Según Sánchez Berzaín, la expansión de este grupo criminal se extiende más allá de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua y se infiltran en países con democracias establecidas. Apoya a candidatos afines, invierte recursos ilícitos para debilitar liderazgos democráticos y manipula reglas electorales para inclinarlas a su favor.

“El financiamiento no proviene de las arcas de La Habana, Caracas, Managua o La Paz, ya que estos países están en quiebra”, expresó a Diálogo el 12 de junio Jorge Serrano, miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú. “En cambio, el dinero proviene de fuentes negras [ilícitas], como el narcotráfico y otros delitos conexos”.

“Este flujo de dinero ilegal también enriquece a los cabecillas de estos países no democráticos, que actúan como operadores de naciones extrarregionales y como plataformas para que operen China, Rusia e Irán en Latinoamérica”, precisó. “Irán, un promotor del terrorismo internacional, se ha consolidado firmemente en Cuba y Venezuela”.

Presencia y amenaza

Un reporte del Centro de Estudios de Defensa Hemisférica William J. Perry, indica que China amplió su influencia en Latinoamérica a través de inversiones, proyectos de infraestructura y cooperación académica. Sin embargo, estas actividades también facilitan la participación en delitos como la producción de fentanilo, el lavado de dinero y el contrabando, así como la pesca y minería ilegales.

Rusia, bajo un disfraz de amistad, fortalece su presencia en la región en los sectores energético, militar, tecnológico y espacial, precisa el reporte. Esto es facilitado por campañas de desinformación en el contexto del conflicto con Ucrania. Además, se le asocia con acciones hostiles contra disidentes, ciberataques a gobiernos y organizaciones internacionales, intromisión en procesos electorales y espionaje.

Irán sigue ampliando su influencia en Latinoamérica, especialmente en países con ideologías antiestadounidenses, detalla el reporte. Desde el mandato de Hugo Chávez en Venezuela, ha fortalecido su presencia en los sectores energético y militar, y ha vinculado a Hezbolá y a otros grupos extremistas con el narcotráfico y organizaciones criminales transnacionales, involucrándose en lavado de dinero y terrorismo.

“Nos enfrentamos a una red criminal internacional implantada en la región, que tiene como sustento a Venezuela, Nicaragua y Bolivia, controlada por el crimen organizado y vinculada a la inteligencia cubana, la cual responde a su vez a los servicios de inteligencia de Rusia y China”, afirmó Serrano. “Situación que se torna compleja y preocupante”.

“A largo plazo, China representa la mayor amenaza debido a su poder económico y su influencia en sectores estratégicos como el digital y el espacial, pero Rusia e Irán muestran disposición a conductas agresivas, como la venta de armamento a Venezuela a corto plazo,” publicó el sitio argentino de periodismo hemisférico DEF.

Maniobras

En este contexto, las dictaduras de Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela respaldan a China en su intento de anexar Taiwán, exigiendo que se respeten los supuestos “derechos históricos” del país asiático. El presidente Xi Jinping ha realizado maniobras militares en respuesta a Lai Chin-te, el nuevo presidente de Taiwán, a quien acusan de separatismo y provocación, reportó el diario mexicano El Economista.

Un comunicado de la Cancillería cubana reveló que un destacamento naval de la Federación de Rusia realizó una visita oficial al puerto de La Habana, del 12 al 17 de junio. El grupo estuvo compuesto por cuatro buques: la fragata Gorshkov, el submarino nuclear Kazan, el buque petrolero de la flota Pashin y el remolcador de salvamento Nikolai Chiker.

“Es evidente que [Vladimir] Putin busca demostrar el poder de su destacamento naval, para desafiar el liderazgo de los Estados Unidos en la región”, dice Serrano. “Además, amenaza con proporcionar armas nucleares a grupos terroristas para que ataquen a occidente, en caso de que las tropas rusas en Ucrania sean atacadas con armas de la OTAN o de los Estados Unidos”. 

“En este entramado de países criminales que causan desestabilización, las poblaciones más vulnerables son las primeras afectadas”, dice Serrano. “En un ambiente de ingobernabilidad y bajo constante presión de estos regímenes es imposible desarrollar políticas sostenibles, enfrentar la ola de criminalidad y alcanzar objetivos de gobierno eficaces, en materia de salud y políticas económicas”.