Bélgica ha iniciado la construcción cerca de Amberes de un novedoso reactor nuclear alimentado por un acelerador de partículas que generará 100 veces menos residuos que uno tradicional y se espera que funcione como una herramienta pionera en la lucha contra el cáncer.
El proyecto, denominado Myrrha (Reactor de Investigación Híbrido Polivalente para Aplicaciones de Alta Tecnología) y ubicado en el Centro de Estudios de la Energía Nuclear (SCK CEN) de Mol, en el noroeste del país, debería completar su primera fase en 2026-2028, la segunda en 2033 y entrar en pleno funcionamiento hacia 2036-2038, según las previsiones más optimistas.
El reactor de tipo subcrítico, que podrá generar en 1 segundo la energía que consume una familia en un año, no tendrá suficiente material fisible para mantener la reacción atómica en cadena por sí mismo y serán los neutrones producidos por el acelerador Minerva los que nutran el núcleo de Myrrha para que funcione.
Más seguro y limpio
La estructura final tendrá 300 metros de largo con una potencia de 2,4 megavatios y será más segura que los reactores clásicos, pues tendrá la capacidad de apagarse y encenderse en cuestión de milésimas, lo que reduce la posibilidad de un accidente por fisión descontrolada.
“Es el acelerador el que controla el reactor. Si detenemos el acelerador, en una microsegundo, el reactor se detiene”, explicó en declaraciones que recoge la radiotelevisión pública RTBF el director del proyecto, Hamid Aït Abderrahim.
Al acabar la primera fase, el acelerador de partículas lineal tendrá una potencia máxima de 100 megaelectronvoltios (MeV), que irá aumentando hasta los 600 MeV, suficiente para alimentar el reactor que se construirá en una tercera fase del proyecto.
No obstante, desde el final de la primera fase el acelerador podrá producir radioisótopos médicos innovadores.
Proyecto de financiación híbrida
El novedoso proyecto se empezó a concebir en 1998 y en su primera fase está financiado con 558 millones de euros por el Gobierno belga y por fondos europeos, sobre un presupuesto total de 1.600 millones para concluir su desarrollo completo a finales de la próxima década, para lo que será necesario atraer inversión privada.
Otra de las ventajas que promete Myrrha es que servirá para realizar investigaciones sobre “transmutación” para disminuir el volumen y la vida útil de los residuos nucleares, cuya radiotoxicidad se reducirá de 300.000 a 300 años.
La idea es recuperar material fisible utilizado por centrales nucleares y reprocesar parte de este para reutilizarlo, al tiempo que se reduce la vida útil de los residuos de un reactor que no se enfriará con agua, sino con una mezcla de plomo y bismuto, que promete también convertirse en una opción de futuro para la industria nuclear.
Según Aït Abderrahim, si el proyecto experimental Myrrha funcionase como se espera y se construyeran 15 reactores de ese tipo pero a escala industrial se podría tratar todo el combustible utilizado por las centrales nucleares europeas a un costo inferior al actual.
Un estudio realizado por la consultora PwC estima que el impacto económico del proyecto, en el que actualmente trabajan 230 personas de 25 países diferentes, será de 6.400 millones de euros.
“Con este proyecto, nuestro país sigue siendo pionero en investigación nuclear, con un énfasis en las aplicaciones médicas”, declaró la ministra federal de Energía, la ecologista Tinne Van der Straeten.
DW
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