“El aspecto más triste de la vida en este momento es que la ciencia reúne el conocimiento más rápido de lo que la sociedad reúne la sabiduría”.
Isaac Asimov
(1920-1992)
Partimos de la base de que lo que aquí escrito pertenece ya al pasado y quizás, al publicarse estas líneas, se haya producido algún cambio relevante en nuestra vida cotidiana vinculado al crecimiento exponencial de la Inteligencia Artificial (IA). Es posible que ese nuevo avance esté vedado al conocimiento público por las dudas que tienen sus propios creadores respecto de los efectos de su implementación en la aldea global.
Tal vez pueda afectar la seguridad, el funcionamiento de la economía global, las libertades civiles o pueda provocar el colapso de alguna de nuestras actividades cotidianas, con imprevisibles consecuencias. Esto es lo que está ocurriendo en este preciso instante, mientras sesudos tecnócratas e intelectuales discuten sobre los límites éticos, los derechos de autor, la evolución inmediata de ciertas tecnologías y los sistemas para controlar de esta Caja de Pandora. Lo cierto, dicho en términos futbolísticos, es que la pelota está en juego y no para de rodar.
No habrá silbato que la detenga, ya que nadie, ni el más sapiente, está en condiciones de proyectar dónde estará la humanidad y qué dilemas deberá resolver dentro de un lustro.
Al respecto, enfrentamos una verdadera disyuntiva que nos pone dos alternativas por delante. Por un lado, la ideología controversial -nacida en el Silicon Valley, cuna de los tecnócratas- de avanzar sin restricción alguna, acelerando todos los procesos sin poner ningún tipo de límites. En la vereda de enfrente, están quienes defienden a ultranza las regulaciones, controles y comités de ética, con la idea de generar conciencia y gobernar una realidad que puede desmadrarse fácilmente.
El dilema es complejo, porque a ambos extremos les asiste, en alguna medida, la razón. Los tecnócratas de “acelerar o morir” se apoyan en la convicción de que todo lo creado puede ser vulnerado y finalmente utilizado sin control; con lo cual, si tuviéramos que regular cada paso que diéramos, nunca avanzaríamos.
Baste citar el caso del argentino Julio Ardita, estudiante universitario de 21 años que, desde el garaje de su casa, se infiltró en 1995 en la base de datos de la CIA y el Pentágono, solo una travesura que lo hizo famoso para siempre.
Por su parte, quienes apoyan las normas y quieren establecer controles defienden, con razón, la necesidad de evitar el colapso y de prevenir una mayor inequidad social, que podrían ser provocados por un uso sin regulación de la IA. Defienden, en suma, el mantenimiento de una organización básica y una gestión de estos cambios que, como también ellos saben, ocurrirán invariablemente y afectarán tanto el mercado laboral como cada faceta de la economía mundial.
Entre estos últimos, llama la atención la posición de Brad Smith, presidente de Microsoft, la compañía más valiosa del mundo, quien recientemente ha declarado: “Debemos encontrar la manera de ralentizar o apagar la Inteligencia Artificial”. Esa peculiar cautela de quien asegura que este es el principal invento desde la imprenta tiene una muy justificada preocupación.
Es difícil ensayar una respuesta ante lo desconocido y, evidentemente, hay un miedo casi ancestral a estos sacudones que alteran nuestro mundo. Queremos mantener los avances bajo control y permitir que ellos sirvan, de verdad, a un mundo más justo, equilibrado y que dé respuestas reales a los problemas de la humanidad, al cambio climático, a la seguridad y a la paz mundial. El miedo a lo desconocido se acrecienta por la incertidumbre y el saber que estamos viviendo la génesis, el momento “en pañales”, de lo que está por venir.
Así, mientras analizamos las tendencias y patrones de lo que se viene, vemos a diario diluirse profesiones y oficios, herramientas como Rask AI, que traduce automáticamente 60 idiomas y hasta imita la propia voz del usuario; Mediktor, una aplicación móvil desarrollada para guiar al usuario desde la aparición de los primeros síntomas hasta que el especialista médico brinde una solución a sus problemas de salud; o Rbfracture, una herramienta de IA que permite detectar fracturas en pocos segundos y ayudar al médico a tratar rápidamente al paciente.
Desde la precisión en respuestas a exámenes académicos avanzados, con resultados superiores a los del alumnado promedio; a las conocidas victorias de máquinas sobre humanos en juegos complejos como el ajedrez, encontramos múltiples ejemplos en cada una de las actividades.
Obviamente, la comunicación, esa capacidad que diferencia al ser humano de cualquier especie animal, no es la excepción. Es más, me arriesgaría a decir que es un centro de atención central de la IA, y que afecta por igual a legos y profesionales, a estrategas y a gente de pie. Todos caerán bajo su influencia e imagino ahí un mundo muy diferente en un tiempo muy corto.
Ya estamos transitando ese tiempo, que hará que nuestras vidas sean infinitamente distintas a las de hoy. A lo largo de los siglos, la comunicación ha vivido cambios estructurales que han afectado a la sociedad en su conjunto y que han permitido su progreso. Podemos marcar, de manera sucinta, una serie de hitos relevantes en los últimos seis siglos:
- En 1440, la invención de la imprenta de tipos móviles por parte de Johannes Gutenberg, fechada a partir de su impresión de la Biblia.
- En 1835, Samuel Finley Morse creó la clave Morse, método de transmisión utilizado para el telégrafo.
- En 1839, la invención por parte de Louis Daguerre de una técnica fotográfica revolucionaria: el daguerrotipo, primer método practicable y comercializable en el mundo.
- En 1876, con la invención del teléfono, Graham Bell convirtió en realidad una comunicación inmediata a larga distancia.
- En 1943, en base a las ideas de Alan Turing, EE. UU. comenzó a usar la computadora Colossus para descifrar los mensajes codificados de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
- En 1946, la firma AT&T presentó en el mercado el primer sistema de telefonía móvil para el público. En 1973 Motorola creó el primer teléfono celular portátil. En 1979, el primer sistema celular comercial comenzó a funcionar en Tokio.
- En 1981, IBM lanzó su primera computadora personal (PC), una revolución en el campo de la informática.
- En 1989, bajo el impulso del científico británico Tim Berners-Lee, nacía la world wide web (www), es decir, la Internet tal como hoy la conocemos.
- En 2007, se presentaba en sociedad el primer teléfono inteligente de Apple (iPhone), desarrollado por Steve Jobs.
- El 30 de noviembre de 2022, OpenAI lanzó Chat GPT, la herramienta de inteligencia artificial que revolucionó al mundo.
En particular el chat GPT se presenta como absolutamente revolucionario en sus posibilidades y también tiene un costado sombrío y peligroso que provoca alertas de todo tipo en académicos y especialistas.
Si vamos al terreno de las noticias, la investigación y la difusión de contenido, la proliferación de medios para informarse y la aparición de las redes sociales –que pusieron al alcance de todos la producción de información y el acceso a ella– hicieron que la competencia por la primicia cambiara radicalmente. La extendida frase que reza: “No hay nada más viejo que el periódico del día”, queda más obsoleta aún frente a dinámica de la información actual. En ese contexto, hasta los medios de comunicación más grandes y consolidados están replanteando sus estrategias y sus objetivos.
Este escenario no es ajeno para nuestra publicación. Si bien la misión de DEF nunca fue competir en inmediatez, sino dar valor y profundidad de análisis a la variopinta agenda hemisférica, las posibilidades que dan las nuevas tecnologías no nos son ajenas. Con ese espíritu de mayor accesibilidad es con el que abordamos todas nuestras plataformas digitales, ya sea nuestra web, las redes sociales (X, Instagram, Facebook, LinkedIn) o el canal de YouTube.
Tenemos el propósito de llegar a la mayor cantidad de personas posibles en toda la región para poner en valor aquellos temas que consideramos realmente importantes para el desarrollo de nuestras naciones, y para nutrirnos de diferentes puntos de vista en relación a las problemáticas planteadas.
Una de las ideas fundamentales que alimenta esta etapa superadora es, justamente, llegar con más facilidad y continuidad a todo el continente. Eso requirió un proceso de transformación y capacitación de nuestra redacción –aún en curso–, que hoy se expresa en una mayor producción multiplataforma.
Nuestros contenidos se adaptan al formato de cada soporte para maximizar su poder comunicacional. Incluso, generamos un canal en Telegram para aquellos que quieran seguir la información al instante y un newsletter semanal para aquellos que prefieren la información curada y organizada.
Nuestro portal, se actualiza a diario, los siete días de la semana, procurando ayudar a entender los temas más importantes de la actualidad. Todo esto no significa que abandonamos el soporte papel, pero sí una adecuación a su misión en los tiempos que corren. De hecho, cada número impreso de DEF está complementado con una versión digital que se carga en el repositorio internacional de medios PressReader. Allí podrá acceder a cada nueva edición de manera gratuita.
Creemos saber a dónde vamos en este mundo en el que, como nunca, las certezas pierden por goleada ante la incertidumbre global y mucho más en estos temas donde los grandes unicornios del mundo investigan, invierten miles de millones de dólares y compiten en forma despiadada por ser la centralidad donde la comunidad global se informe.
También y tal como lo indica 2001: Odisea del espacio (1968), film del genial Satnley Kubrik, nada menos, cuando dio uno de los más inteligentes retratos de la Inteligencia Artificial a través de su mítica y misteriosa computadora HAL 9000. Allí captó desde las emociones genuinas que podrían ser posibles en el futuro hasta la malignidad que ello podría autogenerar contra la especie humana.
Entonces, tratamos de seguir al ritmo de los adelantos que presenta el camino, mientras imploramos a los dioses del Olimpo mantener férreamente el control que Staney Kubrik auguró en peligro hace ya casi cuarenta años.
Gustavo Gorriz
Fuente de esta noticia: https://defonline.com.ar/ciencia-tecnologia/la-comunicacion-del-futuro-marcada-por-el-avance-de-la-inteligencia-artificial/
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