En televisión, Christina Applegate ha despertado carcajadas en su papel de viuda cínica en Dead to Me. Al mismo tiempo, fuera de pantalla, la actriz empezó a sentir hormigueo en los dedos de los pies. Al cabo de unos meses, estaba en silla de ruedas, según reveló en una entrevista reciente con el canal estadounidense ABC News. Entonces le diagnosticaron esclerosis múltiple.
Pero los síntomas de Applegate no se detuvieron ahí. Las lesiones cerebrales le provocaban dolores por todo el cuerpo. También empezó a sufrir depresión. “Ya no disfruto de la vida… ya no disfruto de las cosas”, dijo Applegate en el episodio del 4 de junio de su podcast, MeSsy. “Me siento fatalista”, añadió.
Alrededor de 2,9 millones de personas en todo el mundo, cerca de un millón en Estados Unidos y más de 50 000 en España padecen esclerosis múltiple; Applegate y la estrella de Los Soprano Jamie-Lynn Sigler son dos de ellas. En su podcast, las actrices hablan con franqueza de sus experiencias con la enfermedad.
La EM afecta al sistema nervioso central, el cerebro y la médula espinal. El sistema inmunitario ataca las vainas de un material llamado mielina que rodean las fibras nerviosas. Como el aislamiento de los cables, la mielina protege los nervios y ayuda a transmitir las señales. Pero cuando la mielina se deteriora, las fibras nerviosas que hay debajo quedan expuestas. Esto interrumpe la comunicación del cerebro y deja lesiones, que pueden causar innumerables síntomas a medida que avanza la enfermedad.
Pero incluso varios años antes de que aparezcan síntomas intensos, el sistema nervioso puede estar ya en peligro, afirma Riley Bove, neuróloga de la Universidad de California (Estados Unidos). “[Los síntomas] no llegan al umbral de alguien que acude a urgencias”, afirma, pero es posible que las cosas no vayan del todo bien. No existe una prueba definitiva para la EM. La enfermedad se diagnostica mediante el historial clínico y escáneres cerebrales que revelan múltiples lesiones en distintas zonas que se formaron en momentos diferentes.
La esclerosis múltiple afecta a cada persona de una forma única. “Si has conocido a una persona con EM, entonces [sólo] has conocido a una persona con EM”, explica Leigh Charvet, que dirige la investigación sobre EM en la Universidad de Nueva York (EE. UU.). Los síntomas pueden variar mucho y aún se desconocen muchos aspectos de la enfermedad. Sin embargo, la investigación está empezando a dilucidar los orígenes de la enfermedad y sus posibles tratamientos.
¿Cuáles son los síntomas habituales de la esclerosis múltiple?
La EM se suele clasificar como remitente/recurrente, en la que los síntomas desaparecen y vuelven a aparecer, o progresiva, en la que empeoran continuamente. Pero Bove afirma que se trata de una falsa dicotomía. “Todo el mundo experimenta un empeoramiento de los síntomas porque todo el mundo envejece”, afirma. A medida que nuestro cuerpo envejece, perdemos masa muscular y fuerza. Además, los pacientes con EM experimentan un envejecimiento acelerado, afirma Bove, lo que agrava estas pérdidas. En lugar de centrarse en la dicotomía entre recurrente y progresiva, dice que es más importante saber si la EM está activa, es decir, si las nuevas lesiones generan síntomas de forma activa.
Estos síntomas pueden incluir entumecimiento, dificultad para hablar, problemas de visión y pérdida de coordinación, pero otros son menos detectables. Los llamados síntomas invisibles, como la fatiga y la disfunción vesical, son más frecuentes y difíciles de tratar, dice Charvet. Como estos síntomas también son más difíciles de ver para quienes no padecen esclerosis múltiple, “es complicado conseguir apoyo y empatía”, dice Bove.
La depresión, como la descrita por Applegate, es común con la EM, y alrededor de la mitad de los pacientes la experimentan en algún momento tras el diagnóstico. La depresión puede deberse a una reacción a las noticias sobre la enfermedad, pero también hay indicios de que influyen otros factores, como los daños cerebrales, afirma María Gaitán, directora en funciones de la Clínica de Neuroinmunología del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Bethesda (Estados Unidos).
¿Qué causa la esclerosis múltiple?
No existe una causa definitiva de la EM, pero hay una pista destacada: el virus de Epstein-Barr, conocido como VEB. En un estudio de más de 10 millones de adultos, el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple se multiplicó por más de 30 tras la infección por VEB, según informaron los investigadores en Science en 2022.
Si estás leyendo esto, es probable que ya hayas sido infectado por el VEB. El virus se propaga a través de la saliva y “prácticamente todo el mundo tiene el VEB”, afirma Alberto Ascherio, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard de Estados Unidos y autor del estudio. Pero eso no es necesariamente motivo de preocupación. El virus en sí puede ser asintomático y permanecer latente, y dado que alrededor del 90 por ciento de los adultos de todo el mundo han tenido una infección por VEB, las probabilidades de desarrollar esclerosis múltiple siguen siendo aproximadamente las mismas que la media mundial.
Ascherio compara la conexión entre el virus y la EM con la conexión entre el tabaquismo y el cáncer. “Fumar provoca cáncer de pulmón, pero la mayoría de los fumadores nunca lo padecerán”, afirma. Así, el VEB podría causar EM, pero la mayoría de las personas infectadas por el VEB no desarrollarán la enfermedad. Puede que el VEB no sea la causa definitiva de la EM, pero por ahora es el principal sospechoso.
Esclerosis múltiple en mujeres, una mayor incidencia sin explicación pero muchas teorías
Además de las infecciones por el VEB, existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de padecer EM. Las mujeres tienen unas tres veces más probabilidades de padecer esclerosis múltiple, y los científicos no saben por qué. Una teoría es que las mujeres son más susceptibles a los problemas autoinmunes debido a lo sensible que debe ser su sistema inmunitario para tolerar el ADN extraño de un feto, afirma Bove. Los cromosomas sexuales también podrían estar relacionados, pero la respuesta “definitivamente no es tan fácil como ‘el estrógeno es bueno o malo'”, dice.
Los parientes consanguíneos de las personas con EM también tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Esto no significa que la esclerosis múltiple sea hereditaria, pero las variantes genéticas asociadas a ella podrían serlo. El tabaquismo, la obesidad y el déficit de vitamina D también están asociados a la EM. Aunque la EM puede diagnosticarse a cualquier edad, es más frecuente en personas de 20, 30 y 40 años.
Antes se pensaba que la esclerosis múltiple afectaba sobre todo a las mujeres blancas. Sólo en los últimos 10 ó 15 años ha empezado a cambiar el paradigma, reflejando lo que los científicos saben que es cierto: la enfermedad se desarrolla en todos los grupos raciales, afirma Bove. Debido a este estereotipo persistente de la EM, “muchas personas de distintos sexos, razas y orígenes étnicos no conocen la EM en sus comunidades, y eso puede ser un obstáculo para obtener ayuda”, afirma. Aunque en algunas zonas del mundo hay relativamente pocos casos de EM, como en el África subsahariana, esto puede deberse más a la falta de neurólogos que a la falta de EM, afirma Bove.
Prevención y tratamiento de la esclerosis múltiple
No existe cura conocida ni forma de garantizar que no se desarrollará EM. Por ahora, limitar los riesgos dejando de fumar, comiendo sano y consumiendo suficiente vitamina D es la mejor medida de prevención, afirma Gaitán, pero no son métodos infalibles.
Los investigadores han identificado marcadores sanguíneos de neuroinflamación y, en el futuro, los análisis de estos marcadores podrían ayudar a diagnosticar la EM o detectar brotes inminentes, lo que permitiría a los pacientes tomar medicación antes de que aparezcan los síntomas.
La prevención del VEB también podría ayudar. Las vacunas contra el VEB se encuentran en sus primeras fases, y existen antivirales pero no han tenido mucho éxito en las pruebas clínicas. Ascherio cree que los casos de EM podrían disminuir significativamente si se desarrolla un fármaco eficaz contra el VEB.
Por ahora, los medicamentos pueden tratar los síntomas y prevenir nuevas lesiones, pero ninguno repara daños anteriores en el sistema nervioso. “Ése es el próximo gran avance en el horizonte”, afirma Charvet.
No se sabe nada que pueda prevenir totalmente la esclerosis múltiple, pero la concienciación es un paso importante para detectar la enfermedad a tiempo. “Hay que ser consciente de la enfermedad y saber que si se diagnostica y se trata a tiempo, se cambia la evolución de la enfermedad”, dice Gaitán.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
National Geographic
Fuente de esta noticia: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/06/esclerosis-multiple-causa-mujeres-mas-probabilidades-sufrirla
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