Finalmente, tal como había advertido Bichos de Campo “blog de noticias del agro” dos semanas atrás, un factor alcista para el trigo argentino (también uruguayo y paraguayo) podría eventualmente revertirse por una cuestión política.
Los precios de exportación de trigo pan argentino a granel subieron de manera frenética en las últimas semanas para superar a los originados en EE.UU., lo que representa un hecho inédito porque el producto estadounidense corresponde a cereal identificado y segregado.
La razón de ese fenómeno no es por mérito propio del trigo argentino, sino porque el balance de oferta y demanda del cereal en el ámbito del Mercosur ingresó en una zona de riesgo a partir del desastre climático y humanitario registrado en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, que es, en condiciones normales, el mayor productor de trigo de Brasil.
En ese marco, los precios de trigo en el ámbito del Mercosur comenzaron a crecer de manera significativa, dado que, salvo por una cuota anual de 750.000 toneladas libre de aranceles, el trigo importado por Brasil desde destinos extra-Mercosur debe abonar un arancel del 10%.
La cuestión es que la asociación que nuclea a las mayores industrias molineras brasileñas, Abitrigo, está haciendo lobby ante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para ampliar la cuota de importación de trigo libre del arancel del 10%.
“Todos los años se utiliza el cupo de importación, pero este año estamos pidiendo una cantidad adicional para que el trigo venga del hemisferio norte sin el arancel adicional del 10%, porque el precio de mercado ha subido mucho”, indicó el presidente de Abitrigo, Rubens Barbosa, en un artículo publicado esta semana en Agro Estadão.
La ampliación del cupo permitiría importar una mayor cantidad de trigo a Brasil de origen ruso o incluso estadounidense, lo que promovería una baja de los valores FOB del trigo argentino, uruguayo y paraguayo al perder la ventaja ofrecida por el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur.
De hecho, esa decisión ya la tomó el gobierno brasileño con el arroz el pasado 21 de mayo, cuando determinó la reducción desde el 10,8% a cero del arancel de importación para ese cereal, medida que estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2024.
Si Lula finalmente accede al pedido de Abitrigo, el gran perjudicado por la medida será la Argentina, dado que en la presente campaña 2024/25, según estimaciones de la consultora Safras & Mercados, el país tendría una oferta exportable de trigo de 9,50 millones de toneladas, suficiente para abastecer la demanda brasileña y también otros mercados.
En el año 2019 el gobierno de Jair Bolsonaro implementó, en el marco de una excepción arancelaria del Mercosur, una cuota anual de 750.000 toneladas de importación de trigo libre del AEC del 10%.
Si bien en su momento se indicó que la medida no tendría impacto porque representaba una porción menor de las necesidades de importación de trigo de Brasil, lo cierto es que pocos años después la producción del cereal en ese país comenzó a crecer y la cuota de 750.000 toneladas se transformó en un problema para los demás países del Mercosur.
Esa situación, combinada con el hecho de que Rusia esté exportando grandes volúmenes de trigo a precios de “remate” ante la necesidad de financiar la guerra con Ucrania, genera un factor bajista para los precios del cereal en el ámbito del Mercosur.
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