Sofi Castañeda tiene 22 años, es de México y le siguen más de 23.000 usuarios en Instagram, en su perfil Mi vida en Jesús. La joven acaba de contar su testimonio al canal de YouTube El Rosario de las 11 pm, un apasionante camino desde la fe de su infancia, pasando por la pandemia y la crisis que le llevó a la Nueva Era, hasta volver a Dios renovada y fundar un cenáculo para jóvenes.
“Nací a los seis meses de gestación, fue muy complicado el embarazo y cuando nací se complicaron mucho las cosas. Los doctores decían que solo un milagro me podía salvar, ya que mis pulmones no estaban desarrollados y era muy difícil que un bebé tan pequeño sobreviviera”, comienza diciendo la joven.
Parecía tan inofensivo
Una señal, la de seguir con vida a pesar de las dificultades, de que Dios le tenía preparada una misión. “Crecí con mi madre diciéndome todo el tiempo que Dios me había dejado en este mundo por alguna razón. Eso estuvo muy presente en mi vida y siempre me preguntaba qué qué era lo que tenía que hacer. A veces hasta me angustiaba por pensar que tenía que hacer algo muy grande, cambiar el mundo o algo así”.
Sofi creció en una familia del Opus Dei y fue a colegios de la Obra. “Siempre fui muy cercana a Dios. Nunca fui de las personas que les diera pereza ir a misa, y tenía una relación muy bonita y especial con la Virgen María. La trataba como una amiga, le contaba todas mis cosas desde pequeña. Pero, cuando vas creciendo te empiezas a envolver en el mundo”.
La joven empezó a decantarse por el baile y a soñar en convertirse en una actriz famosa. Empezó a ir a clases de actuación, de canto y de baile, incluso fue varias veces a competir a Estados Unidos. Para entonces Sofi se había convertido ya “en una católica light, como muchos católicos tristemente hoy en día”. Y, entonces, llegó la pandemia.
Algunas de las publicaciones de Mi vida en Jesús, el perfil de Sofi Castañeda en Instagram.
“Me empecé a envolver en el tema de la Nueva Era por redes sociales, en las meditaciones trascendentales. Qué peligroso es, parece ser tan inofensivo, de que no pasa nada. Nosotros mismos tratamos de pensar que no pasa nada y que está relacionado con Dios. Empecé con imanes para la salud física y luego con reiki, energía a través de los chakras…”.
“Iba a un local donde tenían una imagen de la Virgen y de San Miguel Arcángel. Yo decía, ‘pues no está mal, si también creen en la Virgen y en Dios’. Pero, poquito a poquito se fue distorsionando mi formación católica, hasta el punto de que me encerraba en mi cuarto y le decía a mi familia que nadie fuera a molestarme porque iba a meditar. Me encerraba horas a escuchar meditaciones. Con el mundo espiritual no se juega, está Dios y está el enemigo, y si no estamos con Dios estamos con el otro. Hice muchas prácticas que no estuvieron bien, que pudieron haber salido mal, siento que Dios me protegió de una manera especial”.
Me sentía tan vacía
“Como estábamos en pandemia no podíamos ir a misa y toda mi familia se empezó a enfriar en el tema de la fe. Llegó un momento en el que yo también dudaba de muchas cosas de la Iglesia, por ejemplo, de la confesión. ¿No puedo decirle mis pecados a Dios directamente? Empecé a pensar que la Iglesia era super retrógrada y que se había quedado en las cavernas, que no se había actualizado en este mundo de la espiritualidad. Se me fue metiendo la Nueva Era”.
“La Nueva Era lo que hace es que te da una felicidad momentánea o salud momentánea, son como cosas pequeñas a cambio de la luz de tu alma. El demonio dice ‘te doy una felicidad falsa, –porque no viene de Dios–, pero te quito la luz de tu alma’. Me fui quedando muy vacía, y sin darme cuenta y de una manera tan sutil que no podía distinguir lo que me estaba pasando”.
Sofi, entonces, entró en el mundo de las redes sociales, sobre todo en tiktok, y empezó a “hacer vídeos de todo y de nada, o sea de cualquier tontería, y mi cuenta se empezó a hacer muy famosa, hasta el punto de que tenía contratos con marcas que me mandaban ropa o sus productos. El éxito que quería alcanzar para satisfacer los grandes anhelos de mi corazón lo estaba logrando. Pero, todas las noches me las pasaba llorando, me sentía tan vacía. No lo entendía. Si yo rezaba, meditaba, traía cosas buenas a mi vida, tenía salud, familia, amigos… La Nueva Era te pone vendas en los ojos”.
“Hasta que un día ya no podía más y fue como un grito de mi alma a Dios, no grité pero se sintió como si hubiera gritado, y le dije que, si de verdad existía, hiciera algo conmigo, porque ya no podía más. Es impresionante cómo Dios no entra a nuestra vida si nosotros no le abrimos la puerta. Ese día le abrí una ventanita pidiéndole ayuda y vino a transformarlo todo. Al día siguiente, mi madre me dijo que le había llegado un mensaje sobre la Virgen con una frase que me atravesó como un dardo en el corazón, decía: ‘Vuelve a mi hijo Jesús, Él es el único que te va a dar la verdadera felicidad'”.
“Fue muy especial porque siempre tuve un cariño especial a la Virgen, entonces empecé a investigar y, de hecho, vi miles de testimonios que encontré en YouTube. Una de las cosas que encontré fueron los pedidos de la Virgen de orar con el corazón, leer la Biblia, ir a misa, confesión, ayuno… y, dije, ‘voy a empezar a hacer estas cosas’. Al principio no lo hacía con mucha convicción pero confiaba plenamente en que la Virgen me iba a ayudar. Sentí que Ella me tomaba de la mano y me decía ‘vamos a empezar un camino, va a ser largo, va a ser difícil, pero va a ser hermoso'”.
“Empecé a entender lo que era orar con el corazón, y volví a los sacramentos. Todo lo que nos pasa es por algo y, un día, me invitaron a escuchar un testimonio y, al terminar, una persona se me acercó y me dijo que por qué no abría un cenáculo de oración de jóvenes, donde se hace lectio divina, el rezo del rosario, se canta a la Virgen… y yo dije, ‘no lo entiendo muy bien, pero si lo está pidiendo la Virgen le digo que sí’. Le tomé una foto a la virgencita y la subí a Instagram y puse que iba a abrir un grupo de oración, que quién se quería unir, me contestaron tres amigas y así empezó el cenáculo de jóvenes aquí en Guadalajara (México)”.
“Hace dos años abrí la cuenta en Instagram Mi vida en Jesús y empecé a subir tips. Quiero contar lo que he vivido y lo que a mí me ha servido. Empecé a subir más contenido y así empezó a crecer la cuenta. No tengo nada planeado, una vez iba en el coche y sentí una inspiración del Espíritu Santo, aparqué y empecé a grabar y subí el vídeo. Lo he dejado muy libre para que Dios haga lo que quiera con esto. Y si en algún momento Dios me dice que cierre la cuenta yo la cierro en ese momento”.
“Estoy por el simple y gran hecho de que te amo y de que eres todo para mí y de que te quiero servir, porque para eso estamos aquí. Al final de cuentas, esta vida, me ha quedado clarísimo, es un abrir y cerrar de ojos, comparada con la vida eterna. Si estamos en este mundo es para amar a Dios, para dejarnos amar por Él y servirlo de la manera que nos vaya indicando”, concluye Sofi.
ReL
Fuente de esta noticia: https://www.religionenlibertad.com/mundo/178266841/influencer-sofi-castaneda-reiki-nueva-era-volver-jesus-hice-cosas-no-buenas.html
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