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Sáb. Nov 23rd, 2024
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Dos expertos en hidrocarburos coincidieron en señalar que Bolivia atraviesa un túnel oscuro y sin salida para resolver el problema de las reservas de gas, consecuencia del fracaso de la política hidrocarburífera del gobierno nacional, y aseguraron que la solución será a largo plazo.

Los expertos Hugo del Granado y Raúl Velásquez, investigador en energía e hidrocarburos de la Fundación Jubileo, compartieron este domingo el panel de Hagamos Democracia de la red Erbol, donde analizaron la incertidumbre sobre el tema del gas.

Del Granado sostuvo que ha tomado tiempo pasar de ser un país con abundantes reservas a prácticamente quedarse sin gas, con la consiguiente disminución de la producción de todos los combustibles fósiles y, por lo tanto, el incremento de la importación para poder abastecerse.

“Son varios los factores relevantes, pero se resumen en uno solo: la equivocada política petrolera del gobierno del MAS desde 2006. Estamos caminando en un túnel oscuro en el que no se vislumbra luz al final del túnel. Todos los errores que se han cometido desde entonces están siendo ratificados todos los días con las mismas actitudes que han tomado durante los últimos 15 a 20 años. La política petrolera de estos gobiernos es equivocada y la única manera de poder reformar y retomar el rumbo adecuado es mediante un cambio de política”, manifestó Del Granado.

Por su lado, Velásquez señaló que Bolivia enfrenta no solo un problema de exploración o producción, sino un problema integral en el sector hidrocarburífero. “No hubo exploración, no hubo gestión de nuevos mercados, no hubo ampliación de la red de transporte, la capacidad de refinación mejoró muy poco. Hoy en día, el país importa más gasolina y diésel que antes y estamos a puertas de volvernos también importadores de gas”, explicó.

Velásquez recordó que el gobierno del MAS recibió en 2006 “un chanchito (YPFB) bastante gordito” y, en lugar de alimentarlo descubriendo nuevas reservas, lo explotó aprovechando la coyuntura de precios internacionales altos. Sin embargo, ese flujo económico no fue bien invertido y fue despilfarrado no solo por el gobierno nacional, sino también por los gobiernos subnacionales, las gobernaciones, municipios y universidades que recibieron dinero de la renta petrolera.

“No pensaron en el ahorro, no pensaron en la diversificación de la economía, y desde 2015 empieza a caer la producción y los precios. Nos damos cuenta de que no alimentamos el chanchito porque no se hizo exploración, no se hizo gestión de nuevos mercados y no se amplió la red de transporte”, afirmó Velásquez.

ALGUNAS OPCIONES

Del Granado planteó que el país deje el régimen estatista para el manejo de los hidrocarburos, lo que supone un cambio en la Ley de Hidrocarburos y en la propia Constitución Política del Estado, y se abra a la inversión extranjera para proyectos de exploración.

Indicó que, en todos los países de Sudamérica, las inversiones en exploración las realiza el capital privado. En Bolivia, sin embargo, YPFB mantiene el monopolio, convirtiendo a las operadoras en empresas de servicios, controlando su contabilidad y limitando su acción.

Dijo que, con este escenario, las empresas petroleras han perdido interés en explorar y, por lo tanto, han reducido notoriamente las inversiones en exploración. “Corregir estos errores tomará tiempo, ya que no solo se trata de explorar y descubrir, sino de crear la infraestructura para comercializar esa producción”, indicó.

Del Granado mencionó el posible descubrimiento del campo Mayaya, puntualizando que, para dimensionar su capacidad productiva, se deben perforar varios otros pozos y construir un gasoducto y oleoducto hasta las refinerías, lo que podría tomar de 5 a 10 años.

Velásquez añadió que los proyectos petroleros son a largo plazo. “Hoy en día hay una caída de la producción en un 46% si comparamos 2024 con 2015. La producción de hidrocarburos líquidos ha caído un 53% en el mismo periodo y el país está exportando menos de la mitad, gracias a la aplicación de la Ley de Hidrocarburos 3058, empeorada por la nacionalización y profundizada con la Constitución Política del Estado de 2009”, dijo.

Advirtió que trabajar en una nueva Ley de Hidrocarburos, que debe ser socializada y debatida por diferentes actores y esto supone resultados a largo plazo. “No se trata de un cambio de la noche a la mañana. Requiere de mediano y largo plazo para desarrollarse, porque implica varios aspectos. Para conseguir resultados a largo plazo, se requieren cambios estructurales, y eso pasa por una nueva ley de hidrocarburos”, comentó Velásquez.

Finalmente, Del Granado señaló que, ante la gravedad del problema, el gobierno debería asumir soluciones, corrigiendo el fracaso de la política hidrocarburífera, abriéndose a la inversión privada e integrando Bolivia a las políticas de mercado.

“Salgamos de la encerrona del estatismo. Ya no va más. Y tiene que pensarse en políticas de cambio estructural. En la medida en que no se haga eso, los resultados serán exactamente los mismos que sufrimos hace 20 años”, concluyó.

erbol.com.bo

 


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