Dado que el parto es una de las principales causas de muerte en muchas zonas del mundo, las mujeres embarazadas llevan mucho tiempo intentando mitigar el miedo y las molestias asociadas al nacimiento de un bebé. Históricamente, esto ha significado recurrir a todo tipo de intervenciones para aliviar el dolor, como la hipnosis, el opio, la contrapresión, la inmersión en agua y remedios herbales como la hoja de frambuesa y la cimicifuga racemosa.
Muchas mujeres siguen recurriendo a algunas de estas opciones, pero hoy en día hay más alternativas, como los narcóticos analgésicos, la terapia de masaje especializada, la acupuntura y el óxido nitroso. La opción más popular: recibir una inyección en la zona lumbar, conocida como epidural.
“Aunque existen otros métodos para aliviar el dolor, nada es tan eficaz como la epidural”, afirma William Camann, médico y director emérito de anestesiología obstétrica del Brigham and Women’s Hospital de Boston (Estados Unidos).
Aunque el alivio del dolor es la principal razón por la que la mayoría de las mujeres optan por la epidural, un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Glasgow y la Universidad de Bristol (ambas en Reino Unido) demuestra que la epidural también reduce hasta en un 35% el riesgo de complicaciones graves en las semanas posteriores al parto.
“Este hallazgo subraya la importancia de proporcionar a las mujeres información precisa sobre la epidural y de garantizar que todas tengan igual acceso a ella”, afirma Rachel Kearns, autora principal del estudio y profesora honoraria de la Facultad de Medicina de la Universidad de Glasgow (Escocia).
El estudio también muestra una reducción del riesgo relacionado con la epidural del 50 por ciento para las mujeres con embarazos complicados y una reducción del riesgo del 47 por ciento entre las madres que dan a luz antes de tiempo.
Según Mark Zakowski, presidente del comité de anestesia obstétrica de la Sociedad Estadounidense de Anestesiología, que no participó en el estudio, “se trata de efectos beneficiosos muy significativos desde el punto de vista estadístico” para las mujeres embarazadas de riesgo que optan por la epidural.
La investigación también aborda “una cuestión muy importante en la salud materna, que es mantener a las embarazadas seguras durante el parto”, añade Yalda Afshar, especialista en medicina materno-fetal y codirectora del programa cardio-obstétrico de UCLA Health en California (EE. UU.), que tampoco participó en la investigación.
Pero el estudio tiene limitaciones, y sus investigadores sólo se centraron en las complicaciones del parto relacionadas con la madre, no con el recién nacido. Algunas de estas complicaciones maternas estudiadas incluían la coagulación de la sangre, infecciones que requerían hospitalización como la sepsis, hemorragias excesivas, histerectomía y riesgo de insuficiencia cardiaca.
Los investigadores observaron estas y otras complicaciones importantes ocurridas durante las seis semanas posteriores al parto entre 567 216 mujeres que tuvieron bebés en Escocia entre 2007 y 2019.
Si bien estos resultados son alentadores para esta población, debido a que el 93 por ciento de las mujeres incluidas en la investigación eran blancas y vivían dentro de un país, “limita (el estudio) la aplicabilidad a poblaciones más diversas étnicamente”, señala Kearns.
Por qué es útil la epidural
Entre las razones por las que se cree que la epidural mitiga las complicaciones está el hecho de que puede aliviar la respuesta al estrés de la madre, “por ejemplo, reduciendo los niveles de la hormona del estrés, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca”, explica Kearns. También puede aliviar las exigencias fisiológicas del trabajo cardiovascular y respiratorio, dice Zakowski, lo que puede proporcionar “importantes protecciones fisiológicas a personas con afecciones médicas subyacentes y quizá no diagnosticadas.”
En caso de emergencia, la epidural también tiene la ventaja de ser localizada y una alternativa más segura a la anestesia general, si la epidural ya estaba colocada cuando comenzó la emergencia.
“Como el parto es imprevisible, si se necesita una cesárea de urgencia, la epidural evitará complicaciones o daños a la madre o al bebé que a veces se asocian a la anestesia general”, dice Meleen Chuang, jefa de obstetricia y ginecología del Hospital Langone de la NYU, en Estados Unidos.
La epidural también puede ofrecer a las madres con partos especialmente largos la oportunidad de descansar y recuperar fuerzas para poder evitar por completo una cesárea, “gracias a una mayor tolerancia a una experiencia insoportable de varias horas o varios días”, afirma David Gutman, anestesista obstétrico del Centro Médico Universitario MUSC Health de Carolina del Sur (EE. UU.).
De este modo, la epidural también puede proporcionar una experiencia menos traumática a las parturientas, lo que se ha relacionado con una disminución de los casos de depresión posparto.
Acceso a una atención médica sólida
Aunque la epidural puede reducir las complicaciones, esta nueva investigación también subraya la importancia de que más poblaciones de todo el mundo tengan acceso a una atención médica competente.
“Aunque es posible que los medicamentos epidurales estudiados en esta investigación mejoraran los resultados al reducir el estrés, creo que es más probable que, en este caso, el hecho de que un anestesista forme parte del equipo médico fue el verdadero polvo mágico”, afirma Philip Hess, médico e investigador en anestesiología de la Facultad de Medicina de Harvard (EE. UU.), que no participó en la investigación.
Señala que el par de ojos adicional y la formación en cuidados críticos que reciben los anestesistas son especialmente útiles; además, estar en un centro de atención médica capaz de administrar epidurales suele significar la presencia de equipos adicionales de diagnóstico y monitorización que pueden prevenir o detectar muchas complicaciones.
Kearns está de acuerdo en que estos factores externos probablemente mejoraron significativamente los resultados de la investigación de su equipo y añade que las parturientas a las que se aplica la epidural también tienen más probabilidades de recibir hidratación y medicación adicionales por vía intravenosa que las parturientas sin un punto de inyección específico.
“A partir de nuestros datos, no podemos separar totalmente el efecto directo de la epidural del paquete de cuidados que conlleva, ya que la epidural durante el parto cambia la vía de cuidados de la mujer para mejorar la capacidad de gestionar los acontecimientos adversos”, afirma.
Preguntas persistentes
Alexandra Grosvenor Eller, médico especialista en medicina materno-fetal de Intermountain Health en Salt Lake City (EE. UU.), también señala que el hecho de que el periodo posparto del estudio sea de seis semanas, en lugar del periodo más comúnmente estudiado de dos a cuatro semanas, también podría complicar las conclusiones del estudio.
“Otros estudios suelen centrarse en las complicaciones surgidas inmediatamente durante la hospitalización del parto”, explica; “la morbilidad grave posparto es compleja, y aunque algunos casos posteriores podrían estar asociados plausiblemente con el parto y la presencia de una epidural de formas que no comprendemos muy bien, muchos podrían no estar relacionados”.
Gutman afirma que también hay “innumerables factores de confusión cuando se evalúa a una escala tan amplia”, ya que las prácticas médicas pueden variar de un hospital a otro y de una región a otra. “Por lo tanto, es difícil extrapolar los datos de población de Escocia a, digamos, Charleston, Carolina del Sur”, dice.
De hecho, un estudio de JAMA de 2022 mostró una reducción significativamente más modesta del 14% en las complicaciones derivadas del uso de la epidural, y ese estudio midió de forma similar los datos de más de medio millón de mujeres, aunque en hospitales de Nueva York en lugar de escoceses.
No obstante, si los resultados de la nueva investigación pueden reproducirse en otro país, será alentador.
“El embarazo no está exento de riesgos, y esto es aún más cierto en el caso de las poblaciones minoritarias”, afirma Elizabeth Mack, médico y jefa de la unidad de cuidados intensivos pediátricos de MUSC Children’s Health, en Carolina del Sur (EE. UU.). Señala que la tasa de mortalidad materna en 2022 en Estados Unidos fue de 22,3 muertes por cada 100 000 nacimientos, mientras que esa cifra fue de 13,4 muertes por cada 100 000 nacimientos en el Reino Unido. “Por lo tanto, es importante considerar la adopción equitativa de factores que mitiguen los riesgos relacionados con el nacimiento, como la anestesia epidural”, dice.
En España, en los últimos años ha surgido un debate entorno a las cifras de mortalidad materna. Mientras los datos oficiales lo cifran en 3,26 fallecimientos por cada 100 000 nacimientos en 2021, minetras que según el Registro Español de Morbimortalidad Materna y Perinatal esa cifra se sitúa en 13,76.
No ponerse la epidural sigue estando bien
Aunque la epidural es una de las intervenciones médicas más seguras y probadas que existen hoy en día, algunas de las razones por las que a veces las futuras madres deciden no ponérsela son el miedo a las agujas, no querer “perderse” la experiencia completa del parto, su elevado precio (en Estados Unidos, sin seguro, el coste añadido de una epidural puede oscilar entre 1000 y 8000 dólares) o creencias religiosas o culturales, señala Zakowski.
“La sensación de adormecimiento también es muy inusual, y a algunas mujeres no les gusta”, añade Chuang. “También se puede tener lo que se llama ‘dolor de cabeza espinal’ después de la epidural, que puede ser difícil de tratar”, dice Mack. Añade que, en raras ocasiones, también pueden producirse lesiones nerviosas.
Independientemente de la razón que uno tenga para decidir no ponerse la epidural, Camann dice que hay “otros métodos disponibles para aliviar el dolor, tanto farmacológicos como no farmacológicos”. Hess está de acuerdo en que la elección de ponerse o no la epidural para aliviar el dolor es “100% una decisión individual”, en la que los profesionales sanitarios no deben tratar de influir, a menos que haya que tener en cuenta condiciones preexistentes.
“Las mujeres con embarazos de bajo riesgo deben sentirse capacitadas para tomar la decisión que mejor se adapte a sus preferencias personales”, afirma Eller; “creo que es prematuro sugerir que se recomiende encarecidamente a todas las mujeres que se pongan la epidural para reducir la morbilidad materna grave”.
Afshar subraya igualmente que la nueva investigación “no afirma en modo alguno que no optar por la epidural en el parto sea inseguro”; más bien, espera que los resultados tranquilicen a las familias que optan por ponérsela en el sentido de que el procedimiento es eficaz, seguro y, en algunos casos, “puede incluso reducir el riesgo de complicaciones graves.”
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
National Geographic
Fuente de esta noticia: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/05/epidural-beneficios-riesgos-complicaciones-salvar-vidas
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