El magnate llamó “dictador brutal” al magistrado Alexandre de Moraes y le acusó de “censura” en la red social X, de su propiedad, en línea con la narrativa del exmandatario ultraderechista.
El bolsonarismo lleva días sacando pecho gracias a un poderoso aliado: el multimillonario propietario de X, Elon Musk, y su inédito duelo con el juez estrella del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil Alexandre de Moraes, a quien acusa de “censura” por el bloqueo de cuentas de su red social.
Alicaídos en los últimos tiempos por la inhabilitación y las múltiples investigaciones en curso contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, sus seguidores se sienten alentados con el embate del excéntrico dueño de Tesla, que incluye insultos como “dictador brutal” a De Moraes, así como un pedido de destitución.
En esa misma línea, la hoguera se alimenta con la drástica reacción del magistrado, que decidió incluir a Musk en una investigación sobre propagación de noticias falsas y abrirle otra por supuesta obstrucción a la Justicia.
La polémica entre Musk y De Moraes estalló el sábado, cuando el empresario dijo que levantaría todas las restricciones impuestas por la Justicia brasileña a algunas cuentas de X. El magnate aseveró que el juez “ha traicionado de manera descarada y repetidamente la Constitución y al pueblo de Brasil” y que “debería dimitir o ser destituido”.
Dos días después, Musk dijo que De Moraes, quien lleva años liderando en la máxima corte y en la justicia electoral la lucha contra la desinformación, tiene “amarrado” al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
La pugna ha desatado en las redes sociales una oleada de mensajes de bolsonaristas en apoyo a Musk. El propio Bolsonaro calificó al magnate, quien visitó Brasil durante su mandato (2019-2022), de “mito” de la libertad de los brasileños.
Y es que el dueño de Tesla y SpaceX tocó unas teclas centrales en la narrativa bolsonarista: la defensa de un concepto de libertad de expresión ilimitada que se yuxtapone a la de desinformación, como quedó claro en la campaña que lo llevó al poder en 2018, y las acusaciones de que la justicia en Brasil está politizada y solo persigue a la ultraderecha.
Un traidor “a la Constitución”
En los últimos años, el magistrado tomó varias medidas contra perfiles de redes sociales y ordenó la suspensión de una serie de cuentas objeto de investigaciones sobre la desinformación, el discurso del odio y los ataques infundados a la fiabilidad del sistema electrónico de voto.
De Moraes es un enemigo abierto de Bolsonaro y está a cargo de varios procesos que corren en su contra, como la que versa sobre el intento de golpe contra Lula, en una feroz arremetida contra las sedes de los tres poderes en Brasilia en enero de 2023.
La actuación del juez ha sido objeto de críticas también por la contundencia de sus medidas y su excesivo papel mediático, algo por otra parte bastante frecuente en Brasil.
“Propaganda ultraderechista”
El cierre de filas bolsonarista con Musk se da antes de un acto convocado por Bolsonaro el 21 de abril en Río de Janeiro, ciudad en la que entró en política hace más de cuatro décadas. Como ya hizo en febrero en Sao Paulo, el expresidente, inhabilitado políticamente hasta 2030, aprovechará la ocasión para rechazar las acusaciones que lo implican en la organización del intento de golpe.
Como es habitual, los hijos de Bolsonaro han tomado partido en la polémica. En su intervención en el histórico programa Roda Viva, el senador Flávio Bolsonaro defendió a Musk y criticó las decisiones de De Moraes, mientras que el concejal Carlos Bolsonaro consideró que Brasil ha alcanzado “el nivel de Cuba y Corea del Norte”.
La antropóloga Isabel Kalil, coordinadora del Observatorio de la Extrema Derecha, afirmó que esta controversia es un balón de oxígeno al bolsonarismo, en momentos en que está “relativamente debilitado” por las cuentas pendientes del mandatario con la Justicia, aunque conserve un sólido apoyo electoral.
“Estos hechos unifican una agenda que de alguna manera fue desmovilizada y pueden contribuir a reagrupar ciertas bases de propaganda de extrema derecha, porque terminan validando la teoría de que vivimos en una dictadura del Poder Judicial y que el STF toma acciones arbitrarias”, explicó.
El embate de Musk movilizó también a la base del gobierno de Lula y a sus aliados, que volvieron a defender la necesidad de aprobar un proyecto de ley para regular las redes sociales en Brasil, que sigue estancado en el Congreso.
El presidente del Senado, el conservador Rodrigo Pacheco, dijo que es “inevitable” que eso ocurra en Brasil para evitar que el poder judicial tenga que decidir sobre lo relativo a esas plataformas.
actualidad.rt.com
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