Con casi 9 millones de muertes anuales, estos cuadros se presentan como los de mayor riesgo para la salud de la mujer a nivel global. El rol de la menopausia, cuáles son los factores de riesgo femeninos y en qué se diferencian los síntomas con los varones.
Según la Federación Mundial del Corazón, cada año, en todo el mundo mueren casi 9 millones de mujeres por enfermedades cardiovasculares (ECV), las cuales incluyen a la enfermedad coronaria (EC) y el accidente cerebrovascular (ACV). Con lo cual, se posiciona como el principal problema de salud de las mujeres en todo el planeta.
Es por eso que, en el Día Internacional de la Mujer, los expertos señalan la importancia de tomar conciencia sobre esta situación, además de los factores de riesgo y las medidas de prevención, ya que el número de mujeres jóvenes afectadas por estos cuadros está en aumento, y en muchos países existe una mayor la mortalidad en la mujer con respecto al hombre.
En ese sentido, según explicaron a Infobae desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC), un reciente informe de la Comisión de la mujer y ECV de la revista Lancet, destacó que el 35% de todas las muertes en mujeres a nivel mundial son debidas a ECV y que 275 millones fueron diagnosticadas con esta enfermedad en 2019. Sin embargo, pese a estas cifras, existe en “los países occidentales una identificación inadecuada acerca de cuál es su principal problema de salud, subestimando a la ECV como amenaza y viéndola más como un problema del hombre”.
“En Latinoamérica, tres encuestas recientes reportaron que menos del 20% de mujeres identificaron a la ECV como principal afección o primera causa de muerte”, resaltó a Infobae la médica cardióloga Lorena Scaglione (MP 16792), Presidente del Comité de Enfermedad Cardiovascular en la Mujer de la FAC. Al tiempo que resaltó que “el cáncer y la muerte violenta (o el femicidio) son las más temida por el sexo femenino, y esto fue igual en los tres países del cono sur que participaron en la encuesta (Argentina, Chile y Uruguay)”.
En ese tono, la médica cardióloga Mildren del Sueldo (MP 1906), Directora de Mujeres en Rojo Argentina, señaló a Infobae que “aunque comúnmente se cree que los hombres son más propensos a morir por un infarto, los estudios demuestran que las mujeres también están afectadas por este flagelo, y gradualmente, el número de mujeres jóvenes afectadas está en aumento, siendo en muchos países mayor la mortalidad en la mujer con respecto al hombre”.
“A las mujeres más jovenes que se infartan les va peor y tienen cuadros más graves y mayor mortalidad”, advirtió la experta y agregó: “En el año 2022, en nuestro país, fallecieron más mujeres (56,137) que hombres (53,921) a causa de enfermedades cardiovasculares, y más de la mitad de estos fallecimientos se debieron a cardiopatía isquémica o infarto”.
Lo cierto esta falta de percepción sobre el riesgo que representan estas enfermedades, en palabras de las expertas de la FAC, puede contar con varios factores, aunque resaltaron que “desde hace muchos años la comunidad médica ha puesto gran énfasis en la salud reproductiva de las mujeres, como el cáncer de mama y cervical, lo que puede desviar la atención de otras condiciones de salud, como las ECV. Además el cáncer de mama, en particular, puede tener un estigma asociado, lo que contribuye a aumentar el miedo y la ansiedad en torno a esta enfermedad”.
“Las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse si las detectamos a tiempo: es ahí donde está la clave”, resaltaron.
Salud cardiovascular en las mujeres: cuáles son los factores de riesgo
“Los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) tradicionales o convencionales están bien establecidos y son comunes en toda la población, y si bien hombres y mujeres comparten características similares, algunos tienen una mayor preponderancia o generan un riesgo más significativo en las mujeres”, indicó.
En palabras de la experta, dentro de los factores de riesgo existen los no modificables, como la edad y los antecedentes familiares, y los modificables, tales como hipertensión arterial, dislipidemia o colesterol elevado, sobrepeso y obesidad, diabetes mellitus, tabaquismo, inactividad física o sedentarismo, y el síndrome metabólico. Pero no son los únicos, ya que además se distinguen los no convencionales o emergentes, que comprenden aquellos “cuyo impacto es mayor en las mujeres, como la depresión, el estrés, las enfermedades autoinmunes y los tratamientos oncológicos, con sus efectos cardiotóxicos”.
Incluso, según detalló Scaglione, hay factores de riesgo cardiovascular que son únicos “en la mujer, como la edad de inicio de la menarca, el síndrome de ovarios poliquísticos, la insuficiencia ovárica prematura, la menopausia temprana, los tratamientos hormonales y los eventos adversos del embarazo, tales como los trastornos hipertensivos asociados al embarazo y la preeclampsia, la diabetes mellitus gestacional, el parto pretérmino y el recién nacido de bajo peso”.
“Estos eventos adversos que ocurren durante el embarazo son más comunes de lo que se piensa, ya que una de cada cinco mujeres lo experimenta y estos aumentan el riesgo cardiovascular de esas mujeres a lo largo de la vida”, destacó la experta.
Es por eso que, “identificar y evaluar los FRCV en la mujer, implica considerar todos los factores mencionados (no solo los tradicionales), entendiendo que puede haber similitudes con el sexo masculino o presentar asociaciones específicas y distintivas en la mujer”, resaltó del Sueldo y destacó “la importancia de comprenderlos, identificarlos tempranamente y aplicar intervenciones oportunas, ya sea a través de cambios en el estilo de vida o terapias adecuadas”.
Enfermedades cardiovasculares: cómo se manifiesta la enfermedad en las mujeres
Es común escuchar que, ante un dolor en el pecho, opresivo y que se extiende al brazo izquierdo, es importante acudir a un experto, ya que es posible que se trata de un cuadro cardiovascular. Sin embargo, la manifestación de la enfermedad es diferente entre hombres y mujeres.
“En la mayoría de las mujeres no se presentan de la forma clásica conocida y los síntomas son más difíciles de reconocer o son atípicos, como falta de aire, malestar general, dolor en mandíbula, espalda o estómago; y esto es un motivo de retraso en la consulta y por ende de su atención y tratamiento”, aseguró Scaglione.
Al tiempo que del Sueldo añadió: “Las investigaciones demuestran que existen sesgos de género en la identificación de los modos de enfermar del corazón que tienen las mujeres, de consultar y ser atendidas por una enfermedad coronaria, que serían una barrera en la prevención de esta enfermedad”.
Cómo influye la menopausia en las enfermedades cardiovasculares
La menopausia es un proceso biológico natural, que marca el final de los ciclos menstruales y se diagnostica luego de que transcurren doce meses sin la presencia de un período menstrual, según resaltan desde Mayo Clinic. Su aparición puede producirse entre los 40 y 50 años.
“La menopausia tiene un impacto significativo en la aparición de enfermedades cardiovasculares en las mujeres. A medida que una mujer envejece, su riesgo de desarrollar estas enfermedades aumenta, y la menopausia, especialmente si ocurre a una edad temprana (antes de los 40 o 45 años), incrementa este riesgo de manera significativa”, destacó del Sueldo.
Durante ese periodo, se manifiestan una serie de cambios fisiológicos y hormonales en el cuerpo de la mujer, los cuales elevan el riesgo de estos cuadros. “Por ejemplo, el colesterol LDL, conocido como ‘colesterol malo’, tiende a aumentar, mientras que el colesterol HDL, o ‘colesterol bueno’, tiende a disminuir. Además, los niveles de triglicéridos y ciertos tipos de grasas en la sangre también tienden a aumentar. Estos cambios en los niveles de lípidos en la sangre pueden contribuir al desarrollo de aterosclerosis y enfermedad coronaria”, enumeró Scaglione.
“Además, durante la menopausia, se produce una disminución en los niveles de estrógeno, hormona que ejerce un efecto protector sobre el sistema cardiovascular. Esta reducción puede predisponer a las mujeres a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ya que esta hormona tiene efectos beneficiosos sobre los vasos sanguíneos, el metabolismo de los lípidos y la función plaquetaria”, agregó.
6 claves sobre la salud cardiovascular femenina
Ante esta realidad, las expertas resaltaron seis puntos claves para que las mujeres cuiden su corazón, además de para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares
- Conciencia sobre el riesgo cardiovascular: es fundamental que las mujeres estén al tanto de su riesgo personal y comprendan que éste aumenta con la edad, especialmente durante la menopausia.
- Estilo de vida saludable: adoptar hábitos de vida saludables, como mantener una dieta equilibrada y baja en grasas saturadas y azúcares, realizar ejercicio regularmente, mantener un peso saludable y evitar el tabaco, puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Control de factores de riesgo: es importante controlar y manejar los factores de riesgo cardiovascular, ya enumerados previamente, a través de la medicación, la dieta y el ejercicio, según sea necesario. Es importante que la mujer que tuvo una complicación durante el embarazo, luego del parto, haga los controles médicos correspondiente, ya que estas complicaciones dejan una huella en la salud cardiovascular para el resto de su vida, aumentando el riesgo de padecer en un futuro una enfermedad cardiaca
- Conciencia sobre síntomas: las mujeres deben estar al tanto de los posibles síntomas de enfermedades cardiovasculares, que pueden diferir de los síntomas típicos en los hombres. Por ejemplo, en lugar de experimentar un dolor torácico intenso, pueden presentar síntomas más sutiles, como fatiga inexplicable, dificultad para respirar, náuseas o dolor en la mandíbula.
- Exámenes de detección: es importante que las mujeres se sometan a exámenes de detección periódicos, como mediciones de presión arterial, análisis de sangre para controlar los niveles de colesterol y glucosa, y discutir con su médico cualquier síntoma o preocupación relacionada con su salud cardiovascular.
- Apoyo emocional y reducción del estrés: el estrés y la ansiedad pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, es importante que las mujeres busquen apoyo emocional, practiquen técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el yoga, y mantengan una red de apoyo social fuerte.
“En resumen, al mantener un estilo de vida saludable, controlar los factores de riesgo, estar al tanto de los síntomas y someterse a exámenes de detección periódicos, las mujeres pueden reducir su riesgo de enfermedades cardiovasculares y promover una salud cardiovascular óptima”, recalcó del Sueldo y Scaglione concluyó: “Por eso desde el Comité de Enfermedades Cardiovasculares de la Mujer de FAC estamos convencidos que es necesaria una ley de salud cardiovascular en la mujer, para llevar este conocimiento a toda la población y realizar acciones para detectar y prevenir estas enfermedades, disminuir la mortalidad y evitar las discapacidades asociada”.
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