Científicos de los Estados Unidos, liderados por Valter Longo, dieron detalles sobre los ensayos clínicos que se centraron en este tipo de alimentación. Cuáles son los beneficios y en qué casos está contraindicada.
Se sabe que reducir el consumo de calorías o hacer cambios en la composición de la alimentación diaria pueden ayudar al envejecimiento saludable. Pero la mayoría de las personas que tienen sobrepeso u obesidad tienen dificultades para seguir dietas crónicas y extremas, que -además- pueden generar efectos potencialmente adversos.
En los Estados Unidos, un nuevo estudio aportó pruebas sobre una estrategia que podría conseguir más adherencia. Le llaman la “dieta que imita el ayuno (FMD, por sus siglas en inglés)”, que es baja en calorías, azúcares y proteínas pero alta en grasas insaturadas.
La investigación, que fue publicada en la revista Nature Communication, reveló que los ciclos de la dieta que imita el ayuno pueden reducir los signos de envejecimiento del sistema inmunitario, así como la resistencia a la insulina y la grasa en el hígado en las personas. Eso se traduce en una menor edad biológica.
La dieta fue desarrollada por el laboratorio del profesor de la Escuela Leonard Davis de la Universidad del Sur de California, Valter Longo, que es el autor principal del nuevo estudio y conocido como el “gurú de la longevidad”. Puede tener beneficios, pero no está indicada para todas las personas.
La llamada “dieta que imita el ayuno” consiste en una alimentación de cinco días rica en grasas insaturadas y baja en calorías, proteínas e hidratos de carbono.
Está diseñada para imitar los efectos de un ayuno de sólo agua, al tiempo que aporta los nutrientes necesarios y facilita que las personas completen el ayuno.
Los estudios previos habían sugerido que esa dieta, en ciclos breves y periódicos, tiene estos beneficios:
- Promover la regeneración de células madre
- Disminuir los efectos secundarios de la quimioterapia
- Reducir los signos de demencia en ratones
- Cuando se hacen varios ciclos, se pueden reducir los factores de riesgo de cáncer, diabetes, cardiopatías y otras enfermedades relacionadas con la edad en humanos.
Ahora, hicieron “el primer estudio que demuestra que una intervención basada en alimentos que no requiere cambios crónicos en la dieta ni en el estilo de vida puede rejuvenecer biológicamente a las personas, basándose tanto en los cambios en los factores de riesgo de envejecimiento y enfermedad como en un método validado desarrollado por el grupo de la científica Morgan Levine para evaluar la edad biológica”, afirmó Longo.
Con su equipo había demostrado anteriormente que uno o dos ciclos de la FMD durante cinco días al mes aumentaban la duración de la salud y la esperanza de vida de ratones con una dieta normal u occidental. Pero hasta ahora se desconocían los efectos de la FMD sobre el envejecimiento y la edad biológica, la grasa hepática y el envejecimiento del sistema inmunitario en seres humanos.
El estudio analizó los efectos de la dieta en dos poblaciones a través de un ensayo clínico, cada una con hombres y mujeres de entre 18 y 70 años. Los pacientes asignados aleatoriamente a la dieta que imita el ayuno se sometieron a 3 o 4 ciclos mensuales. Siguieron la FMD durante 5 días, y después siguieron una dieta normal durante 25 días.
La dieta que imita al ayuno se compone de sopas vegetales, barritas energéticas, bebidas energéticas, aperitivos de papas fritas y té en porciones durante 5 días, así como de un suplemento que proporciona altos niveles de minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales. A los pacientes de los grupos de control se les indicó que siguieran una dieta normal o mediterránea.
Un análisis de las muestras de sangre de los participantes demostró que los pacientes del grupo de la FMD presentaban menos factores de riesgo de diabetes, incluida una menor resistencia a la insulina y un menor resultado de hemoglobina glicosilada HbA1c.
Las imágenes por la tecnología de la resonancia magnética también revelaron una disminución de la grasa abdominal, así como de la grasa dentro del hígado, mejoras asociadas a un menor riesgo de síndrome metabólico. Además, los ciclos de FMD parecían aumentar la relación entre linfoides y mieloides, un indicador de un sistema inmunitario más joven.
Otros análisis estadísticos de los resultados de ambos estudios clínicos demostraron que los participantes en la FMD habían reducido su edad biológica -una medida del funcionamiento de las células y tejidos de una persona, en contraposición a la edad cronológica- en 2,5 años en promedio.
“Este estudio muestra por primera vez pruebas de reducción de la edad biológica a partir de dos ensayos clínicos distintos, acompañadas de indicios de rejuvenecimiento de la función metabólica e inmunitaria”, afirmó Longo.
Los resultados dan más apoyo a la dieta que imita al ayuno como intervención dietética periódica y realizable a corto plazo que puede ayudar a las personas a disminuir su riesgo de enfermedad y mejorar su salud sin grandes cambios en su estilo de vida, de acuerdo con Longo.
“Aunque muchos médicos ya la recomiendan en los Estados Unidos y Europa, estos hallazgos deberían animar a muchos más profesionales sanitarios a recomendar los ciclos de FMD a pacientes con niveles de factores de riesgo de enfermedad superiores a los deseados, así como a la población general que pueda estar interesada en una mayor función y a una edad más temprana”, consideró Longo, quien es también fundador y propietario de una empresa que vende productos relacionados con la dieta.
Consultada por Infobae, Marianela Aguirre Ackerman, integrante de la subcomisión científica de la Sociedad Argentina de Nutrición, comentó sobre el estudio: “Este último estudio de la dieta que imita al ayuno demuestra que se mejoran los biomarcadores relacionadas con la edad y con la grasa visceral y hepática, entre otros beneficios. Pero también hay que considerar sus limitaciones”.
La investigación tuvo una muestra limitada de participantes (50 en cada grupo) sanos. “Usaron productos comerciales que son elaborados por una empresa que tienen parte de los autores. Eso podría generar un sesgo. El estudio duró solo 3 meses. Por lo cual son resultados a corto plazo. Y los resultados se compararon con un grupo que siguió consumiendo su dieta habitual”, resaltó la médica.
Para Aguirre Ackermann, la dieta que imita al ayuno y otras opciones de ayuno intermitente “pueden ser una opción para individuos sanos que buscan perder peso, mejorar su perfil metabólico y su salud general. Es particularmente útil para aquellos que prefieren limitar los momentos de ingesta en lugar de contar calorías de manera estricta”.
Sin embargo, esas dietas no son adecuadas para todos. “No es conveniente en niños y adolescentes en crecimiento, que tienen necesidades nutricionales que deben ser satisfechas de manera constante. Tampoco en personas que cursan un embarazo o lactantes, ya que en esos momentos se necesitan un aporte calórico y nutricional continuo para asegurar el bienestar del bebé y el propio”.
También están contraindicadas en personas con trastornos alimentarios o antecedentes de trastornos, ya que deben evitar prácticas que impliquen restricciones severas. Y en personas con enfermedades crónicas como diabetes tipo 1, enfermedades cardiovasculares u otras enfermedades crónicas deben consultar con un profesional de salud antes.
infobae.com
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