Con criterios superficiales se sugiere reformar el Código Penal y las leyes protectoras a la mujer para disminuir los feminicidios que, si se las lee detenidamente se obtendrá la conclusión que son normas bien concebidas, solo que necesitan la implementación y la observación por jueces eximiamente formados y no contaminados por la corrupción; otra acción importante le corresponde a la Policía que debe dejar de proteger a los hombres por un sentido inequívocamente erróneo de protección a la supuesta dominación de la mujer por el hombre que, todavía es avalada por gran parte de la sociedad.
Los organismos oficiales se atreven a publicar las estadísticas de feminicidios sin considerar que los no denunciados superan al número oficial; esa dicotomía se genera por la comprensible desconfianza en la justicia y en la Policía, confirmando que esta realidad sitúa al país como uno más de los que no cuidan ni veneran la aplicación justa de los postulados inscritos en el ordenamiento jurídico, menos los implementan disciplinadamente, utilizando, cuando se la necesita, la coacción.
La ley 603 sobre el divorcio, en trámite sumarísimo, facilita desembarazarse legalmente del cónyuge maltratador y agresivo y de no acogerse a esta norma, la mujer termina su valiosa vida asesinada. A esa mujer que se planta frente al hombre por sus convicciones, que es un trasunto de la valentía y coraje extraordinarios que no resisten ante la fuerza física del macho, consensuando por simple sentido común que Dios no le asignó fuerza al hombre para interrumpir la vida de nadie.
Este tema se circunscribe a la insistencia por el equilibrio y el respeto a la mujer y se deben conocer nuevamente los motivos que impulsan al hombre a perder su racionalidad y convertirse, destruyendo su vida ad aeternum, en homicida. La causa es la carencia de educación y práctica cotidiana, con convicción, de la igualdad.
Si una persona se preocupa intensamente por este todavía insoluble problema social, debe seguir insistiendo en su gravedad; para lograr ese propósito la prensa asume un rol preponderante pues leer artículos esclarecedores sobre el feminicidio que elimina al ser más importante de la creación, horada la consciencia de la sociedades para no elegir la rutina y la indolencia cuando nuestros propios hogares no son afectados por este execrable delito, pero sí el de los otros.
La historia y la literatura son ricas en ejemplos sobre los celos que son expresión inequívoca de la inseguridad de la posesión por su incontenible amor. El celoso de imaginación es altamente peligroso, duda sin pruebas temiendo el engaño que zahiere su amor propio y dignidad; los celos difieren en cada individuo pues nunca se equiparan el temperamento y la experiencia.
El que ama como Werther, la excepcional creación de Goethe no puede tener celos análogos a los que aman como Don Juan; el inteligente, el tonto, el soberbio y vanidoso, el digno, el joven, el viejo celan de distinta manera así cada celoso tiene los celos según su forma de amar.
La educación y el ejemplo de profundo respeto a la mujer, deben comenzar en el hogar, luego cimentar estos ejemplos en la escuela, el colegio, la universidad y en el oficio, desactivando esa ominosa tendencia de la prevalencia del niño ante la niña, concediéndole a aquél todas las oportunidades de estudio y libertad, relegando a niña a las labores de casa. En este tema las madres asumen un rol fundamental, pues deben inculcarles en sus ejemplos la plena igualdad y, niño que ha digerido en su subconsciente la igualdad, será un ejemplar hombre en la adolescencia y adultez
Observe la lectora que mientras se cobije en el espíritu del hombre la posesión, siempre las relaciones serán tortuosas pues implica sumisión y subestimación a la mujer, lo cual hoy es parte de la noble lucha de la mujer por la igualdad plena de género.
Los niños celan a sus hermanos cuando los suponen preferidos, los padres se celan entre sí cuando se concede a otros la confianza que cada uno ansiaría le estuviesen reservadas en exclusividad.
Es en el amor propiamente dicho en que la afección entre personas de distinto sexo donde los celos expresan pasión desequilibrada y casi siempre dramática, conmovedora e infelizmente trágica. Prevalece el instinto antes que el maravilloso detente de la educación.
La Voz de Tarija por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas
Fuente de esta noticia: https://lavozdetarija.com/2024/02/14/educacion-para-eliminar-definitivamente-los-feminicidios/
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