Científicos del Centro para la Conservación de la Diversidad Biológica estiman que decenas de animales se extinguen cada día.
La extinción de una especie animal ocurre cuando muere el último miembro individual de esa especie. Aunque una especie puede estar “extinta en la naturaleza”, la especie no se extinguirá hasta que cada individuo, independientemente de su ubicación, cautividad o capacidad de reproducción, haya muerto.
La mayoría de las especies extintas se extinguieron como resultado de causas naturales. Pero ya hemos visto que otros animales, como la paloma mensajera, se extinguieron debido a la pérdida de hábitat provocada por el hombre y a la caza excesiva. Las cuestiones ambientales causadas por el hombre también están creando graves desafíos para varias especies en peligro o en peligro de extinción.
Sarah Romero
La organización sin ánimo de lucro Endangered Species International, estima que el 99,9% de los animales que alguna vez existieron en la tierra se ha extinguido debido a eventos catastróficos que ocurrieron mientras la Tierra estaba evolucionando. Cuando estos eventos causan que los animales mueran, se llama extinción masiva. Ha habido múltiples extinciones masivas debido a eventos cataclísmicos naturales.
Si bien las extinciones masivas previas ocurrieron mucho antes de la historia registrada, muchos científicos creen que estamos inmersos en una: la sexta extinción masiva de flora y fauna. No ha habido extinciones masivas en los últimos 500 millones de años, pero ahora que las actividades humanas están afectando a la Tierra, las extinciones están ocurriendo a un ritmo alarmante.
Una tasa normal de extinción, debido a causas naturales, es de 1 a 5 especies por año. Sin embargo, con actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la destrucción de hábitats, estamos perdiendo especies de plantas, animales e insectos a un ritmo alarmantemente rápido. Los científicos del Centro para la Diversidad Biológica estiman que la tasa es un millar más, o incluso diez mil más, que el 1 a 5. Creen que decenas de animales se están extinguiendo todos los días.
Las especies más grandes que se dirigen rápidamente hacia la extinción son los anfibios. Cuando las ranas y otros anfibios comienzan a morir en grandes cantidades, otras especies caen en efecto dominó. Save the Frogs, una organización dedicada a comprender la amenaza para las ranas y otros anfibios, estima que un tercio de las especies ya está en el umbral de su extinción.
Dodo
Es probablemente la especie extinta (Raphus cucullatus), endémica de las islas Mauricio, fue sentenciada en unas pocas décadas. La primera mención registrada del ave no voladora fue realizada por marineros holandeses en 1598; el último avistamiento de un pájaro dodo fue en 1662. A pesar de su abundancia durante el siglo XVII, queda muy poco en los museos como evidencia de su existencia. Hay algunos esqueletos parciales: una calavera en Copenhague, un pico en Praga, una pata en el Museo de Historia Natural y una cabeza y una pata en Oxford. El único pájaro completo conocido estaba en la colección de John Tradescant que lo legó al Museo Ashmolean en Oxford; desgraciadamente se pudrió y acabaron quemándolo. Gracias a la dedicación de un curador del Museo Ashmolean, se salvó la cabeza y una pata que ahora se encuentran en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford.
Rana incubadora gástrica
La rana incubadora gástrica (Rheobatrachus silus) era una especie australiana de anfibio con un sistema reproductivo bastante particular. Originaria de Queensland (Australia), la hembra se tragaba los huevos fertilizados y los incubaba en su propio estómago, que crecía gradualmente hasta que casi el 40% del peso correspondía a las crías. Tras seis semanas, las crías salían por la boca de la madre completamente desarrolladas. Se considera extinta desde 2002. Crédito imagen:The Rainforest Information Centre
Leopardo nebuloso de Formosa
El leopardo nebuloso de Formosa (Neofelis nebulosa brachyura), también conocido como pantera nebulosa de Taiwán, era una subespecie endémica de esta isla llamada anteriormente Formosa. Lo cierto es que aunque desde 1910 no había una confirmación científica de su existencia, los científicos se habían resistido a declarar esta especie como extinta, concluyendo que la falta de observaciones se debía a su escasez y a su carácter escurridizo. La caza furtiva, la destrucción de su hábitat para la agricultura y la expansión de las comunidades humanas, contribuyeron a la completa desaparición de este gran depredador.
Paloma migratoria
La paloma migratoria (Ectopistes migratorius) era una de las aves más espectaculares del mundo. Podía alcanzar velocidades de casi 100 kilómetros por hora. En el apogeo de su población, sumaban hasta cinco mil millones, lo que los convierte en la especie de ave más poblada del planeta (sus bandadas eran impresionantes). Por desgracia, con la llegada de los europeos, decenas de millones eran sacrificadas cada año. Las cazaron a escala industrial para obtener carne barata, hasta que la última paloma salvaje migratoria fue vista en 1901. El zoológico de Cincinnati era el hogar de la última ave en cautividad, Martha, que murió el 1 de septiembre de 1914.
Rinoceronte negro occidental
Fue la subespecie más rara de rinoceronte negro. Esta subespecie una vez vagó por el África subsahariana, pero fue víctima de la caza furtiva. Su población era de cientos en 1980, y cayó a 10 en 2000. Apenas cinco años después ya no se conseguía observar a ninguno. Finalmente, la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) lo declaró extinto en septiembre de 2011. Medía entre 3-3.8 metros de largo y 1.4-1.7 metros de alto. Pesaba entre 800-1,300 kg. y tenía dos cuernos. Precisamente la creencia de que sus cuernos tenían propiedades medicinales, condujeron a una exacerbada caza furtiva.
Moho
Un género de aves hawaianas extintas, que incluían a cuatro especies: Moho apicalis, Moho bishopi, Moho nobilis y Moho braccatus. El moho se extinguió debido a la caza y la pérdida de hábitat. El último pájaro de este tipo fue visto en Hawái en 1934.
Ibex pirenaica
El bucardo o ibex pirenaico (Capra pyrenaica pyrenaica) era una subespecie del íbice español. Vagaba frecuentemente por los Pirineos, pero su población cayó bruscamente en los siglos XIX y XX. Las razones de su declive siguen siendo desconocidas. Fue declarado extinguido en el 2000. Dos de las cuatro subespecies del ibex español todavía existen: el íbice español occidental, que se encuentra en los Picos de Europa, y el íbice español del sudeste, común en Sierra Nevada.
Baiji
El baiji (Lipotes vexillifer), también llamado delfín chino de río, solo podía encontrarse en el río Yangtze en China. Estos mamíferos podían crecer hasta 2,5 metros de largo. Confiaban en la ecolocalización para navegar y buscar alimento debido a sus pequeños ojos y su mala vista. Su número disminuyó drásticamente desde la década de 1950 en adelante. A medida que China se industrializaba, el río se utilizaba para la pesca, el transporte y la energía hidroeléctrica, lo que tuvo un gran efecto en los mamíferos. Fue declarado extinto en 2006.
Macrotis
Macrotis, conocidos vulgarmente como bilbies, cuenta con dos especies. La especie Macrotis leucora -muy parecida a un conejo- se extinguió en la década de 1950. Se trataba de un pequeño animal omnívoro de Australia (de apenas 400 gramos de peso) que acabaría extinguiéndose 50 años después de su descubrimiento, sobre todo a causa de depredadores como zorros y gatos. La otra especie que aún sobrevive, Macrotis lagotis, se encuentra en estado vulnerable según la UICN.
Quagga
La quagga (Equus quagga quagga) era una subespecie de cebra común. Era bastante curiosa, pues solo presentaba rayas en la mitad frontal de su cuerpo. Vivía en Sudáfrica y fue muy perseguida después de que los colonos holandeses llegaran y la encontraran compitiendo con los animales domésticos por el forraje. Se extinguió en estado salvaje en 1878 y el último espécimen cautivo murió en Amsterdam en 1883. Es el único animal extinto cuyo ADN ha sido extraído, secuenciado y estudiado completamente.
Tigre de Tasmania
El tilacino (Thylacinus cynocephalus) o tigre de Tasmania era un marsupial que habitaba en Australia, Nueva Guinea y Tasmania. Su población se extinguió en la década de 1960 por razones que aún se desconocen. Se trataba de un gran marsupial carnívoro sin relación con los tigres. Tenía el aspecto de un perro de tamaño mediano a grande (pesaba 30 kg con una longitud de la nariz a la cola de casi 2 metros), pero las rayas oscuras le daban un cierto aire a tigre. Se cree que fue perseguido hasta la extinción, alentado por las recompensas; la invasión humana de su hábitat y la enfermedad también podrían haber contribuido. El último tigre salvaje de Tasmania fue asesinado entre 1910 y 1920, y el último cautivo murió en Hobart Zoo, Tasmania en 1936.
Smilodon
Smilodon fue uno de los mamíferos prehistóricos más populares debido a sus enormes caninos. Un ejemplar adulto podía pesar entre 55 y 300 kilogramos. Incorrectamente llamado tigre dientes de sable (pues es una especie distinta del tigre actual), vivió en América del Norte durante el período Pleistoceno, pero toda su población murió hace 10.000 años, hacia el final de la última Edad de Hielo, coincidiendo con la llegada de los humanos a continentes a los que nunca antes habían tenido acceso.
Uro euroasiático
Se cree que el uro euroasiático (bos primigenius primigenius) apareció hace aproximadamente 2 millones de años, con el Bos acutrifons, como primer exponente de este género. Podemos considerarlo el antepasado del ganado doméstico. Estos animales vivían en diferentes partes del norte de África, Asia e incluso Europa, donde solía ser uno de los herbívoros de mayor tamaño. Se considera extinto desde 1627 debido a la caza, el retroceso de los bosques y la domesticación.
Pato del Labrador
El pato del Labrador (Camptorhynchus labradorius) fue descubierto en 1789, y apenas 89 años después se extinguió. Se desconoce la razón de su desaparición, pero probablemente fue la caza indiscriminada. Este UICN de varios colores de Norteamérica migraba anualmente desde Nueva Jersey a Nueva Inglaterra. No hay registros desde la recolección del último espécimen en 1875.
Alca gigante
El alca gigante (Pinguinus impennis) era también un pájaro grande y no volador localizado en el Atlántico Norte e incluso tan al sur como el norte de España. Tenía una altura promedio de 75-85 cm y pesaba alrededor de 5 kg. Era un poderoso nadador, lo que lo convertían en un fantástico cazador subacuático. Eso sí, en tierra firme eran muy torpes. Los primeros exploradores los cazaban como fuente de alimento fácil de conseguir. Para 1835 todos habían sido exterminados. El Museo de Historia Natural de Londres alberga un ejemplar con la siguiente leyenda: ‘es uno de los símbolos más poderosos del daño que los humanos pueden causar. La especie se extinguió en el siglo XIX como consecuencia de siglos de intensa explotación humana”.
Tortuga gigante de Pinta
La tortuga gigante de Pinta (Chelonoidis abingdonii) fue una subespecie endémica de la isla Pinta de las islas Galápagos (Ecuador). Se considera extinta, y el último ejemplar conocido, el Solitario George, murió en 2012 por causas naturales (probablemente a los 112 años).
Moa
Los moas (Dinornithidae) eran aves no voladoras que habitaban en Nueva Zelanda. Sus especies varían en tamaño, yendo desde el tamaño de un gallo hasta las moas gigantes que podían llegar a medir 3 metros de altura y pesar unos 250 kg. Fue una de las aves más grandes que jamás haya existido. Se extinguió en el año 1400 debido a la caza excesiva por parte de los maoríes.
Ave elefante
Al igual que el dodo, se trata de un pájaro no volador. Y no es de extrañar debido a su tamaño. El ave elefante (Aepyornithidae), era enorme, podía pesar sobre 550 kilogramos y tener hasta 3 metros de altura y 2,3 metros de longitud. Vivía en la isla de Madagascar. Entre los siglos XVII y XVIII, se extinguió por razones aún desconocidas. Sin embargo, se cree que la actividad de caza humana abusiva jugó un papel clave, como en tantas otras especies.
Gorrión costero oscuro
El gorrión costero oscuro (Ammodramus maritimus nigrescens) era una especie no migratoria de gorrión marino que solía vivir en el sur de Florida, en las marismas saladas naturales de Merrit Island y a lo largo del río St.Johns.. En 1990, esta ave fue oficialmente declarada extinta después de que los humanos nos encargáramos de rociar con insecticida DDT su hábitat. El último individuo conocido murió el 17 de junio de 1987.
Vaca marina de Steller
La vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas) era uno de esos mamíferos de gran tamaño como las ballenas. Existió en la época del holoceno y llegaba a alcanzar hasta nueve metros de longitud (y pesar de 4 a 10 toneladas). Por desgracia, fue cazada hasta la extinción en 1768. El naturalista alemán Georg Wilhelm Steller describió su piel como “más parecida a la corteza de un roble antiguo que a la piel de un animal, casi impenetrable a un hacha o la punta de un anzuelo”. Puede contemplarse un esqueleto completo en el Museo de Historia Natural de Helsinki en Finlandia.
Guacamayo cubano
El guacamayo cubano (Ara tricolor) pariente de los loros, habitaba las islas de Cuba y de la Juventud. Esta especie medía entre 45 y 50 centímetros y presentaba la frente de color rojizo y naranja y la nuca de color amarillo. Durante el vuelo, en el que abría su cola, se veía magnífico, majestuoso gracias a su coloración llamativa y a su considerable tamaño. Este guacamayo fue la última especie de guacamayo del Caribe que se extinguió antes de 1900. ¿La responsable? La deforestación y la caza masiva.
Cotorra de Carolina
La cotorra de Carolina (Conuropsis carolinensi )era la única especie del género Conuropsis que existía y también la única especie de loro autóctono de América del Norte al este del Misisipí. Se trataba de un pequeño loro verde con la cabeza de color rojo amarillo brillante. Muy espectacular. Por desgracia, la deforestación, la caza masiva, las especies invasoras y la enfermedad provocaron su extinción. El último espécimen en cautiverio murió en 1918.
Antílope azul
El antílope azul de El Cabo (Hippotragus leucophaeus) desapareció no solo porque su hábitat fuera invadido por la agricultura, sino porque los colonos europeos se dedicaron a cazarlos indiscriminadamente en la sabana africana. Era un animal que a pesar de ser la especie más pequeña de su género, tuvo que ser un animal muy bello. Presentaba un peso corporal de unos 150 kg y una longitud de 1,1 metros en su etapa adulta. El antílope azul fue declarado extinto en 1800.
Huia
La huia (Heteralocha acutirostri) era una especie de ave endémica de la isla Norte de Nueva Zelanda. Era una ave espectacular, pues la longitud de su cuerpo llegaba a los 45 cm. Esta gran especie de colibrí se extinguió en el siglo XX debido a la caza desenfrenada para obtener su piel y a la deforestación masiva de los colonos europeos. No fue muy estudiada antes de su extinción, por lo que se desconocen bastantes detalles sobre esta especie.
Colobo rojo de Waldron
Oriundo de Ghana y Costa de Marfil, el colobo rojo de Waldron (Piliocolobus badius waldronae ) es una subespecie del oeste colobos rojos nativa de África occidental . Teniendo en cuenta que no se ha observado oficialmente desde 1978, se le considera una especie extinta desde el año 2000. Sin embargo, la Lista Roja de la UICN lo sitúa aún como especie en peligro crítico. Este mamífero de tamaño mediano no cuenta con pulgares y estaba habituado a vivir en grupos de gran número de individuos en las copas de los árboles.