Una nueva rosca de “recaudadores” se conformó en la cárcel regional de CDE

Siguen activos los esquemas corruptos que permiten el ingreso masivo de drogas, alcohol, celulares y otros elementos de interés a la cárcel regional de Ciudad del Este, mencionaron fuentes fidedignas a La Clave, apuntando al funcionario carcelario Richard Escobar, a quien incluso le crearon un nuevo cargo, como el “recaudador oficial”. Además, continúa campante el jefe de seguridad y quien era “brazo derecho” del destituido director, quien también forma parte de la rosca que maneja los “negocios” en el reclusorio, acotaron las fuentes.

Recordemos que el pasado 12 de diciembre fue intervenida la cárcel regional de Ciudad del Este y aprehendido el entonces director, Rubén Ireneo Lombardo, además de otros funcionarios cómplices, por ser partícipes de un esquema que permitía el ingreso de drogas, bebidas alcohólicas y otros elementos al penal. Sin embargo, pocos días después, las cosas ya se habrían “normalizado” en la cárcel, conforme con las fuentes, bajo el comando de Richard Escobar, quien anteriormente se desempeñaba como “coordinador de seguridad” y a quien incluso le crearon una nueva función, la “subjefatura de seguridad”, desde donde comanda todo el esquema.

De acuerdo con los datos, Richard Escobar sería “hombre de confianza” de altos funcionarios del Ministerio de Justicia, motivo por el cual es considerado un “intocable”. En reemplazo del destituido director Lombardo había sido nombrado Víctor Aliente, como interventor y director interino de la penitenciaría.

JEFE DE SEGURIDAD SE MANTIENE EN EL CARGO

Otro alto funcionario penitenciario que se mantiene en el cargo en el penal de CDE es el jefe de seguridad, Luis González Godoy, quien ya era “brazo derecho” del destituido director Lombardo. La que surge es cómo es posible que Godoy permanezca tranquilamente en funciones, con el inverosímil argumento de que “no tenía conocimiento de las irregularidades cometidas por su más inmediato superior”, el entonces director Rubén Lombardo. Como jefe de seguridad, es imposible que no se haya percatado del masivo ingreso de drogas, bebidas, celulares y otros objetos a la penitenciaría, es una tomadura de pelo, refirió el informante, cuyos datos se mantiene en reserva para evitar represalias.

Una situación más absurda aún que involucra a González Godoy es la desaparición de cinco armas de fuego (pistolas Glock 9 mm), que estaban guardadas en un cajón dentro de la jefatura. Godoy manifestó a las autoridades que recibió una llamada telefónica del guardia de la cárcel, Basilio Martínez Giménez, quien le manifestó que se realizaría un allanamiento en el lugar, encabezado por el fiscal antinarcóticos, Manuel Rojas. Asimismo, le aseguró que el fiscal estaría acompañado por el Grupo Especial de Operaciones (GEO) y por Sgentes del Departamento de Automotores de la Policía Nacional, dando a entender en su declaración que fueron los policías los que robaron las armas.

Sin embargo, fuentes policiales aseguran que Escobar se encontraba en el penal en la noche cuando se esperaba por largas horas la orden de allanamiento. El mismo se retiró de la cárcel en un momento y horas después, cuando finalmente se dio la orden de ingreso a las autoridades policiales y fiscales, Escobar retornó al recinto. Sugestivamente, el mismo esperó dos días para denunciar la presunta “desaparición” de las armas, que tienen un valor total de unos 12 mil dólares, indicaron las fuentes y que hasta hoy día no aparecen.

Con todos estos datos, no obstante, González Godoy sigue campante en el cargo, sin que siquiera se le haya instruido un sumario, lo que hace dudar de las palabras del ministro de Justicia, Ángel Barchini, de que no se tolerará “ni un paso en falso” de directores y funcionarios carcelarios que cometen hechos de corrupción o cualquier tipo de irregularidad en sus funciones.