Madrid, 31 dic (EFE).- Se acaba el año, 2024 ya asoma, y en España se celebra con rituales que van más allá de las clásicas doce uvas, una por campanada, que se toman en la madrileña Puerta del Sol: desde un baño helado a una aldea poblada por 400 gnomos o espectaculares castillos de pólvora.
El frío no fue impedimento para que alrededor de cien personas hayan despedido 2023 con un chapuzón en las gélidas aguas del río Bullaque, en la localidad de El Robledo (centro de España), una tradición que comenzó en 1995, cuando un grupo de amigo se comprometió a hacerlo para festejar que el cauce volvía a llevar agua después de un largo periodo de sequía.
La propuesta de fin de año de la aldea Morente, en la provincia española de Córdoba (sur), es menos osada y más reciente, pero empieza despertar el interés turístico: los gnomos.
Allí viven 87 vecinos, la mayoría de edad avanzada, y en 2020 se decidió celebrar el fin de año a mediodía para conseguir que sus habitantes retomaron el contacto social al aire libre tras el confinamiento por la pandemia de la covid-19
Para lograrlo, instaron a decorar la aldea, y con esa iniciativa llegaron los gnomos: primero, 12, 100 ya en 2022 y en este año son 390 los “gnomos mágicos de Morente” creados por el propio vecindario.
Aquellos movimientos solidarios con la población mayor se han convertido en una efectiva operación contra la despoblación: la aldea atrae a miles de personas durante las fiestas navideñas.
De una pequeña aldea a una gran ciudad. En Valencia (este) prometen celebrar “la Nochevieja más espectacular de España” gracias a cuatro castillos artificiales para los que hay preparadas dos toneladas de pólvora.
Serán simultáneos, durarán ocho minutos y se lanzarán desde la azotea del ayuntamiento y tres puntos del viejo cauce del río Turia.
Para las personas más clásicas, o las supersticiosas que teman romper con la tradición, la Puerta del Sol de Madrid está lista, un año más, para dar la bienvenida a 2024.
Serán 15.000 las personas que puedan comerse las uvas allí, mientras un dispositivo de 800 policías velarán por su seguridad.
En la ciudad mediterránea de Castellón cambian las uvas por clementinas (mandarinas), fruta producto de esa tierra. Este domingo, en menos de una hora, se han repartido 5.000 bolsitas con dos clementinas, para despedir el año y apoyar así al sector citrícola.
El menú degustación va a ser el punto fuerte del fin de año de los gansos, asnos, ovejas, cabras, cobayas y conejos de un santuario animal dela localidad de Doñana (sur).
Heno fresco de primera calidad, galletas sin azúcar, manzanas troceadas, pienso especial, trozos de maíz y otras delicias son los manjares elegidos para estos animales, conocidos por realizar durante todo el año una labor antiincendios y de desbroce de viñedos. Alrededor de cien voluntarias del santuario Wendy Clements son las encargadas de servir estos suculentos menús.
Y hay quien gusta de entrar en el nuevo año con sus mejores galas, y si aún no han decidido el atuendo, pueden optar por las tendencias que van a llenar los escaparates, Instagram y las revistas de moda en 2024.
Los imprescindibles serán el vestido negro ajustado, el abrigo bata, la minifalda, la americana con los hombros marcados y el pantalón-braga. En los colores, Pantone se ha decantado por un melocotón suave, el ‘peach fuzz’, como tonalidad del año.
Fuente de esta noticia Infobae
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