José Fernando Siñani Cárdenas
Son ya más de 16 años que opinadores y opositores se empeñan en manchar la gestión económica del país con el anuncio de crisis. Retoman con más fuerza el análisis espúreo a medida que se acercan nuevamente los ciclos electorales, pretendiendo posicionar la idea de crisis en el país. Pero lo que en realidad está en crisis es la falta de ideas y argumentos en los opinadores y opositores para seguir con esta cantaleta.
La verdadera crisis y más propiamente recesión, es la que dejó el pasado gobierno en su intento de retomar las ideas neoliberales desconociendo la realidad económica y social de Bolivia, dejando al país completamente expuesto a los perniciosos efectos de la pandemia.
El gobierno actual, se enfrenta a múltiples desafíos producto del escenario pospandemia y las repercusiones de la guerra entre Rusia y Ucrania, que derivaron en riesgos de recesión global y fuertes presiones inflacionarias; no obstante, se demuestra que el Gobierno nacional a través de la reinstauración del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, ha sabido revertir el escenario de crisis y reencauzar la economía hacia el crecimiento sostenido con estabilidad.
A pesar del contexto internacional adverso, Bolivia ha mantenido un nivel de crecimiento positivo durante tres años consecutivos; el efecto de la demanda externa repercutió en el sector de los hidrocarburos; pero el resto de los sectores se mantiene con niveles importantes de crecimiento económico ligados al impulso de la demanda interna. A diferencia de países como Perú, Uruguay o Chile que presentaron cifras negativas de crecimiento en lo que va del año; Bolivia culminará la gestión con el tercer mayor crecimiento en América del Sur, superando, también, las previsiones que hacen organismos internacionales para la región.
La senda de crecimiento positiva de la economía va de la mano con la estabilidad de precios que posiciona al país entre las economías con el nivel de inflación más bajo de la región e inclusive del mundo; y es resultado de un esfuerzo económico que hace el Gobierno nacional a través de la subvención de los combustibles en un contexto de incremento del costo de importación de hidrocarburos; que se asume en pleno conocimiento que mayores niveles de inflación afectan principalmente a los sectores más vulnerables de la población.
Crecimiento económico con estabilidad de precios, establecen el escenario para que se registren los niveles más bajos de desocupación en el país; y que inclusive posicionan a Bolivia como la economía con el menor nivel de desocupación en la región y la que mejor ha podido revertir el empleo a los niveles previos a la pandemia, como señalan organismos internacionales como la Cepal y la OIT.
Estas tres importantísimas variables: crecimiento económico, estabilidad de precios y bajos niveles de desocupación; en un escenario internacional sumamente adverso, son las que desbaratan los argumentos de crisis y que más bien vienen a caracterizar la reinstauración del Modelo Económico Social Comunitario Productivo que ha recorrido un largo camino reflexivo sobre la realidad económica nacional y que permite dar certeza a la población.
Queda claro que el país se ha diversificado, el crecimiento no depende del sector externo ligado a los hidrocarburos y ahora con las bases económicas nuevamente apuntaladas, recorre el camino hacia la industrialización.
Se avizoran grandes desafíos derivados del contexto internacional y que al igual que cualquier otro país se deben establecer las medidas de política económica para afrontarlos, pero se denota la confianza que tiene la población en la administración actual de gobierno no sólo a través del apoyo recibido en las urnas, sino porque aún frente a las vicisitudes internas y externas se están logrando resultados contundentes que derivan en la confianza que se tiene al presidente como uno de los economistas de mayor renombre en el país
Y muy lejos del escenario de crisis en voz de los críticos de siempre, la confianza a nivel internacional en las acciones del gobierno boliviano, se refleja no sólo en el eco que se hace de las participaciones nacionales en foros internacionales, sino también en acciones concretas como la adhesión de Bolivia al Mercosur que permite al país fortalecer las relaciones de integración con uno de los bloques más grandes del mundo.
Fuente de esta noticia Diario El Deber Bolivia.
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