La caótica industria de Hollywood y sus exigencias actuales parecen haber llevado a una de sus estrellas más brillantes a contemplar un futuro diferente al que vivió durante más de dos décadas: Angelina Jolie. A sus 48 años, la icónica actriz hizo una reflexiva catarsis respecto a las consecuencias del precio de la fama en su vida personal y profesional. En una entrevista para la revista The Wall Street Journal, confesó que si tuviera que comenzar su carrera en 2023, probablemente no elegiría ser actriz.
Quizás se plantearía actuar en teatro, pero, desde luego, no precisamente una vida y una carrera en Hollywood actualmente. “Hoy no sería actriz”, afirmó Jolie. “Cuando empezaba, no había tantas expectativas de ser tan pública, de compartir tanto”. Sin duda, las demandas de la industria han escalado a niveles que ella no habría aceptado de saberlo en sus inicios.
Reconociendo que al público le atrajo su aspecto y personalidad rebelde, la estrella de “Girl, Interrupted” admitió que ha habido un rechazo hacia mostrar su vulnerabilidad y sus momentos difíciles, pues es algo que no considera entretenido para las masas. “Desde que era joven, a la gente le gustaba la parte de mí que es bastante dura y quizá un poco salvaje, esa es la parte que creo que le gusta a la gente”, manifestó.
Su reflexión sobre su vida bajo la constante lupa del público y la presión mediática llegó a su punto más álgido al tocar el tema de su divorcio de Brad Pitt en 2016, con quien conformaba una de las parejas más emblemáticas de Hollywood. A partir de ese momento, aumentó exponencialmente su exposición a los tabloides, lo cual le costó un declive de su bienestar integral.
La actriz afirmó que el estrés intenso derivado de esta exposición tuvo consecuencias físicas, incluyendo un cambio en el registro de su voz durante el rodaje de “Maléfica: La dueña del mal” en 2018. “Mi cuerpo reacciona muy fuertemente al estrés”, dijo Jolie. “Mi nivel de azúcar sube y baja. De repente tuve parálisis de Bell seis meses antes de mi divorcio”.
Contrario a lo que muchos puedan suponer, la protagonista de “Lara Croft” ha confesado que realmente no tiene “vida social”, pues la convivencia en Los Ángeles parece haberse vuelto insostenible a causa del escrutinio público constante y la atención no deseada cada vez que sale a la calle. No obstante, ha aprendido a no prestarle atención a las narrativas creadas por la prensa sobre ella. “Es que llevo tanto tiempo por aquí que se ha dicho de todo”, señaló.
Pero su reticencia hacia los tabloides no disminuye su deseo de abandonar la ciudad que la vio crecer. La hija de Jon Voight añadió en su entrevista para la revista WSJ que, en algún momento, se irá de Los Ángeles para siempre, en búsqueda de paz y de un perfil bajo y lejos del glamour hollywoodense. ¿Dónde? En su casa de Camboya, donde aseguró que quiere pasar más tiempo.
“Es parte de lo que pasó después de mi divorcio. Perdí la capacidad de vivir y viajar con tanta libertad. Me mudaré cuando pueda”, dijo la estrella. “Crecí en un lugar bastante superficial. De todos los lugares del mundo, Hollywood no es un lugar sano. Así que buscas la autenticidad”.
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