Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo. A nivel global, le cuestan la vida anualmente a cerca de 17,3 millones de personas y se estima que la cifra podría aumentar a 23,6 millones hasta el año 2030.
Sin embargo, paralelamente, disminuye la mortalidad de los infartos cardiacos, es decir, la cantidad relativa de casos que provocan la muerte, gracias a la medicina preventiva y los tratamientos de urgencia. Y esta tendencia alentadora podría acentuarse en el futuro, gracias a la inteligencia artificial.
Una de las grandes virtudes de la IA es detectar a tiempo potenciales riesgos. Por ejemplo, a partir de numerosos resultados de exámenes, puede filtrar determinados patrones o anomalías que ni siquiera los especialistas mejor preparados descubrirían rápidamente.
Predicciones con 10 años de anticipación
En el futuro, la tecnología basada en IA podría salvar la vida de miles de pacientes que sufren dolores en el pecho, en los que las tomografías computarizadas no muestran peligro de infarto. Muchas veces, los estrechamientos muy pequeños de las arterias coronarias no se ven. Cuando se producen inflamaciones, se pueden bloquear las arterias y se produce el infarto. Hasta hace poco, no era posible identificar estos casos anticipadamente.
Investigadores de Oxford han desarrollado ahora una herramienta de inteligencia artificial que puede predecir si un paciente con dolores en el pecho sufrirá un infarto en los siguientes 10 años. Eso se desprende de un estudio financiado por la British Heart Foundation, presentado en las sesiones científicas de la American Heart Association, en Filadelfia, EE. UU.
Instrumento para detectar riesgos
El equipo del profesor Charalambos Antoniades, del departamento de Medicina de la Universidad de Oxford, analizó en el estudio los datos de más de 40.000 personas que se habían sometido a tomografías computarizadas rutinarias del corazón en ocho hospitales británicos.
En cerca del 75 por ciento de los casos no había evidencias significativas de estrechamiento en los vasos coronarios, de modo que no se siguió tratando a esos pacientes. Pero los datos demuestran que muchos de ellos sufrieron infartos o murieron por fallas cardiacas.
No habían sido considerados pacientes de riesgo, porque no se reconocieron indicios mínimos. Pero lo que el hombre no puede reconocer, ahora lo hace visible la inteligencia artificial. La herramienta desarrollada en Oxford examina las alteraciones de la grasa que rodea a las arterias inflamadas y calcula así el riesgo real.
Ahorrar tiempo salva vidas
En un proyecto piloto, el equipo médico desarrolló una evaluación de riesgo de 744 pacientes, generada con inteligencia artificial. Sobre esa base, los médicos modificaron el plan de tratamiento en el 45 por ciento de los casos. Según el estudio, la aplicación de esta tecnología redujo en más de un 20 por ciento los infartos, y en un 8 por ciento los casos de muerte y de derrames cerebrales.
Esta nueva herramienta es solo un ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede ayudar a iniciar antes los tratamientos. Eso puede salvar vidas, y ahorra mucho tiempo y dinero. A mediados de 2023, por ejemplo, cardiólogos británicos utilizaron la inteligencia artificial para desarrollar un “sistema de apoyo para la toma de decisiones”, que puede acelerar el diagnóstico de un infarto cuando una persona llega al servicio de urgencias.
El instrumento puede determinar con mayor rapidez que los métodos usuales el nivel de la troponina en la sangre. Se trata de una proteína liberada por las células del músculo cardiaco, clave para el diagnóstico de un infarto.
La inteligencia artificial no solo puede reconocer los riesgos con mayor rapidez, sino también de manera más fiable que el ser humano. Y si el peligro se detecta antes, se reduce.
DW
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