Los grabados rupestres que aparecieron durante la sequía en el Río Negro son testimonio del modo de vida de los pueblos que habitaban la región de Manaos, en el estado de Amazonas, durante el período precolonial, afirma el arqueólogo Jaime Oliveira, del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan).
Es la segunda vez que aparecen grabados en el yacimiento arqueológico de Ponta das Lajes, cuya antigüedad se estima entre 2 mil y 1 mil años. El primer registro fue en 2010, durante una sequía similar a la de este año. Según Oliveira, esta vez, sin embargo, fue posible ver un mayor número de figuras.
Situado a orillas del río Negro, el yacimiento tiene una superficie aproximada de 150 mil metros cuadrados (m²), que incluye una playa cubierta de losas de piedra. En el bloque se pueden ver grabados que reproducen rostros humanos, imágenes de animales, así como cortes en las rocas que muestran los resultados de talleres líticos, donde los pueblos indígenas fabricaban las herramientas que utilizaban, como las hachas.
Oliveira explicó a Agência Brasil que, además de ser un lugar donde las poblaciones precoloniales fabricaban artefactos líticos, utilizando amoladoras, pulidoras fijas, en depresiones o cavidades e incisiones, el sitio también se utilizaba para registrar el comportamiento social y para la comunicación entre grupos, como muestran los símbolos grabados en las rocas.
“Estos grabados rupestres tienen una datación relativa de entre 2 mil y 1 mil años. Pertenecen a los grupos originarios, a los pueblos nativos que vivían en esta región en un pasado lejano. Ya disponemos de investigaciones arqueológicas en profundidad que demuestran que esta región estaba densamente ocupada en el periodo precolonial. Teníamos organizaciones de sociedades muy complejas y podemos verificarlo también en el yacimiento de Ponta das Lajes, dada la complejidad de la producción de estos grabados”, afirmó.
También se han encontrado piezas de cerámica. Su datación se basa en comparaciones con otras piezas y registros encontrados en sitios similares, como Caretas, en el río Urubu, municipio de Itacoatiara, a 175 kilómetros de Manaos, en la Reserva de Preservación Permanente Natural Dr. Daisaku Ikeda (RPPN).
Preservación
El sitio es frecuentado por los lugareños como opción de ocio debido a la playa de arena que rodea la losa de piedra. A su alrededor se puede ver la basura dejada por visitantes que acuden a la zona para bañarse en el río y pescar. En un comunicado, el Iphan afirma que ya ha realizado actividades con voluntarios para limpiar el lugar.
El instituto también informó que mantiene una rutina de inspección y vigilancia en Ponta das Lajes y que ya ha llamado a los organismos de seguridad para evitar posibles daños a los bienes arqueológicos.
Según el Iphan, el vaciado del río es una oportunidad para identificar, reconocer y actualizar el patrimonio arqueológico de la región con fines de investigación y desarrollo. El instituto señala que la situación también llama a la solidaridad total e irrestricta con el pueblo de Amazonas afectado por los efectos de la grave sequía actualmente en curso.
“Consideramos que este es un momento oportuno para fortalecer el trabajo arqueológico en Amazonas y en la región, especialmente combinando la educación patrimonial y ambiental, dados los impactos que el cambio climático puede tener en el patrimonio arqueológico, además de valorar siempre el significado que tienen estos territorios para los pueblos originarios”, dijo la superintendente del Iphan en Amazonas, Beatriz Calheiro de Abreu Evanovick.
Sequía
El estado de Amazonas se enfrenta a una grave sequía. Según la Defensa Civil, los 62 municipios del estado permanecen en estado de emergencia. Hay 598 mil personas y 150 mil familias afectadas. Además, entre el 1 de enero y el 20 de noviembre de este año, se registraron 19.404 focos en el estado, de los cuales 2.805 en la región metropolitana de Manaos.
La lluvia volvió a la capital de Amazonas esta semana, después de que la ciudad quedara bajo una nube de humo provocada por los incendios. El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) prevé que las lluvias continúen hasta el fin de semana en Manaos.
El río Negro, que alcanzó un mínimo histórico de 12,70 metros el 27 de octubre en el puerto de Manaos, ha ido subiendo gradualmente. El jueves (23), el nivel era de 13,47 metros.
El aumento del caudal del cauce es esperado por pescadores y ribereños que quieren reanudar sus actividades. Ellos tienen dificultades para desplazarse y denuncian estar “abandonados” por las autoridades locales. Entre los problemas a los que se enfrentan están la falta de canastas de alimentos, de acceso al agua potable y a la electricidad.
Fuente de esta noticia: https://agenciabrasil.ebc.com.br/es/geral/noticia/2023-11/hallan-grabados-arqueologicos-durante-la-sequia-en-manaos
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