La investigación brinda una nueva visión sobre el origen y desarrollo de estas condiciones, y pone de manifiesto la necesidad de abordajes integrales que consideren la genética y los factores ambientales para el diagnóstico y tratamiento.
La sinestesia es una condición neurológica en la que la estimulación en un ámbito sensorial o cognitivo conduce a experiencias automáticas e involuntarias en otro, como tener un cierto sabor en la boca que se desencadena al escuchar una palabra.
Por otro lado, la condición del espectro autista abarca diferentes situaciones y problemáticas, que van desde dificultades con ciertas habilidades sociales, como el habla y la comunicación no verbal. Ahora, un nuevo estudio descubrió un vínculo entre ambas condiciones.
La muestra de esta investigación, que fue publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, incluyó 2131 pares de gemelos (4262 individuos en total) de 18 años de edad que participan en el Estudio de Gemelos sobre Niños y Adolescentes de Suecia. Estas personas tienen la tarea de completar encuestas integrales a lo largo del tiempo, incluida una evaluación de los rasgos autistas y una detección de sinestesia.
Los hallazgos en profundidad de este estudio indican que los individuos que relatan experiencias sinestésicas, una condición donde la estimulación de un sentido conduce a respuestas automáticas en otro, tienden a mostrar características conductuales similares a las observadas en personas con autismo como comportamiento repetitivo, intereses restringidos y atención al detalle.
La investigación también profundizó en la influencia de la genética y los factores ambientales únicos en estas condiciones. Este descubrimiento podría llevar a nuevas estrategias de intervención y terapia para aquellos que tienen ya sea autismo o sinestesia.
Por lo tanto, este estudio, al explorar la influencia conjunta de la genética y el entorno en la sinestesia y el espectro autista, brinda una valiosa perspectiva sobre el origen y la evolución de ambas condiciones. Resalta la necesidad de abordarlas desde un enfoque multidisciplinario, considerando tanto la genética como los factores ambientales en el diagnóstico y tratamiento.
Además, plantea la posibilidad de que pueda haber un vínculo genético subyacente a otras formas de neurodiversidad. En el futuro, este enfoque puede ayudar a identificar y comprender mejor otras facultades neurológicas y así, se contribuirá a una atención más efectiva.
Antecedentes a este estudio
Esta no es la primera vez que se habla sobre un vínculo entre ambos. En un estudio publicado en la revista Molecular Autism, los autores descubrieron con asombro que un considerable 18,9 % de los participantes con condición del espectro autista también tenían sinestesia.
Según sus hallazgos, parece existir una superposición entre las dos condiciones, quizás mediada por la genética o los factores de desarrollo cerebral. Algunos de los paralelismos clave identificados se centran en la conectividad neuronal – el modo en que las neuronas interactúan, transmitiendo y procesando la información.
Como sugerencia de los investigadores, la genética puede ser un factor determinante clave, pero todavía hay más investigaciones que hacer para determinar definitivamente esta relación. La comprensión y exploración de esta intersección tan peculiar entre la sinestesia y el autismo podrían llevar a nuevas y más efectivas terapias.
De la misma forma, los resultados de un estudio publicado por la revista The Royal Society indicaron que las personas con sinestesia pueden presentar una sensibilidad sensorial inusual y una percepción de detalles más aguda, los cuales son rasgos asociados de forma frecuente con el autismo.
La investigación también subraya la necesidad que otros expertos abordan mayores informes para contribuir en esta área, dado que aún hay muchos aspectos desconocidos para ambas condiciones.
¿Cuántos tipos de sinestesia hay?
La sinestesia es una característica neurológica con más de 80 manifestaciones. Las más prominentes incluyen grafema y color (asociando colores a símbolos), cromestesia (oír melodías al ver colores), tacto-emoción (percibir sonidos físicamente), auditivo-gustativa (saborear sonidos), entre otras variantes.
En conversación con Infobae, la neuropsicóloga Mariana Cervantes Carsolio mencionó que la sinestesia se deriva de una conexión inusual que se presenta en el cerebro y no es una enfermedad ni tampoco un padecimiento. “Es una forma diferente de percibir las cosas y eso puede llevar a la persona a grandes descubrimientos”, señaló.
infobae.com
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