Pozuelo, una burbuja para millonarios con el índice de desigualdad de Tanzania

Pozuelo de Alarcón es una burbuja de ricos que esconde desigualdad. Es el veredicto. En el centro del país, este municipio, ubicado a ocho kilómetros de Madrid y dentro del cinturón que forma la M-40, se ha convertido en un teórico paraíso económico y del bienestar, si se atiende a las cifras. Con una extensión de 43 kilómetros cuadrados, cuenta con casi mil hectáreas de zonas verdes y se ha consolidado como el municipio de más de 2.000 habitantes con mayor renta de España, al alcanzar una media de 27.167 euros, según la última actualización del Atlas de Distribución de Renta de los Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La tasa de paro, del 5,8% en 2022 es también envidiable y puede presumir de una renta bruta media por declarante de 80.244 euros y una renta disponible de 57.977 euros al año, según estadísticas de la Agencia Tributaria.

A ello hay que añadir que está incluida en la lista de ciudades con mejor esperanza de vida, 85,3 años, compartiendo segunda posición con Las Rozas, de acuerdo a lo reflejado en los datos recopilados gracias al proyecto Indicadores Urbanos.

Pozuelo es una ciudad residencial salpicada de urbanizaciones de lujo y complejos de chalés en los que habitan las grandes fortunas y personajes famosos de distinta naturaleza como La Finca, Somosaguas, Monte Alina, Monteclaro, Montepríncipe, Álamos de Bularas, Prado Largo o La Cabaña; universitaria, con la Francisco de Vitoria como bandera, una universidad privada administrada por Regnum Christi y vinculada a los Legionarios de Cristo; y empresarial, al reunir características, comunicaciones e infraestructuras que atraen a quienes olfatean localizaciones óptimas para los negocios.

Los parques empresariales de la ciudad acogen a multinacionales posicionadas dentro de las 20 empresas tecnológicas más importantes a nivel mundial y las sociedades del municipio madrileño tienen un promedio de facturación de 5.233.431 millones, por encima de la media nacional que asciende a 2.513.698 euros y un promedio de empleados por entidad de 34 personas, a la luz de la información que maneja el Ayuntamiento. De lo recogido en el informe Análisis de Actividad Económica en Pozuelo de Alarcón se desprende que el 94% de las entidades son sociedades limitadas y el 6% sociedades anónimas.

“Hay que reconocer que se ha sabido crear una especie de burbuja de bienestar a la que la gente quiere venir a residir y a trabajar de la mejor manera posible”, aseguran desde el entorno de la Asociación de Empresarios de Pozuelo de Alarcón (ADEPA).

Si se aparta la lupa de lo estrictamente económico para reparar en lo político, Pozuelo es sin duda feudo del PP. Los populares gobiernan desde 1993. La corrupción nunca les pasó factura, pese a que fue uno de los epicentros de la denominada trama Gürtel y a que incluso uno de sus alcaldes, Jesús Sepúlveda, llegó a entrar en prisión. En la actualidad además el PP disfruta de las bondades de la mayoría absoluta, gracias a que en las últimas elecciones municipales que se celebraron el pasado 28 de mayo logró 17 concejales -de una corporación integrada por 25-, lo que supuso 6 más que los obtenidos en 2019, con el 55,75% de los votos. La siguiente fuerza política es Vox, con 4 ediles y el 16,13% de los sufragios.

La alcaldesa, Paloma Tejero, saltó al espacio mediático recientemente por una carta que remitió al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, en la que expresaba su “gran preocupación” ante la llegada al municipio de 152 migrantes subsaharianos procedentes de Canarias. Reclamaba información y un refuerzo de la seguridad en la zona. Esos días se azuzaron miedos desbocados en distintos puntos de la geografía española, sin producirse luego incidentes de importancia.

A la izquierda de PP y Vox, el PSOE resiste con tres ediles y la candidata de Más Madrid-Somos Pozuelo-IU, Patricia Cabal, accedió al acta que completaba la corporación. Desde ese lado reconocen que en el municipio madrileño ha ido tomando posiciones “la derecha tirando a ultra”. Hasta sus esquinas llegaron los ecos de las concentraciones contra el Gobierno de Pedro Sánchez que arrancaron en la calle Núñez de Balboa de la capital madrileña, la llamada revuelta de las cacerolas del barrio de Salamanca. Y otras fuentes locales explican que hay “círculos peligrosos” como el que rodea a Antonio Menéndez, Niño Skin, uno de los líderes más destacados de los Ultra Sur y que el pasado febrero fue detenido en La Finca en una operación contra el tráfico de drogas. Relatan que Menéndez “llegó de la mano de un vecino de otra lujosa urbanización e incluso se le relacionó con su hermana”. Todos se mueven entre gente con un perfil económico y social elevado y no son “nazis marginales”, apostillan.

El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Ángel González Bascuñana, tiene claro lo que se esconde tras el aparente fenómeno Pozuelo. Respecto a que la localidad repita como la más rica avisa de que “al aplicarse una media” y residir en ella “algunas de las fortunas más importantes de España”, esto hace que resulte un dato inflado. “Hay zonas con familias que están viviendo con entre 10.000 a 12.000 euros al año y que están invisibilizadas, con el agravante de que al ser un municipio con una renta per cápita muy elevada, los precios tienen un incremento per se”, avisa.

De hecho, a su juicio, “el gran problema que tiene Pozuelo es la desigualdad por el ingreso, que repercute luego en la vivienda, las condiciones de vida… Tiene un Índice Gini similar al de Tanzania”, sostiene. Se trata de un indicador que mide la desigualdad, siendo el 0 la igualdad total y el 100 la máxima desigualdad. En el caso de Pozuelo es del 40,4, según el INE  y en el de Tanzania de 40,5 en su dato más reciente que es 2018, según información del Grupo Banco Mundial.

La ensoñación choca con la realidad local en otros aspectos como que la tasa de paro del 5,8% no es extensible a todo el territorio, hay problemas sociales ligados a familias desestructuradas o “no existe vivienda pública”, pese a que “hay un listado de demandantes que llega casi a los 2.000”, asevera el portavoz socialista. “El Ayuntamiento del PP no cree en la diversidad ni el equilibrio social y lo que quiere es que Pozuelo se convierta en una especie de gueto de hiper millonarios, aberra de todo lo que pueda parecerse a la vivienda pública, están centrados en la vivienda libre o casi libre”, recalca. En ese punto anota que aún esperan que pongan alguna piedra de las 25 viviendas públicas en régimen de alquiler para jóvenes y familias de bajas rentas que el Pleno aprobó en abril de 2021, a iniciativa de su partido, en la calle Murania.

Los socialistas hilvanan la escasez de vivienda con “el éxodo” de la juventud. Pozuelo no es ciudad para jóvenes. “Se van incluso a barrios de Madrid donde resulta más barato vivir o a otros pueblos de la sierra”, confirman otras fuentes municipales. Como consecuencia de esto, “la población está envejeciendo”, lamenta González Bascuñana, “la natalidad se ha reducido a casi la mitad en los últimos años y eso está relacionado con el hecho de que los jóvenes ni pueden quedarse ni pueden venir a instalarse”, remata.

El portavoz socialista en el Ayuntamiento insiste en la idea de que, junto al brillo, existen áreas, incluso “próximas al centro”, de “infra viviendas” con moradores en “situaciones de precariedad”, y en que “el ayuntamiento, lejos de actuar y rehabilitarlas, lo que hace es olvidarse, esperando a que la gente se vaya yendo. La consideran como una mancha dentro de su municipio idílico”, abrocha. De hecho, en barrios como La Estación o Los Elementos, los vecinos no saben de rentas per cápita disparadas y en de la Las Flores, edificado en el Franquismo, se concentran trabajadores mayores jubilados o a punto de hacerlo y migrantes.

Las formaciones de izquierda se muestran convencidas de que las de derechas potenciarán en lo posible que quienes elijan Pozuelo “tengan un poder económico muy fuerte porque saben que son votos garantizados para ellos”.

Ponen también el foco en el tratamiento que se da a los servicios públicos. “Es deficiente y esto se ve claramente en sanidad y educación”, indican. Saben que son competencia de la Comunidad de Madrid que comanda Isabel Díaz Ayuso pero creen también que “el Gobierno autonómico intenta repercutir mucho sus conceptos ideológicos en los municipios de referencia como son Pozuelo, Majadahonda, Boadilla del Monte… la zona noroeste”, en palabras de González Bascuñana. Es decir, que Pozuelo no se escaparía del modelo ideológico que se ha implantado durante años en la comunidad y la configuración de la ciudad, las áreas de lujo y las que no lo son, acaba determinando la ideología de la ciudad.

La oposición denuncia que se “privilegia” la educación privada en sus dos facetas, tanto la pura como la concertada, mientras no se dota de los suficientes medios a la pública, lo que, de nuevo, “acaba repercutiendo la desigualdad existente entre ciudadanos dentro del mismo municipio”. El listado de centros privados de Pozuelo a los que las familias pudientes pueden enviar a sus hijos e hijas es abultado y muchos de ellos impregnados de religión como el Colegio Retamar, del Opus Dei y solo masculino; o el Everest, dirigido por la Congregación de los Legionarios de Cristo.

En relación a la sanidad, advierten de que el elevado volumen de concentraciones de seguros sanitarios privados que se está produciendo en Pozuelo “va en detrimento”, por ejemplo, de que se reabran las Urgencias de Atención Primaria que estaban radicadas en el Centro de Salud Pozuelo-Estación.

“Todo es un juego en cascada que provoca una generación de mayor desigualdad cada vez”, condensa González Bascuñana. Habla sin remilgos de “aporofobia” y censura la inacción sobre lo que cree desde el poder municipal catalogan de “problemas de pobres”, que mejor que sigan siendo tal, “a ver si, con un poco de suerte, quienes los sufren se van a Aluche o a Villanueva del Pardillo”.

¿Es Pozuelo una anomalía contable? Un vecino aporta su respuesta: “Policías, pinos, flores y ofertas de colegios y centros sanitarios privados han hecho de Pozuelo un oasis residencial para las familias pudientes de la Comunidad de Madrid. Pero, por implantar ese modelo, se ha dejado a muchas personas en el camino. No todos somos Ronaldo –Cristiano, quien eligió el municipio cuando jugaba al fútbol en España– o Iker Casillas”.