La disminución del caudal del río Amazonas y sus afluentes a mínimos históricos amenaza con paralizar la navegación en Manaos, epicentro comercial de la Amazonía brasileña, y crear problemas de abastecimiento.
En medio de una de las peores sequías que se recuerdan en la región, los viajes de ocho grandes navíos cargueros con origen o destino en el puerto de Manaos han sido cancelados en la última semana porque no es seguro navegar con tan poca agua, según fuentes del sector.
El río Negro, el afluente del Amazonas que baña Manaos y su puerto, registró este martes su menor nivel desde que empezó el monitoreo en 1902, 13,5 metros.
Empresas citadas por la Asociación Brasileña de Armadores de Cabotaje (Abac) calculan que la sequía puede impedir transportar el 50% de las mercancías y, «en el peor escenario», imposibilitar enteramente la navegación en la región.
«No hay condiciones para operar navíos de más de siete metros de calado y estamos rechazando nuevos pedidos de transporte», explicó el vicepresidente de la asociación, Luis Resano.
En circunstancias normales, entre 20 y 25 grandes barcos llegan cada mes desde otros puertos brasileños a Manaos, una ciudad de dos millones de habitantes que recibe y envía gran parte de sus mercancías a través del Amazonas.
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