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Vie. Nov 22nd, 2024
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El expresidente Evo Morales, que gobernó el país por 14 años consecutivos y ahora único candidato presidencial en las elecciones del año 2025, al haberse autoproclamado candidato por su dividido partido político, declaró que había sido obligado a ser candidato (no especificó quiénes lo obligaron) y que aceptó la candidatura para salvar al país una vez más, dándose esa cualidad (de “salvador”) que ya antes habría ejercido.

La verdad es que esa creencia del dirigente de los cocaleros del Chapare de Cochabamba, resulta una impostura, pues cuando él recibió el país en 2006, la deuda internacional era escasa y los reservorios de gas garantizaban las exportaciones. Cuando dejó el poder, debido a una espontánea movilización de la ciudadanía, que salió a las calles debido al grosero fraude en las elecciones de 2019, confirmado por la OEA, la economía estaba de caída desde 2014, (déficit fiscal, déficit de la balanza de pagos, caída de las reservas internacionales), una deuda externa e interna millonaria, y los reservorios de gas casi agotados, elevados índices de desempleo y bajo nivel de desarrollo humano.

Morales para justificar el lamentable abandono de la presidencia ante sus seguidores, que fueron movilizados en algunas ciudades, probablemente mediante generosas prebendas (no olvidemos que fueron detenidos en El Alto individuos que llevaban mochilas llenas de dinero), inventó el supuesto “golpe de Estado”, haciendo coro algunos populistas de la cofradía neocomunista del Foro de San Pablo y luego Puebla. Falsa afirmación que ha servido para que la segunda versión de régimen populista, en un nuevo gobierno instalado en 2020, persiga judicialmente y encarcele a numerosos ciudadanos, comenzando por la expresidenta Jeanine Añez.

La “cantaleta del golpe”, como la denominó monseñor Juárez, Obispo de Sucre, ha sido y es repetida por los populistas nuevamente en el poder, acusando de todos los males al gobierno que se conformó en noviembre de 2019, al renunciar todas las autoridades de la línea sucesoria constitucional del partido de gobierno, de tal manera que se tuvo que llamar a la segunda vicepresidente de la Cámara de Senadores, que estaba en su casa a miles de kilómetros de la sede de gobierno, donde se producían los hechos políticos.

Lamentablemente, ante la renuncia de Morales y sus colaboradores, la movilización de gente después de su renuncia y huida, produjo enfrentamientos que dejaron muertos y heridos, no solo de las filas del populismo, sino también algunos ciudadanos que protestaban por el fraude. Extrañamente, solo fueron perseguidos judicialmente los anti populistas. Todos los enfrentamientos, fueron ordenados por Evo Morales, desde su refugio seguro, como se ha establecido en audios.

El «salvador” de la Patria gobernó 3 períodos de gobierno seguidos, cuando la Constitución determina solo 2 y pretendió un cuarto. No obstante que en el referendo que el mismo Morales convocó para que el pueblo le autorice el cuarto mandato, le fue negado por el voto (21F) y pese a ser de carácter vinculante el resultado, Morales y su gobierno, desconocieron el voto ciudadano.

El pretendido “salvador”, en su largo gobierno, como nunca antes, percibió elevados ingresos económicos, gracias a los elevados precios internacionales de las materias primas que exportamos. Lamentablemente, hubo despilfarro, sobreprecios, millones de dólares en emprendimientos oficiales no rentables, gastos superfluos, como la organización de eventos internacionales de corte indigenista y otros, con recursos públicos, un elevado gasto corriente para cubrir salarios de más de medio millón de empleados del Estado (cuyo número casi se triplicó). Subvenciones a diversas actividades y demandas sociales y un manejo discrecional del erario público con prebendas, regalos, edificaciones suntuosas, etc., (se calcula que los viajes presidenciales costaron al erario público más de cien millones de dólares), y una larga lista de inversiones y acciones de gobierno, tachadas de corrupción, que han sido publicadas en las redes sociales, sin que alguien las haya desmentido.

Necesitaríamos muchas páginas para detallar lo que se ha investigado hasta este tiempo, de la larga administración del gobierno de Evo Morales, y queda para el juicio de la historia el paso por el gobierno del régimen del “cambio” y la “revolución democrático cultural”, que de democrática tuvo muy poco, mucho de autoritarismo, y de cambio, haber posesionado como Ministra de Justicia a una trabajadora del hogar. Es decir, con la demagogia muy propia de los regímenes populistas. El resultado del cambio revolucionario, es que seguimos siendo el país más pobre de Sudamérica.

 

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

 

Fuente de esta noticia Diario Bolivia El Diario


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