En 1985, las actividades agropecuarias en cubrían una quinta parte del territorio brasileño o 187,3 millones de hectáreas. En 2022, este número aumentó a 282,5 millones de hectáreas, representando un tercio del área total del país, según un estudio de MapBiomas, una red colaborativa de universidades, organizaciones no gubernamentales y empresas tecnológicas que elabora informes sobre la cobertura y el uso del suelo.
Durante ese período de 37 años, la expansión totalizó 95,1 millones de hectáreas. De este total, el 58% corresponde a pastizales, que aumentaron en más del 60% entre 1985 (103 millones de hectáreas) y 2022 (164,3 millones de hectáreas). Gran parte de este crecimiento tuvo lugar en la Amazonia, donde las áreas de pastoreo pasaron de 13,7 millones de hectáreas en 1985 a 57,7 millones de hectáreas en 2022.
La superficie destinada a cultivos agrícolas también aumentó en 41,9 millones de hectáreas durante el en periodo analizado. En este caso, el espacio utilizado pasó de 19,1 millones de hectáreas a 61 millones de hectáreas.
Cultivos
Dos tipos de cultivo explican casi toda la expansión (96%) y se triplicaron en el período analizado: los cereales y la caña de azúcar. En 1985, ocupaban 18,3 millones de hectáreas y, para 2022, su área representaba el 7% del territorio nacional, es decir, 58,7 millones de hectáreas.
De esas, 35 millones de hectáreas provienen del aumento de la producción de soja, que por sí sola multiplicó por cuatro su superficie cultivada, y del maíz que se cultiva después de la cosecha de soja, como señalan los investigadores de MapBiomas.
“La soja, el maíz y la caña de azúcar son los tres cultivos más extensos en Brasil. También existe una fuerte demanda muy importante de arroz. La superficie de estos cultivos refleja la demanda que existe debido a las condiciones de producción en el país. En el caso de la soja, su principal destino es la alimentación animal y, en el caso de la caña de azúcar, se destina principalmente al sector energético”, señala Tasso Azevedo, coordinador de MapBiomas.
MapBiomas señala que la conversión directa de la vegetación nativa en tierras de cultivo permaneció relativamente constante a lo largo de los años del estudio. Además, se observó una tendencia a la disminución entre 2018 y 2022.
Otro aspecto destacado por el equipo de expertos es que, aunque ha habido una constancia en este proceso, se han producido cambios en la distribución geográfica de estas conversiones. Las nuevas áreas agrícolas se concentran en la región conocida como Matopiba (un acrónimo que se refiere a los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahia), Amacro (territorio fronterizo entre los estados de Amazonas, Acre y Rondônia y uno de los polos del agronegocio) y en el bioma Pampa (sur del país).
La mayoría (72,7%) de las áreas de cultivo reconvertidas surgieron en un contexto de fuerte intervención humana, marcado por la intensificación agrícola, con un énfasis en las áreas que anteriormente eran pastizales.
Fuente de esta noticia: https://agenciabrasil.ebc.com.br/es/geral/noticia/2023-10/agroganaderia-avanza-mas-de-951-millones-de-hectareas-en-37-anos
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