

TEL AVIV, Israel (AP) — Tropas israelíes luchaban el domingo en las calles del sur de Israel con milicianos de Hamas y lanzaron ataques de represalia que destruyeron edificios en Gaza. En el norte de Israel, un breve intercambio de fuego con el grupo armado libanés Hezbollah planteó el temor a un conflicto más amplio.
Los combates seguían en marcha más de 24 horas después de que combatientes de Hamas respaldados por un aluvión de miles de cohetes se abrieran paso por las barricadas israelíes el sábado por la mañana para asaltar poblaciones israelíes cercanas. Se llevaron rehenes de vuelta al enclave costero entre los que había mujeres, niños y ancianos, mientras los ataques israelíes de represalia destruían edificios en Gaza y el primer ministro afirmaba que Israel estaba en guerra. Medios israelíes, que citaron a funcionarios de servicios de rescate, informaron de al menos 300 muertos, incluidos 26 soldados.
Los civiles pagaron un enorme coste por la violencia en ambos bandos. Más de 300 personas murieron en Gaza, donde la gente huyó de sus hogares para buscar cobijo de los ataques israelíes, abandonó la zona de la frontera tras advertencias del ejército israelí y se refugió en escuelas. Los noticieros israelíes emitían testimonios de familiares de israelíes capturados o desaparecidos, que lloraban y suplicaban ayuda en medio de la incertidumbre sobre la situación de sus seres queridos.
El contraalmirante Daniel Hagari informó más tarde de “cientos de terroristas” muertos y docenas de milicianos capturados.
Conflictos anteriores entre Israel y los gobernantes de Hamas en Gaza han provocado muertes y destrucción generalizada en Gaza y días de fuego de cohetes sobre poblaciones israelíes. La situación podría ser más volátil en esta ocasión dado que el gobierno ultraderechista israelí se ha visto golpeado por la brecha de seguridad y ante la desesperación de los palestinos por una ocupación sin final a la vista en Cisjordania y el asfixiante bloqueo de Gaza.
La violencia en la frontera norte israelí amenazaba con incluir en la batalla a Hezbollah, un feroz enemigo de Israel respaldado por Irán y que se cree tiene decenas de miles de cohetes a su disposición.
Hezbollah atacó posiciones israelíes en una zona disputada junto a la frontera con el territorio sirio en los Altos del Golán, y el ejército israelí dijo haber golpeado con drones armados objetivos de Hezbollah en una zona disputada donde se encuentran las fronteras de Israel, Líbano y Siria.
En un asalto de una amplitud asombrosa el sábado por la mañana, hombres armados de Hamas utilizaron explosivos para abrir huecos en la cerca fronteriza que rodea Gaza y después cruzaron con motocicletas, camionetas, parapentes y lanchas en la costa. Irrumpieron en hasta 22 localidades fuera de la Franja de Gaza, incluidas ciudades y otras comunidades situadas hasta a 24 kilómetros (15 millas) de la frontera de Gaza, mientras Hamas lanzaba miles de cohetes contra ciudades israelíes.
“Israel se despierta en una mañana terrible”, dijo el teniente coronel Richard Hecht, vocero del ejército israelí. “Hay muchos muertos (…) niños, abuelas, familias, cuerpos”.
El ejército israelí dijo el domingo que sus fuerzas combatían incursiones de Hamas en ocho puntos. Un vocero del ejército dijo que dos situaciones de rehenes se habían “resuelto”, sin aclarar si todos las personas capturadas habían sido rescatadas con vida.
Israel golpeó 426 objetivos en Gaza, según el ejército, y derribó edificios residenciales con enormes explosiones, como una torre de 14 pisos que albergaba docenas de apartamentos y oficinas de Hamas en el centro de Ciudad de Gaza. Israel lanzó una advertencia momentos antes.
Entre los 313 muertos en ataques israelíes había 20 niños, además de unos 2.000 heridos, según el Ministerio palestino de Salud. UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los palestinos, dijo que más de 20.000 palestinos habían salido de la zona fronteriza de Gaza para adentrarse en el territorio y refugiarse en escuelas de la ONU.
Medios israelíes que citaron a servicios de rescate dijeron que al menos 300 personas habían muerto y 1.500 resultaron heridas en el ataque del sábado, lo que lo convertía en el más cruento en Israel en décadas. Los combatientes de Hamas se llevaron a un número desconocido de soldados y civiles capturados a Gaza y una hilera de israelíes con parientes desaparecidos se veía ante una comisaría en el centro del país para entregar muestras de ADN y otra información que pudiera ayudar a los investigadores a identificar a sus familiares.
Hezbollah lanzó docenas de cohetes y proyectiles el domingo contra tres posiciones israelíes en una zona disputada junto a la frontera del país con el territorio sirio en los Altos del Golán.
Israel y Hezbollah son archienemigos que han librado varias guerras en el pasado, la más reciente un conflicto de 34 días en 2006 que dejó 1.200 muertos en Líbano y 160 en Israel. Las tensiones en la frontera norte Israelí habían ido creciendo durante meses.
En un discurso televisado el sábado por la noche, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que las fuerzas militares israelíes utilizarán todas sus fuerzas para destruir las capacidades de Hamas. “Convertiremos en ruinas todos los lugares en que Hamas se esconde, en los que opera”, afirmó.
“Salgan de ahí ahora”, dijo Netanyahu a los residentes de Gaza, que no tienen forma de abandonar el diminuto y sobrepoblado territorio mediterráneo.
Los 2,3 millones de habitantes de Gaza han sufrido un bloqueo de fronteras, mantenido con intensidad variable por Israel y Egipto desde que los milicianos de Hamas tomaron el control del territorio en 2007.
Una cuestión importante era si Israel emprendería un ataque por tierra sobre Gaza, algo que en el pasado ha incrementado las bajas. Netanyahu prometió que Hamas pagaría “un precio sin precedentes”, aunque admitió que “esta guerra tomará tiempo. Será difícil”.
El ejército israelí llevaba cuatro divisiones de tropas, así como tanques, a la frontera con Gaza, que se sumaban a los 31 batallones ya en la zona, según un vocero.
Hamas dijo haberse preparado para una larga batalla. “Estamos preparados para todas las opciones, incluida una guerra abierta”, dijo el número dos de la oficina política de Hamas, Saleh al-Arouri, a la televisora Al Jazeera. “Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario por la dignidad y la libertad de nuestro pueblo”.
El secuestro de civiles y soldados israelíes también planteaba un asunto especialmente espinoso para Israel, que en el pasado ha hecho intercambios muy dispares para llevar a casa a prisioneros israelíes. Israel tiene miles de palestinos en sus prisiones. Hecht confirmó que un número “considerable” de israelíes habían sido secuestrados el sábado.
Un funcionario egipcio dijo que Israel había pedido ayuda de El Cairo para garantizar la seguridad de los rehenes, y el jefe de la inteligencia egipcia había contactado con Hamas y el grupo miliciano Yihad Islámica para pedir información.
Según el funcionario, los líderes palestinos dijeron que aún no tenían una “imagen completa” de los rehenes, pero indicaron que las personas llevadas a Gaza serían trasladadas a “lugares seguros” repartidos por el territorio.
“Está claro que tienen un gran número, varias docenas”, dijo el funcionario, que pidió no ser identificado porque no estaba autorizado a informar a los medios.
La inteligencia egipcia también habló con los dos bandos sobre un posible cese el fuego, añadió, pero Israel no estaba abierta a una tregua “en esta fase”.
El esquivo líder de la rama militar de Hamas, Mohammed Deif, dijo que el ataque era una respuesta a los 16 años de bloqueo de Gaza y a una serie de incidentes recientes que han disparado las tensiones entre israelíes y palestinos.
En el último año, el gobierno de ultraderecha israelí ha redoblado la construcción de asentamientos en la ocupada Cisjordania, la violencia de colonos israelíes ha desplazado a cientos de palestinos en la zona y las tensiones han crecido en torno a la mezquita de Al Aqsa, un lugar de culto en Jerusalén que es un foco frecuente de fricciones.
Deif, que no hace apariciones públicas, dijo en un mensaje grabado que el ataque era sólo el comienzo de lo que denominó “Operación Tormenta de Al Aqsa” y pidió a los palestinos desde el este de Jerusalén hasta el norte de Israel que se unieran a la lucha.
La incursión de Hamas durante el Simjat Torá, un día normalmente alegre en que los judíos completan el ciclo anual de lectura del rollo de la Torá, revivió dolorosos recuerdos de la guerra de Yom Kippur de 1973, en que Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa durante el Yom Kippur, el día más sagrado del calendario judío, con el objetivo de recuperar los territorios ocupados por Israel.
A la pregunta de los periodistas de cómo Hamas había conseguido tomar desprevenido al ejército, el portavoz del ejército israelí Richard Hecht respondió: “Es una buena pregunta”.
La situación aumentó las críticas a Netanyahu y sus aliados de ultraderecha, que llegaron al poder tras una campaña sobre acciones más agresivas contra las amenazas de Gaza. Comentaristas políticos reprocharon al gobierno y al ejército el no haber anticipado lo que parecía ser un ataque de Hamas sin precedentes en cuanto a planificación y coordinación.
El ataque se producía en un momento de divisiones históricas en Israel por la reforma judicial propuesta por Netanyuahu. Las protestas masivas contra el plan han sacado a la calle a miles de israelíes y hecho que cientos de reservistas eviten sus tareas voluntarias, algo que ha planteado temores sobre la preparación de combate del ejército.
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Shurafa informó desde Ciudad de Gaza City. Los periodistas de Associated Press Isabel DeBre, Julia Frankel y Josef Federman en Jerusalén; e Issam Adwan en Rafah, Franja de Gaza, contribuyeron a este despacho.
Fuente de esta noticia Diario Publimetro Argentina.
