Redacción Ciencia, 20 sep (EFE).- La contaminación generada por los incendios acecha a cada vez más gente. En las últimas dos décadas se calcula que más de 2.000 millones de personas estuvieron expuestas, al menos un día por año, a una contaminación sustancial potencialmente perjudicial para su salud.
Esa es la conclusión de un estudio firmado por investigadores chinos, australianos y estadounidenses que publica Nature, en el que se analiza a nivel global la contaminación por fuegos entre 2010 y 2019.
El equipo consideró todos los incendios que arden en paisajes naturales y culturales: bosques naturales y plantados, arbustos, pastos, tierras agrícolas y áreas periurbanas, incluidos los incendios planificados o controlados y los incendios forestales.
El estudio destaca la gravedad y la escala de la contaminación del aire provocada por este tipo de fuegos, su gran impacto en la población mundial y el aumento asociado del riesgo para la salud pública.
Entre 2010 y 2019, según los datos, 2.180 millones de personas estuvieron expuestas a al menos un día de contaminación atmosférica sustancial. Cada persona en el mundo tuvo, en promedio, 9,9 días de exposición al año, lo que supone un 6,8 % y un 2,1 %, respectivamente más que en las dos décadas precedentes.
La investigación evaluó la exposición de la población mundial a las llamadas partículas finas -suspendidas en el aire y con un diámetro inferior a 2,5 micras (PM2,5)- y al ozono.
Además, constató que los niveles de exposición en los países de renta baja eran aproximadamente cuatro veces superiores a los de los países de renta alta.
Los niveles más altos de exposición a las PM2,5 se dieron en África Central, seguida del Sudeste Asiático, Sudamérica y Siberia, según el equipo, dirigido por Yuming Guo y Shanshan Li, de la Universidad de Monash (Australia).
En general, se observa que la población mundial está cada vez más expuesta a la contaminación atmosférica por esos fuegos y se pueden identificar disparidades socioeconómicas, escriben los autores.
Para el cálculo se usó un enfoque de aprendizaje automático con datos de modelos de transporte químico, estaciones de vigilancia terrestre y datos meteorológicos.
La exposición a la contaminación del aire provocada por incendios tiene muchos impactos adversos para la salud, incluido un aumento de la mortalidad y la morbilidad y un empeoramiento global de las condiciones cardiorrespiratorias y la salud mental.
La otra variable analizada fue el ozono generado por esos fuegos, que es un importante contaminante relacionado con los incendios que solo se ha calculado para Estados Unidos.
Guo indicó, en un comunicado de su universidad, que hasta la fecha ningún estudio ha analizado el efecto a largo plazo de este incremento de los incendios forestales a nivel mundial, que a menudo afectan a áreas remotas donde hay pocas o ninguna estación de monitoreo de la calidad del aire.
La exposición a la contaminación atmosférica causada por el humo de los incendios que recorren cientos y a veces miles de kilómetros puede afectar a poblaciones mucho mayores y provocar riesgos mucho mayores para la salud pública, afirmó.