La alerta fue lanzada ante el anuncio de Argentina de dejar de importar gas boliviano desde el 2025, ya que en la actualidad se recupera el poder calorífico de ese energético que se envía por el Gasoducto de Integración “Juana Azurduy (GIJA).
El gas natural que va al país vecino contiene metano, etano, propano, butano y otros compuestos provenientes de los campos Margarita – Huacaya, Sábalo y San Alberto. Al respecto, el analista y ex vicepresidente de YPFB, Hugo del Granado, afirmó que la planta de separación de líquidos seguirá extrayendo los licuables del gas natural si se instala otro ducto con el flujo inverso de Yacuiba a Santa Cruz.
“En tanto no se efectúe este trabajo no podrá abastecerse de gas licuado de petróleo (GLP) y se deberá incrementar el volumen de importación del que era ya autosuficiente el mercado del país”, advirtió.
El geólogo tarijeño, Gustavo Navarro, coincidió con del Granado, al mencionar que YPFB tiene que tomar previsiones al respecto con el tendido de un ducto paralelo al Gasoducto Yacuiba – Río Grande (Gasyrg) para que la planta de separación de líquidos continúe extrayendo el poder calorífico del gas natural.
En su criterio, si no asume un costo económico adicional en transporte existe el riesgo de generarse un posible desabastecimiento de GLP en el mercado nacional, ya que varias regiones del país demandan de ese combustible, como Beni, Pando, la zona alta de Tarija y otras del país, donde se carece del gas domiciliario.
Navarro estimó que al menos se requiere del tendido de un ducto paralelo de 20 kilómetros aproximadamente para que se conecte al Gasyrg. “Al no haber exportación de gas natural a Argentina, la planta de separación podría quedar en desuso, pero eso se evitará si la estatal petrolera asume un costo económico adicional para revertir el transporte de gas natural de sur a norte”, afirmó.
Inversión
YPFB invirtió $us 695 millones en ese complejo hidrocarburífero que tiene una capacidad de procesamiento de 1.047 millones de pies cúbicos por día de gas natural (MMpcd). El proyecto fue pre concebido y construido en la gestión del extinto presidente de la petrolera estatal, Carlos Villegas, con la perspectiva no solo de extraer los licuables, sino también dotar de materia prima para el complejo petroquímico.
“En ningún momento funcionó a plena capacidad por falta de gas. Es más, la planta deetanizadora nunca funcionó ni siquiera se hicieron las pruebas de recepción porque el Gobierno decidió producir propano en lugar de etano para el proyecto de polipropileno porque canceló el proyecto”, apuntó del Granado.
Añadió que debía producir 3.144 TMD (Toneladas por día) de etano, 2.247 TMD de gas licuado de petróleo (GLP), 1.044 BPD (Barriles por día) de isopentano y 1.658 BPD de gasolina natural. Navarro señaló que la planta de separación de líquidos no funcionó al 100% de su capacidad y alcanzó el 60%, pero ahora está por debajo del 50% debido a que se redujeron las exportaciones de gas natural al mercado de Argentina.
Sin embargo, YPFB informó que opera con una capacidad del 50% en función al requerimiento del área comercial, con un volumen de producción mensual de 28.500 toneladas métricas (TM) de gas licuado de petróleo, 9.800 barriles (BBL) de gasolina estabilizada y 40.200 BBL de gasolina en isopentano. También destaca que, en ocho años de operación de la planta de separación de líquidos, iniciada el 24 de agosto de 2015, aportó con un volumen acumulado superior a los 1,9 millones de toneladas métricas (TM) de gas licuado de petróleo.
El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, dijo que, desde el inicio de sus operaciones hasta junio de este año, la planta tuvo una producción de 1,3 millón toneladas métricas de GLP para cubrir la demanda en el mercado interno y un excedente de más de 563.000 toneladas métricas para las exportaciones.
Fuente de esta noticia Diario El Deber Bolivia.
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