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Jue. Nov 21st, 2024
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El campeón mundial Santos “Falucho” Laciar levanta su distinciòn en la noche de los 100 años del boxeo argentino

Cuando aquellas personas estuvieron alineadas para la “foto de familia”, un vertiginoso estampido partió de mi esternón. Fue entonces que advertí que en aquellos rostros, emocionados y orgullosos, estaba pasando mi propia vida. Eran mujeres, hijos o nietos de grandes campeones del boxeo argentino que transformaron sus hazañas en épicas batallas registradas por la historia del deporte nacional.

En medio de los aplausos, el reconocimiento, el respeto y la gratitud de boxeadoras y boxeadores con los sueños intactos y el mañana desafiante, estaban las inequívocas siluetas que llevan en su genética la inamovible gloria de sus apellidos. Qué saludable resultó además que las 270 personas – entre pugilistas de ayer y de hoy, técnicos, dirigentes, empresarios y periodistas- que completaban el majestuoso salón Diquint se pusieran de pie para prolongar en aplauso la gratitud. No es necesario ser generacional para reconocer la grandeza de quienes fueron. Es que sin ellos no hubiesen existido éstos que acababan de ganar los premios Firpo con los cuales la UPERBOX (Unión de Periodistas de Boxeo) los distingue cada año. Y al tiempo que Brian Castaño recibía el Firpo de Oro de sus brillantes años 2019 y 2020 y Daniela Bermúdez el del 2021 – la pandemia había impedido la celebración en su tiempo correspondiente- el Pumita Fernando Martínez era aclamado por ser el Firpo 2022 con su corona mundial tan asombrosa como su prodigioso futuro. Eran los de hoy y estaban los de “hace un ratito, apenas pocos años”: el Zurdo Julio César Vasquez, Látigo Coggi, Marcelo Domínguez, Santos “Falucho Laciar” y el imponente Chino Maidana, convertido en empresario de boxeo con influyente alternancia internacional.

Sí, bajo el mismo techo podían encontrarse el ayer y el hoy para celebrar los 100 años del Boxeo Argentino. Quien hubiera dicho cuando Firpo tiró a Dempsey fuera del ring por 17 segundos en el Polo Ground de Nueva York, que exactamente un siglo después íbamos a vivir la premiación – justa y saludable- de Florencia López (mejor amateur), la de Sol Baumstarh (al KO del Año ) y la de Celeste Alaniz (mejor boxeadora de 2022). Y que Dios habría de bendecirnos para vivirlo y contarlo ya que de esos 100 años, fueron 70 los que pegamos el corazón y la vista en los diferentes rings de todo el Mundo acumulando estas historias que hoy al recordarlas podemos contar.

100 años del boxeo premios
Chiche Pérez Barbieri, sobrina nieta del inolvidable Luis Ángel Firpo.

Son historias de gloria, de drama, de sangre, de llanto, de euforia, de dolor, de frustración, de encanto; de ganadores no reconocidos a quienes los fallos robaron y de perdedores que honraron su chance; de jóvenes que acompañamos hasta la vejez y de esas malditas parábolas con las cuales se va cerrando el círculo de la vida hasta regresar al desamparado punto de partida sin que jamás los abandonemos.

Me encantó que la noche comenzara con la visita a una muestra de Claudio Destéfano quien seleccionó de su Museo del Deporte reliquias asombrosas que unieron desde ropa de Firpo hasta los últimos guantes de Nicolino Locche pasando por alguna indumentaria de Ringo Bonavena o del Mono Gatica. Una puesta en clima extraordinaria, maravillosamente ambientada por un ring que aportó Ariel Ossos, dueño de Sonnos. Ese fue el primer golpe de asombro que habría de transformarse en pura emoción cuando Marcelo González – brillante guionista, armador de los 15 videos de tres minutos cada uno y además el conductor de la entrega de los Firpo- llamó al proscenio a los familiares de glorias del ayer.

100 años del boxeo premios
Eva Gatica, hija de José María, con el autor de la nota, testigo privilegiado de más de casi siete décadas del pugilismo

Fue cuando balbuceante le dije a mi querido amigo el escribano Mitjans, sentado a mi derecha en la Mesa 9: “Fernando,..ahi está mi vida, la estoy viendo…”. En cada una de estas familias hay 62 años de prensa y 70 de boxeo… Y señalándole uno por uno los fui recordando… Dario Galíndez, el hijo de Víctor, la noche de Johanesburgo frente a Richie Kates, la herida, la sangre, el árbitro –Stanley Christodolou-, el médico –Clive Noble- el estoico triunfo por KO en el último round y la muerte de Ringo, todo junto, el mismo día… A su lado Orieta, esa sublime mujer que acompañó al Sergio Víctor Palma ya retirado, sin recursos ni glamour desde un ACV hasta su muerte. Cuánto amor… A continuación de Orieta están Emiliano – nieto- y Adriana, la hija mayor de Ringo Bonavena; un tiempo inicial del nuevo orden cultural: Ringo –boxeador, actor, cantante, lo que sería como un influencer de hoy, logró ser una de las tres figuras más populares del país. Y queriendo ser como Muhammad Alí para luego enfrentarlo. Fue un histórico combate a comienzos de los 70 con 79.3 de rating en la TV.

Seis años después – 1976- murió asesinado por la mafia. Un suspiro y sigo: Horacito Accavallo el hijo de Roquiño el ciruja, el cartonero, el malabarista, el saltimbanqui de circo que quería ser wing izquierda de Racing y terminó siendo campeón del mundo de peso Mosca: acaso el más inteligente de los boxeadores que hayamos visto sobre un ring, no exento de total guapeza a la hora de pelear. Como extraño aquellas trasnoches de Luna junto a Horacio, Tito Lectoure, el doctor Paladino… Amigos que ya no quedan. Y pegado a Horacito –tan exitoso comerciante como su padre – está Pascual Pérez , el hijo del enorme Pascualito, nuestro primer campeón mundial -1954 en Tokio- una mañana de noviembre en la que logró que el país saliera a la calle para inaugurar esa incomparable sensación de celebrar un triunfo sin precedentes, una gloria identificatoria, la primera hazaña del boxeo argentino…

Me emocionó mucho ver juntos a los hijos de Accavalo y Pascualito, vecino de Pinamar. Vi en sus rostros los rasgos de sus padres y en los diálogos con ambos, recibí y transmití cosas que los hijos recuerdan mejor que nadie junto a aquellas otras cosas que los hijos nunca supieron y el periodista sí… Maravillosa la vida que nos regala momentos tan inesperados como excelsos. Ah esa foto inolvidable…Veánla de nuevo pues continua con Eva Gatica, la hija del Mono, una mujer extraordinaria que desde cualquier lugar de su actuación social o pública revalorizó la figura de su padre, un ídolo inquebrantable que al igual que Pascualito vivió las consecuencias de su peronismo incondicional tras el golpe del 55. Pascualito, siendo campeón del mundo fue expulsado del Luna Park y Gatica tenía que pelear clandestinamente en pueblos del interior y noquear rápido porque ante cualquier denuncia caía la policía y se lo llevaba preso. Esa señora rubia vestida de negro es quien más lo sabe…Y a su lado los Castellini : Karina su mujer hasta el hálito final de su sus sueños y sabiduría y Maxi, su hijo. Dios mio aquella noche en Managua contra Eddie Gazo, la Guardia Nacional tirando tiros al aire, las descargas de ametralladora, los gritos amenazantes mientras subía al ring y Anastasio Somoza, el dictador de Nicaragua esperando la consagración de su soldado… Inolvidable noche finalizada cuerpo a tierra bajo el ring para aventar el pánico…Y finalmente al lado del atril de Marcelo Gonzalez vemos a Agustin y Silvia, nieto e hija mayor de Carlos Monzón, el más grande campeón mundial que tuvo la Argentina. Un invencible.

100 años del boxeo premios
Los familiares de los campeones de todas las épocas estuvieron en la entrega de premios. De izquierda a derecha: Dario Galíndez, Orieta (viuda de Palma), Adriana Bonavena y su hijo Emiliano, Horacio Acavallo (h), Pascual Pérez (h), Eva Gatica, Karina y Maxi Castellini, Silvia Monzón y su hijo Agustín, junto al conductor Marcelo González

Verlos a ellos allí trémulos y orgullosos fue repasar en sus rostros la vida en lágrimas. Tal como dijera el maestro de ceremonias Fernando Mancini – quien además realizó desde Diquint su exitoso programa por La Red como todos los días a la cero hora – ” Es una noche de emoción…”. Por cierto. Así resultó de punta a punta y así lo disfrutaron las 270 personas presentes. Cada instante lo fue: desde el Nessun Dorma una área de la opera Turandot de Puccini cargo del extraordinario tenor Angel Droppo pasando por los tangos del inolvidable Chico Novarro: “Un sábado más” y ” El último round”, que interpretó magistralmente Guillermo Gallardo. También lo fue el reconocimiento a algo que Fer Mancini estampó como un sello propio: “La pluma autorizada de…”. Y tales plumas fueron las de maestros de la prensa especializada que lo merecían ampliamente. Fue así que todos los presentes aplaudieron a Carlos Irusta, Horacio Pagani, Enrique Martín, Jorge Fernández Gentile, Hernán Santos Nicolini y Walter Nelson. Buena iniciativa de la UPERBOX que preside Andrés Vazquez quien junto a un minúsculo grupo organizador – Gustavo Nigrelli, José Valera, Facundo Medina y Marcelo González– supieron ofrecer un inolvidable tributo a los 100 años del boxeo argentino con el imprescindible respaldo de Raúl Zaccardi, el dueño de casa.

Mientras la noche se consumía sin que nadie pudiese  detenerla aunque sea por un rato, recordaba y cruzaba algún breve diálogo con una de mis compañeras de mesa, Chiche Pérez Barbieri – sobrina nieta de Don Luis Angel Firpo– quien se hallaba con su madre Irma. Decíamos que todo esto lo inició su abuelo una noche como la de hoy hace un siglo. Fue luego de ello que el boxeo en la Argentina pasó de la clandestinidad a la oficialización y de la marginalidad al Jockey Club. Y cuando en pantalla entre tantas otras aparecía la imagen única y magistral de Nicolino Locche frente a Fujii en Tokio y los aplausos se tornaron en regocijo pensé en todo cuanto el boxeo había generado culturalmente. Sobre el pugilismo nos ofrecieron brillantes textos desde Ernest Hemingway o Gay Talese hasta Norman Mailer y Julio Cortázar quien consideró la pelea entre Firpo y Dempsey como “el acontecimiento más importante del Siglo…”. Y también en cine desde Elia Kazan – “El estigma del arroyo” – pasando por  Martin  Scorsese – “Toro Salvaje” y arribando al Rocky de Sylvester Stallone con decenas de otras grandes películas y  cientos de documentales sobre sus principales figuras. El boxeo también es la música y fue la política: la suspensión a Alí por 3 años al negar su alistamiento al ejército en plena guerra de Vietnam. Y es esa melodía melancólica de los anónimos que tuvieron los mismos sueños y no pudieron evitar la lona como destino indeseado de sus esperanzas.

No me animé a pedir públicamente – es que ya había hablado demasiado-  esto que escribo a continuación: brindemos por los grandes que evocamos y que nunca olvidaremos, por los amigos que ya no están, por las ilusiones en marcha, por los que fueron, por los que son y por los que no pudieron llegar a pesar de haber dejado hasta el último y desesperado gesto de guapeza. ¡Salud!

100 años del boxeo premios
Braian Castaño tras recibir su distinción, acompañado por el periodista Walter Nelson
100 años del boxeo premios
El Chino Maidana, ahora promotor, brinda durante la cena
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Las estatuillas a punto de ser entregadas
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El Pumita Martínez, el último campeón mundial argentino, junto a Andrés Vázquez, presidente de la Upperbox

Fuente de esta noticia Infobae


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