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TALLIN, Estonia (AP) — Las autoridades rusas efectúan elecciones locales este fin semana en zonas ocupadas de Ucrania, en un intento por afianzar su dominio en los territorios que Moscú se anexionó ilegalmente hace un año y que aún no controla totalmente.

La votación para elegir a las legislaturas que Rusia instaló en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia ya ha comenzado y concluye el domingo. Kiev y Occidente han censurado la realización de esos comicios.

“Constituyen una flagrante violación del derecho internacional, al que Rusia continúa haciéndole caso omiso”, dijo esta semana el Consejo de Europa, el principal organismo defensor de los derechos humanos en el continente.

Kiev se hizo eco de esa postura, y el parlamento declaró en un comunicado que la votación en las zonas donde Rusia “efectúa hostilidades activas” representa una amenaza a la vida de los ucranianos. Las autoridades ucranianas han exhortado a otras naciones a que no reconozcan los resultados de unas “elecciones falsas”, según las definió el Ministerio del Exterior.

En Nueva York, funcionarios de las Naciones Unidas, representantes de países occidentales y Ucrania se enfrentaron a Rusia en torno a la legalidad de los comicios durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.

El secretario general adjunto de la ONU, Miroslav Jenca, dijo que las elecciones “carecen de fundamento legal”. El embajador adjunto de Estados Unidos, Robert Wood, comentó que los comicios eran “simplemente una maniobra de propaganda”.

La embajadora británica Barbara Woodward reiteró que “no puedes llevar a cabo elecciones en el país de alguien más”, y el embajador de Ucrania, Sergiy Kyslytsya, dijo que la votación era “una absoluta farsa electoral”.

El embajador de Rusia ante las Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, defendió que Moscú se anexionara las cuatro regiones hace un año, e insistió en que las personas “están votando de manera activa y consciente a favor de su futuro junto a Rusia”.

Para Moscú —que lanzó una invasión a gran escala contra Ucrania hace 18 meses— es importante proseguir con la votación para mantener la ilusión de normalidad, a pesar del hecho de que el Kremlin no controla totalmente las regiones anexionadas, dijo el analista político Abbas Gallyamov.

“Las autoridades rusas intentan firmemente fingir que todo avanza según sus planes, que todo va bien. Y si todo marcha de acuerdo a lo previsto, entonces el proceso político debería ir según lo planeado”, dijo Gallyamov, quien trabajó como redactor de discursos para el presidente ruso Vladímir Putin cuando éste era primer ministro.

En teoría, los electores deben elegir a las legislaturas regionales, que a su vez nombrarán a los gobernadores regionales. En las provincias de Donetsk y Lugansk, miles de candidatos también se disputan las bancas de docenas de concejos locales.

La votación se programó para el mismo fin de semana que otras elecciones locales en Rusia. Los comicios para elegir a legisladores federales y locales también se llevan a cabo en Crimea, que el gobierno ruso se anexó en 2014.

En las regiones anexionadas tras la invasión del año pasado, la votación adelantada comenzó la semana pasada, y en ella autoridades electorales visitaron casa por casa o improvisaron centros de votación en lugares públicos para atraer a transeúntes.

El principal contendiente en las elecciones es Rusia Unida, el partido leal a Putin que domina la política rusa, aunque otras fuerzas políticas, como el Partido Comunista y el Partido Liberal-Demócrata, de tendencia nacionalista, también aparecen en las papeletas.

Para algunos habitantes de las regiones de Donetsk y Lugansk, donde separatistas apoyados por Rusia controlan grandes zonas desde 2014, no hay nada inusual acerca de la votación.

“En los últimos nueve años hemos procurado estar más cerca de Rusia y conocemos bien a los políticos rusos”, dijo Serguei, de 47 años, a The Associated Press. Él vive en la ciudad ocupada de Lugansk y pidió que sólo se mencionara su nombre de pila por razones de seguridad. “Hablamos ruso y nos hemos sentido parte de Rusia desde hace mucho tiempo, y estas elecciones sólo confirman eso”, agregó.

Algunos votantes en Donetsk compartieron el mismo sentimiento que Serguei, manifestaron su amor por Rusia y dijeron que quieren formar parte de ella.

El panorama parecía más sombrío en Jersón y Zaporiyia. Los habitantes locales y activistas ucranianos aseguran que empleados electorales visitan viviendas acompañados de soldados, y la mayoría de los votantes conocen poco a los candidatos, de los cuales aproximadamente la mitad supuestamente provienen de Rusia, incluso de regiones remotas en Siberia y el lejano oriente.

“En la mayoría de los casos, no conocemos a estos candidatos rusos, y ni siquiera intentamos averiguarlo”, dijo Konstantin, que vive en la parte de la región de Jersón bajo control ruso en la margen oriental del río Dniéper.

Konstantin, que sólo proporcionó su nombre de pila por razones de seguridad, dijo en una entrevista telefónica que han surgido carteles de propaganda de los partidos políticos rusos en las carreteras, y trabajadores de campaña han sido transportados en autobuses antes de la votación.

Sin embargo, “los lugareños entienden que estas elecciones no influyen en nada” y “se llevan a cabo por motivos de propaganda”, declaró Konstantin, que comparó la votación de este año con los referendos que Moscú efectuó el año pasado en las cuatro regiones parcialmente ocupadas.

Esos referendos fueron diseñados para darle un tinte democrático a la anexión. Ucrania y Occidente calificaron esos procesos de ser una farsa y condenaron las anexiones, a las que consideran ilegales.

Semanas después de los referendos, las fuerzas rusas se retiraron de la ciudad de Jersón, la capital de la región del mismo nombre, y de zonas circunvecinas, cediéndolas de nuevo a Ucrania. A consecuencia de ello, Moscú ha mantenido el control de alrededor de 70% de la región.

Las otras tres regiones también están sólo parcialmente ocupadas, y las fuerzas de Kiev han logrado recuperar más terreno durante su contraofensiva de verano.

En la parte ocupada de la región de Zaporiyia, donde se han concentrado los empeños de la contraofensiva, las autoridades instaladas por Moscú declararon el viernes día de asueto para que la gente fuera a votar.

El gobernador de la región anexionada nombrado por Moscú, Yevgeny Balitsky, subrayó en un comunicado reciente que 13 ciudades y poblados de la región ubicados en la línea del frente han sido blanco regular de fuego de artillería, pero manifestó esperanza de que, a pesar de las dificultades, el partido Rusia Unida “obtendrá el resultado que se merece”.

Ivan Fedorov, el alcalde ucraniano de Melitopol, una ciudad bajo control ruso en la región de Zaporiyia, dijo a The Associated Press que en la práctica los habitantes están siendo obligados a votar.

“Cuando tienes enfrente a una persona armada es difícil decir que no”, afirmó.

Cuatro partidos distintos aparecen en las boletas, dijo el alcalde, pero en los carteles sólo hay uno: Rusia Unida. “Parece como si las autoridades rusas ya supieran el resultado (de la elección)”, agregó.

Los 60.000 habitantes de la ciudad —de los 149.000 que había antes de la guerra— han visto incrementarse las medidas de seguridad en los días previos a la votación, según Fedorov. Las autoridades paran a personas en las calles para revisarles sus documentos de identificación, y detienen a cualquiera que se vea sospechoso, apuntó.

“La gente está intimidada y asustada, porque todos comprenden que una elección en una ciudad ocupada es como votar en una prisión”, dijo Fedorov.

Las autoridades rusas tienen como meta conseguir que hasta 80% de la población participe en la votación adelantada, según el Grupo Oriental de Derechos Humanos, una organización ucraniana que da seguimiento al proceso en los territorios ocupados.

Los empleados electorales van de puerta en puerta —a mercados, tiendas de comestibles y otros lugares públicos— para conseguir que la gente deposite su voto. Se permite que voten las personas que han adquirido la ciudadanía rusa y quienes aún conservan pasaportes ucranianos.

Las personas que se rehúsan a sufragar son detenidas por tres o cuatro horas, dijo el coordinador del grupo, Pavlo Lysianskyi. Las autoridades les hacen “escribir una nota explicativa, que después se convierte en la base para formular un caso penal contra la persona”.

El grupo de Lysianskyi ha contado al menos 104 casos de ucranianos detenidos en las regiones ocupadas porque se rehusaron a participar en la votación.

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La periodista de The Associated Press Edith M. Lederer en las Naciones Unidas contribuyó a este despacho.

Fuente de esta noticias es del Diario Publimetro Argentina:  Leer más


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