En marzo de 2023, ANCAP vendió un predio en Punta del Este por un valor de US$2.3 millones y, si has visitado el balneario fernandino, seguramente sabrás de qué predio se trata. Pero, para desmedro del Estado, pasó a ser propiedad privada por un valor potencial 10 veces menor de lo que podría comerciarse hoy en día en el mercado.
“Esta acción se enmarca en una política de la empresa de optimización de sus activos. El remate tuvo solo un oferente y fue rematado por la base. Se trata de un predio anexo a la estación de servicio, actualmente cedido en comodato a la Intendencia de Maldonado”, dijo ANCAP en un escueto comunicado del 22 de marzo, cuando anunció la venta.
El comunicado agregaba que allí funcionaba un Museo del Automóvil y que, si los nuevos dueños quisieran realizar una obra allí, debían recibir el visto bueno de la Comisión de Patrimonio, dado que era un edificio declarado como monumento histórico nacional. Eso era así hasta que el ministro del MEC, Pablo Da Silveira, le quitara esa protección.
Pablo Da Silveira le quitó el estado de monumento histórico nacional
En agosto, el ministro Da Silveira firmó la desafección del inmueble como un bien patrimonial, lo que libera a los nuevos dueños de toda responsabilidad respecto al cuidado de la estructura, cuya construcción se inició en 1934. Lo anterior significa que se podrán realizar obras de forma más libre, sin tener que recibir el visto bueno de la Comisión de Patrimonio.
Según dijo en su columna el periodista de M24, Eduardo Preve, “hoy ya vale mínimo 12 millones de dólares”. Y agregó: “Si esta resolución del ministro se hubiera tomado antes del remate, el precio era otro, o sea ANCAP hubiera tenido mayores ganancias, y seguramente se hubiera presentado mucho mayor cantidad de oferentes, porque había muchas personas interesadas, inversores interesados en ese predio”.
Esos interesados “no se presentaron porque se movilizaron todos los vecinos de todos los edificios linderos diciendo ‘eso es monumento histórico, no se puede innovar sobre ese predio’”.
Según el comunicador, este predio tiene en total unas 120 cocheras y cada cochera puede llegar a costar hasta US$35.000, por lo que ANCAP podría haber ganado unos US$3.6 millones si las remataba individualmente. Pero desde ANCAP tenían una excusa para evitar este formato de remate: el predio, según ellos, es indivisible pero, más allá de eso, la empresa no tenía pensado complicarse con el remate individual de cada uno de los espacios para vehículos.
Presidente de ANCAP “sorprendido” con la decisión de Da Silveira
El periodista mencionado habló con Alejandro Stipanicic, presidente de ANCAP, quien aseguró sentirse “sorprendido” con la decisión del ministro del MEC de quitarle la protección de monumento histórico nacional al expredio de ANCAP. De hecho, Stipanicic no estaba ni siquiera enterado cuando fue consultado al respecto.
“Por lo tanto pasamos de un terreno que se remató en US$2,3 millones a un terreno que hoy ya vale por lo menos US$12 millones, y que además así se puede construir”, considerando que el adquirente es un acaudalado operador inmobiliario de la zona.
Esto deja a la libre la decisión de los nuevos dueños de realizar un edificio de varias decenas de pisos, según lo que aprueben la Intendencia de Maldonado y la Junta Departamental. Ya habría algún proyecto en ciernes porque se pidió una servidumbre de paso por el medio de la histórica estación de servicio ANCAP (la cual fue autorizada).
La historia de la vieja Estación ANCAP de Punta del Este
La estación de servicio de Punta del Este representa la culminación de una trilogía de proyectos realizados en colaboración con el arquitecto Roberto Beraldo, completando así un conjunto que incluye la estación de servicio de Carrasco y el Cantegril Country Club en Punta del Este.
Estas estructuras fueron concebidas y construidas en plena Segunda Guerra Mundial, y esta época tumultuosa podría explicar en parte su enfoque introspectivo, que se manifiesta de manera similar en las tres obras. En lugar de seguir tendencias vanguardistas radicales, estas construcciones se concibieron como una extensión natural de la arquitectura de viviendas en los barrios jardines suburbanos. Presentan techos inclinados con tejas, vigas de madera, bases de piedra y muros de ladrillo a la vista, sin dejar de mencionar la imponente estufa chimenea que define su espacio interior.
Un toque artístico adicional se encuentra en una pintura mural que hace referencia a Punta del Este, obra del artista Edgardo Ribeiro. La estación de servicio se organiza alrededor de una torre mirador que conecta con las galerías comerciales que se extienden a lo largo de la calle Gorlero.
En la Punta del Este de la década de 1940, que se caracterizaba principalmente por su arquitectura baja y horizontal, el mirador se erigía como un elemento distintivo que establecía un diálogo prácticamente exclusivo con el Faro de la Punta.
Debido a las restricciones de la guerra, el uso del hierro era prácticamente nulo en estas construcciones. Las vigas se hicieron de madera, los muros sostenían la estructura y las aberturas eran de tamaño reducido. En última instancia, la estación de servicio puede interpretarse como un acogedor y hospitalario hogar que, con discreción y precaución, oculta los surtidores que en su momento fueron los protagonistas.
Fuente de esta noticias es de LARED21 Diario Digital: Leer más
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