En un giro de acontecimientos que podría reconfigurar el panorama energético en la región del Cono Sur, Argentina ha puesto en marcha un proyecto destinado a poner fin a su dependencia del gas boliviano para el año 2024, mientras existe incertidumbre sobre el futuro de la venta a Brasil, informó el portal especializado EPBR.
El portal recuerda que la empresa estatal argentina Enarsa acaba de lanzar una licitación para cumplir con la “reversión” del flujo del Gasoducto Norte, marcando un intento por parte de Argentina de lograr su independencia energética con respecto al gas boliviano. La “reversión” del flujo significa que en vez de que el gas fluya de norte (Bolivia) al sur (Argentina), pueda hacerlo en vía inversa, desde el yacimiento denominado Vaca Muerta.
Argentina tratará de finalizar este proyecto antes del invierno de 2024, cuando ya no importará más gas boliviano. La nueva situación genera interrogantes serios sobre el futuro de la economía boliviana, que ha dependido de la veta de gas durante las últimos dos décadas. Políticas erráticas de los dos gobiernos del MAS y escasas políticas de exploración han generado que Bolivia ya no pueda cumplir con los compromisos que tiene con Brasil y Argentina.
La reversión del Gasoducto Norte tiene implicaciones directas para el mercado de gas en el Cono Sur y las perspectivas de importación de gas por parte de Brasil. Las exportaciones de gas de Bolivia han estado en declive, recuerda el portal, generando preocupación sobre la capacidad de nuestro país de cumplir con sus compromisos.
En los inviernos de 2022 y 2023 Bolivia bajó sus envíos de gas a Brasil para satisfacer la demanda argentina, pero ahora ello también deberá ser revisado por el gobierno boliviano.
“Se espera que, a partir de 2024, Bolivia incremente sus envíos al mercado brasileño tras el cese de las exportaciones a Argentina. Esto plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de las exportaciones de Bolivia a Brasil”, agrega el reportaje del portal, firmado por el editor André Ramalho.
Además, la nota recuerda que la reversión del Gasoducto Norte podría abrir la puerta para la exportación futura de gas de Vaca Muerta en Argentina hacia Brasil a través de Bolivia. YPFB ya negocia esa posibilidad, a cambio de un pago por parte de Argentina.
La nota añade que mientras Argentina busca asegurar su independencia energética y Bolivia lucha por reponer sus reservas de gas, la situación política en ambas naciones también se suma a la complejidad del panorama. Argentina se encuentra en medio de elecciones presidenciales y los resultados podrían impactar la política energética y las relaciones con Brasil. Por otro lado, en Bolivia, las relaciones entre antiguos aliados, como el expresidente Evo Morales y el actual presidente Luis Arce, se han visto fracturadas.
En cuanto a Brasil, el creciente desarrollo de la explotación de gas natural en el presal brasileño está tomando el lugar del gas boliviano y se espera que se reduzca aún más la dependencia que tiene Brasil del gas boliviano. Presal se refiere a las reservas de gas natural que se encuentran en formaciones geológicas ubicadas bajo una capa de sal en aguas profundas del océano Atlántico, a lo largo de la costa brasileña.
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