El actor malagueño hoy cumple 63 años. Es uno de los hombres más sexies del planeta y su mote de “macho latino” poco tiene que ver con su realidad: su relación con las mujeres siempre fue de amor y comprensión. Además, supo convertirse en un padre ejemplar para los hijos de su ex, a quien ayudó a criar. “Sufrir un ataque al corazón es lo mejor que me pudo pasar en la vida”, expresó luego de estar al borde de la muerte.
En su cumpleaños número 63 parece haber ganado todas las batallas. A simple vista queda claro que Antonio Banderas le ganó al paso de los años, y aunque el desamor tocó a su puerta él siempre demostró jugarse por amor. Además, este malagueño que viajó a Madrid con sólo una valija, para luego conquistar Hollywood sin saber hablar ni una palabra de inglés, puede liberarse del mote de macho con que se juzga al hombre latino: a lo largo de toda su vida Antonio vivió por y para las mujeres, precisamente cinco que influyeron en él. Ana Bandera, su madre, Ana Leza, su primera mujer, Melanie Griffith, su segunda esposa, Dakota Johnson, su hija por adopción, y Nicole Kimpel, su actual mujer con quien lleva más de 20 años de relación.
Hasta el último dólar
Ana Bandera Gallego no sólo le dio vida el 10 de agosto de 1960, también le dio el apellido: del padre, José Domínguez, se sabe poco y nada. Antonio nació en el sur de España, en Málaga, y no siempre soñó con ser actor. Su primera pasión fue el fútbol. Entrenó y se comprometió a convertirse en atleta profesional algún día. Pero el destino tenía otros planes para él y, tras sufrir una lesión, tuvo que renunciar a ese sueño. Lento pero seguro, profundizó más y más en la idea de actuar. El mismo actor contó que cuando empezó a hacerse famoso lo invitaban a galas, y a cada estreno que podía la llevaba a su madre. Un golpe duro para el español fue en 2017 cuando su mamá Ana murió a los 84 años a causa del Alzheimer.
En 1987, Antonio Banderas le dijo “Sí, quiero” por primera vez a su compañera actriz Ana Leza después de sólo seis meses de noviazgo. Se habían conocido una noche de enero en una discoteca de la calle Infantas de Madrid. La boda fue en la iglesia de San Nicolás con Pedro Almodóvar y Carmen Maura como testigos. En 1990, juntos dieron el salto a los Estados Unidos tras los triunfos de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), ¡Átame! (1989) y La ley del deseo (1987). Según Vanity Fair, Leza dedicó su tiempo a ser la profesora particular de inglés del actor y pronto se convirtió en uno de los mayores impulsores de su incipiente carrera. “Ella me ayudó a traducir el guión de The Mambo Kings, a trabajarlo, y me dio mucha confianza”, dijo Banderas al medio. “Sin ella no hubiera conseguido el papel”. El drama musical de 1992 fue la primera incursión del actor en Hollywood y ayudó a lanzar su carrera internacional. Como dijo Leza a la revista, “era imperativo que lo acompañara a Estados Unidos porque él no hablaba ni una palabra de inglés y yo lo hablaba con fluidez”.
Su tono cambió cuando se divorciaron en 1995 y Leza se quedó con la casa que tenían en Madrid de 3,4 millones de euros, una pensión alimenticia de 12.000 euros mensuales y los derechos vitalicios del 50 por ciento de todas las películas que hizo mientras estaban casados. “Fueron ocho días de juicio”, contó Banderas a Vanity Fair. “Es un negocio. Lo que quiere saber el juez es cuánto le vas a pagar a tu pareja. Te agarran de un pie, te sacuden y, cuando te sacan hasta el último dólar, te dejan. Eso hizo conmigo”.
Melanie: un amor a prueba de (casi) todo
Banderas se enamoró de Griffith desde el primer momento en que la vio en los Premios de la Academia en 1989, a los que la rubia asistió con su entonces esposo Don Johnson, según InStyle. “Vi a esta hermosa mujer con un vestido color crema, con perlas”, recordó poco después de preguntarle a su amigo Pedro Almodóvar quién era. Melanie recordó con exactitud cuál fue su diálogo inicial, “Lo primero que me preguntó fue mi edad”, dijo Griffith a AARP, “Pensé, ‘Es lo más grosero que alguien me ha preguntado al principio’. Pero había algo en él”.
Seis años después de que Banderas viera por primera vez a quien iba a ser su esposa, el destino los volvió a unir cuando fueron elegidos junto a Daryl Hannah en la comedia romántica Two Much (1995). Ambos estaban casados en ese momento: Melanie con el actor Don Johnson (por segunda vez) y Antonio con la española Ana Leza. “Fue muy, muy rápido y muy compulsivo, pero al mismo tiempo estábamos empatados en ese momento”, dijo él a InStyle sobre su dinámica en el set. “Hicimos todo lo que pudimos para ser respetuosos. Simplemente pensamos que este podría ser uno de esos momentos de enamoramiento que tenemos cuando filmamos películas porque jugamos juntos a ser una pareja, y después nos vamos a casa”. Y aunque Griffith fue acusada por Leza de “robarle” a su esposo, ellos aseguran que no fue así.
Antonio y Melanie se casaron en 1996. Poco después, le dieron la bienvenida a una hija juntos: Stella Banderas. Nadie esperaba que duraran, y aunque finalmente se separaron, pasaron casi dos décadas intentándolo. Al principio, incluso superaron el huracán Madonna: la cantante pop hizo evidente su interés en el actor, pero Griffith frustró su plan. De hecho, el drama se volvió tan exagerado en la prensa que Melanie dijo que se le prohibió la entrada al set de Evita. “Madonna lo perseguía públicamente”, le dijo a Larry King en 2002. “Estaba embarazada cuando él estaba haciendo Evita. Estaba embarazada, acababa de quedar embarazada y me fui con él. Así que la prensa hizo un gran alboroto sobre cómo Melanie está cuidando a Antonio y no lo deja solo con Madonna porque tiene miedo de que la ‘chica material’ se lo robe. Y realmente no fue el caso”. Una vez que la historia salió a la luz, los compañeros de trabajo de Banderas se volvieron contra Griffith. “Me dolió porque me prohibieron el set”, continuó. Más allá del drama, nunca pasó nada entre Antonio y su coprotagonista. “Ojalá”, dijo Madonna sobre intimar con Banderas. “Estaba muy enamorada de él”, le dijo a Howard Stern en 2015, “[pero] él estaba con Melanie Griffith. Ella nunca se apartó de su lado”.
La respuesta de Banderas al escándalo con Madonna fue contundente: “Estar casado en nuestra profesión no es cosa fácil. Hay demasiada gente hermosa alrededor, gente muy interesante. Es solo una cuestión de realmente tener paciencia y probablemente tener la capacidad y la fe de volver a enamorarte de tu propia esposa, eso me pasa a mí”. Pero a pesar del amor la relación se desgastó y en 2014 Antonio y Melanie anunciaron su separación “amorosa y amistosa”. Según una fuente de People, la pareja “tuvo problemas durante años”, que sólo aumentaron a medida que Banderas continuaba viajando al extranjero por trabajo. A pesar de la disolución de su matrimonio, Banderas conserva un gran amor por Griffith, “Melanie ya no es mi esposa, pero creo que es mi mejor amiga”, le dijo a People. “La amo y la amaré hasta el día de mi muerte. Ella es mi familia”.
Un gran padre
Además de criar a Stella, la hija que tuvieron juntos con Griffith, Banderas ayudó a educar a Dakota Johnson y a Alexander Bauer, ambos hijos de los dos matrimonios anteriores de Melanie. “Estuve allí porque amo a su madre y estoy totalmente enamorado de su madre y ellos fueron la parte más importante de lo que vino con ella”, dijo Banderas a People. “Muy pronto entendieron eso. Me decían Paponio, una mezcla entre Papá y Antonio”. Y sobre todo Dakota es quien agradece el día que el español entró en sus vidas.
Dakota Johnson vivió un infierno durante su infancia, soportando peleas, engaños y adicciones en su casa desde muy chica. La terapia se volvió su único escape a la realidad hasta que Antonio llegó para cambiar su vida, “Probablemente voy a estar en terapia el resto de mi vida”, confesó la actriz a The Drew Barrymore Show. No tuvo una infancia normal. Sus primeros recuerdos no son más que peleas provocadas por una relación tóxica entre sus padres, Griffith y Johnson, quienes terminaron odiándose, y todo el peso cayó sobre ella. “Fue realmente intenso”. El horror la llevó a tener que crecer y madurar antes de tiempo porque en su hogar no había un respaldo familiar confortable, “salté de escuela en escuela, y tuve que estudiar en casa y luchar tanto”. En ese ambiente todo se volvió una pesadilla, y la misma Dakota sintió que la terapia se volvió su único escape de la realidad. La separación de sus padres la dejó a la deriva, sentía que no pertenecía a ningún lugar. Pero cuando Antonio Banderas llegó a la vida de su madre, y por consecuencia a la suya, todo cambió.
En 2019, Dakota fue la encargada de entregarle a su “Paponio” el Premio al Actor de Hollywood por su papel en Dolor y gloria, en los Hollywood Film Awards, y él orgulloso declaró a E! News, “Ella me dio uno de los discursos más hermosos que nadie me ha dado. Estuve muy agradecido de saber que ella pensaba eso sobre Papi”.
La actriz de Cincuenta sombras de Grey (2015) dijo emocionada en aquel discurso, “Vengo de una familia de muchos matrimonios y tuve mucha suerte. Tengo un padre extra que me di cuenta de que, con el tiempo, es en realidad una de las personas más influyentes de toda mi vida. Cuando tenía seis años, mi madre se casó con un hombre que trajo una luz increíblemente brillante y un mundo completamente nuevo de creatividad y cultura, y una hermana pequeña extraordinariamente mágica a nuestra familia”. Johnson dijo que Banderas era “vibrante y muy divertido”, y agregó, “Él amaba tanto a mi madre, a mis hermanos y a mí, con tanta fiereza y con tanta fuerza, que cambió todas nuestras vidas juntos”.
Al aceptar el premio, Banderas dedicó el galardón a Dakota y a Stella. “Quiero dedicar esto a dos personas que amo, una está aquí mismo, Dakota, por algo muy simple, porque siempre me llamas Papi, y todavía ahora me llamas Papi y eso me encanta”, dijo. “¡No tienes idea de cuánto amo eso!” Antonio también le dijo previamente a Us Weekly que piensa en Johnson como su hija. “Tenía 5 años cuando la conocí, cuando se convirtió en mi familia”, dijo, y continuó: “Es mi hija, la amo. He estado con ella sobre mis hombros, viajando por todo el mundo”.
Amor renovado
Luego de separarse de la estrella de Secretaria ejecutiva (1988), Antonio conoció a la banquera Nicole Kimpel, de 42 años. Según AzCentral, se vieron por primera vez en el Festival de Cine de Cannes del 2014, pero insiste en que las cosas no se pusieron románticas entre ellos hasta que él y Griffith se separaron realmente. De todos modos, se produjo una situación muy peculiar, según cuenta Antonio, al momento de conocer a Nicole. El actor de El gato con botas (2011) no sabía que Kimpel tenía una hermana gemela casi idéntica a ella llamada Bárbara. Fue su hermana quien le llamó la atención y no dudó en hablarle, “pero de repente apareció Nicole, y mi corazón dio un vuelco. Son exactamente iguales, pero vi algo que sobresalía en ella, que me hizo conectar con Nicole”, recuerda Antonio. Pero en ese entonces, todavía estaba casado con su ex esposa, Melanie Griffith, por lo que ese primer encuentro fue simplemente amistoso. “Nicole no fue el motivo de mi divorcio. La conocí en el Festival de Cannes pero ambos sabíamos dónde estábamos. Todavía era un hombre casado, aunque las cosas ya iban como ahora han terminado. Nicole me dijo, ‘Primero tienes que resolver tus problemas, luego ya veremos’. Entonces no hay una conexión directa con mi ruptura con otra mujer, no es así”, explicó él a la revista Hola.
Una vez que finalizaron los papeles de divorcio con Griffith, Antonio y Nicole reanudaron el contacto y formalizaron su relación. Enseguida él hizo unas declaraciones que sorprendieron: dejaría Hollywood indefinidamente para atender otros intereses en su vida. Así, se fue con su pareja a Londres a estudiar diseño de moda y, una vez finalizado el curso, se pusieron a trabajar en su primer gran proyecto juntos: Antonio Banderas Design, una exclusiva línea de ropa. Cada uno de ellos aportó algo diferente al equipo, se complementaron a la perfección y lograron que su nueva marca fuera un éxito. Aunque llevaban mucho tiempo viviendo entre Inglaterra, España y Estados Unidos, decidieron instalarse en Andalucía tras el infarto de Antonio.
Al borde de la muerte
En 2017 Banderas vivió el momento más dramático de su vida: le dio un ataque al corazón. Aunque según sus propias declaraciones sufrir un infarto fue “una de las mejores cosas” que le ha pasado en la vida. El actor cree que eso ayudó a cambiar para bien. La estrella de La Máscara del Zorro (1998) explicó a la revista Radio Times, “Tuve un infarto. Probablemente fue una de las mejores cosas que me pasó en la vida. Fue como ponerme lentes para ver qué era lo importante”.
Revisó su estilo de vida para mantenerse saludable, y admitió que se siente afortunado de estar vivo. “Desde mi infarto, sólo busco el placer de actuar. Eso es todo. No me importa nada más. Para mí, la vida comienza cuando alguien dice, ‘¡Acción!’, o cuando se sube el telón”. Dejó de fumar después de su ataque al corazón, como compartió a Page Six, “Después de todo, tuve suerte, porque un ataque al corazón te puede matar así nomás”. La estrella le dio crédito a su novia Nicole Kimpel, admitiendo que actuó con “pensamiento rápido” para salvarle la vida. Explicó que la mujer le dio una aspirina cuando empezó a tener síntomas. “Mi novia, tenía dolor de cabeza y no teníamos nada en la casa. Entonces salió a comprar algo, un analgésico o lo que sea. Compró unas aspirinas de cinco miligramos. A la mañana siguiente, cuando comencé a tener los síntomas y sabía claramente lo que estaba pasando, me puso una de esas aspirinas dentro de la lengua y eso me salvó la vida. Sí. Así que tuve una segunda oportunidad”. El actor incluso sugirió que los hechos cambiaron su estilo de vida, “Obviamente, este evento fue muy dramático cuando estaba sucediendo. Me abrió los ojos en una dirección diferente y estableció un orden de prioridades que era diferente al anterior”, dijo a Entertainment Tonight.
En cuanto a volver a casarse, por ahora no suenan campanas de boda en casa de los Bandera, pero todo está en armonía. El actor explicó su posición al respecto, diciendo, “Estoy algo casado. Nicole es mi esposa y yo soy su hombre. Lo estamos haciendo muy bien”. Casado o no, Antonio está feliz disfrutando de su vida y su amor al máximo; no sólo lo dice su gran sonrisa sino que su corazón parece estar recuperado en el mejor de los sentidos. Porque cómo él mismo declaró alguna vez para la NBC Connecticut, “No hay nada en el mundo que no se pueda curar con amor. Eso es lo más importante”.
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