Se llama Global Gateway y cuenta con un presupuesto inicial de 10 mil millones de euros para la región. Hay interés en el sector energético y en el litio. Cuáles son las condiciones que reclaman desde la Unión Europea.
Preocupados por la creciente influencia de China en América Latina y la pérdida de poder comercial por parte de los países miembros del bloque, la Unión Europea (UE) acelera las gestiones para dar puntapié inicial a un megaproyecto económico que prevé la entrega de préstamos y subvenciones a sectores clave de la región.
Esta nueva estrategia europea se llama Global Gateway y se lanzó oficialmente hacia fines de 2021, pero no fue hasta el año pasado que empezaron las negociaciones en todo el mundo para ponerla en marcha. La iniciativa es coordinada por el brazo ejecutivo que tiene la UE: la Comisión Europea, presidida por Ursula von der Leyen.
Fue ella misma quien se ocupó de impulsar el proyecto durante la visita que realizó a Brasil, Chile y la Argentina hace pocas semanas. Allí anunció que América Latina y el Caribe se beneficiarán de, por lo menos, un desembolso de 10 mil millones de euros. Según pudo saber TN, la cuota que le corresponderá a cada país todavía está lejos de definirse, aunque hay conversaciones con toda la región.
“Estamos en la etapa inicial, son los primeros pasos de un proyecto muy ambicioso”, marca con énfasis uno de los principales funcionarios que sigue el día a día de las negociaciones. Es, también, una de las personas que empuja para que los países europeos se sumen a esta iniciativa con fondos propios, tal como hizo España cuando días atrás su presidente Pedro Sánchez anunció un desembolso de 9.500 millones de euros.
Las negociaciones con la Argentina
A pesar de los anuncios con bombos y platillos, todavía está lejos de definirse con exactitud cuánto dinero recibirá cada país y para qué proyectos se destinarán los desembolsos que estén por venir. La UE busca mantener sus altos estándares regulatorios, por lo que las firmas de los acuerdos no se cerrarán de un día para el otro.
Durante su paso por la Argentina, la presidenta de la Comisión Europea firmó un memorándum de entendimiento de asociación estratégica sobre las cadenas de valor sostenibles en materias primas. En pocas palabras, acordaron junto a Alberto Fernández un marco de negociación para el desarrollo y producción de materias primas en el país.
Es la primera firma que llega a la Argentina en el marco de esta nueva estrategia del Global Gateway. Pero el interés europeo también se extiende hacia las energías renovables, la transición energética y el litio. El llamado “oro blanco” está siendo copado por empresas chinas y Europa quiere cambiar esta tendencia junto con los Estados Unidos.
Hacia mediados de mayo hubo una delegación de funcionarios de la UE que viajaron junto a distintas compañías europeas a recorrer proyectos mineros en el norte argentino. Según supo TN, hay un fuerte deseo de llegar a un acuerdo, pero los europeos están pidiendo mayor estabilidad económica, jurídica y previsiones del mercado. Stellantis ya anunció una inversión de 155 millones de euros en una mina de cobre.
“No le podemos pedir a un europeo algo que después no les pedimos a los americanos”, se sincera otra fuente europea ante TN, durante una visita de distintos medios argentinos. Estas exigencias son las que además están poniéndole un freno a la firma del acuerdo de libre comercio con el Mercosur. El tema estará sobre la mesa en la próxima reunión UE-Celac del 17 y 18 de julio en Bruselas.
Objetivo China: cómo contrarrestar su influencia en América Latina
Más allá de que el nuevo programa europeo tiene como finalidad impulsar el desarrollo productivo para mejorar las cadenas de valores y hacer a las economías latinoamericanas más competitivas dentro de un sistema económico global cada vez más diversificado, detrás de este proyecto también se esconde la intención de Bruselas de frenar el avance chino en la región.
Muchas son las voces críticas que dicen que Europa “se olvidó” de América Latina por años. Lo mismo sucede con Estados Unidos. Ante esta “ausencia”, China fue escalando su influencia hasta convertirse en el principal socio comercial en gran parte de la región, desplazando a EEUU y, en muchos casos, a la UE en su conjunto si se cuentan los 27 países juntos.
Beijing logró posicionarse a fuerza de multimillonarios préstamos e inversiones muy tentadoras para los necesitados países latinoamericanos. Aquí reside la principal diferencia que puede complicar los planes de Europa: la UE cuenta con un marco regulatorio mayor que China y los desembolsos no son tan lineales, es un proceso más lento.
Para suplir esta diferencia, los funcionarios europeos intentan seducir a los americanos con otras herramientas. “Nosotros no vamos a hacer con China que llega, invierte en un proyecto y se lleva todo”, afirma uno de los responsables de Global Gateway, para luego agregar: “Acá vamos a buscar que la inversión traiga un beneficio en el país donde se realiza el desembolso”.
Según datos facilitados por la Unión Europea, el bloque tiene una inversión de stock acumulado de casi 700 mil millones de euros en América Latina y el Caribe, de los cuales 344 mil millones corresponden al Mercosur. En términos estadísticos, si se lo compara con estas cifras todavía parece que al nuevo programa le falta más potencia política y económica.
Por delante habrá meses de negociaciones que incluirán no sólo este proyecto, sino también el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE. Europa espera por la contraoferta del protocolo adicional medioambiental, con la esperanza de llegar a un acuerdo político antes de fin de año. Una meta que, para muchos, parece muy ambiciosa.
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