La Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) presentó una propuesta técnica para evitar que se agrave la actual crisis cambiaria que vive el país. Se trata de la activación de cinco sectores en un periodo de seis meses, lo que puede generar ingresos de al menos $us 700 millones adicionales este año y casi $us 5.000 millones en 2030.
“Si no actuamos a tiempo, nos encaminamos peligrosamente hacia la inestabilidad. Si permitimos que la crisis se manifieste plenamente, no sólo puede devastar empleos y empresas, si no a la sociedad en su conjunto”, alertó ayer Jean Pierre Antelo, presidente de la institución privada, durante el foro “La Bolivia que queremos”.
Para evitar esta situación, la cámara empresarial propone conseguir más divisas con el impulso a los sectores agrícola, pecuario, forestal e industrial, además de una fuerte lucha contra el contrabando de combustibles hasta 2025.
En el documento “De la Bolivia que tenemos a la Bolivia que queremos”, de 66 páginas, se detalla que en los últimos diez años el país requirió de $us 1.500 millones por año para mantener la estabilidad cambiaria y de precios, monto que puede ser provisto y más por esos sectores.
Diagnóstico
El agro, por ejemplo, puede generar $us 3.000 millones de ingresos netos de divisas hasta 2030, con el uso de biotecnología, seguridad jurídica y la liberación de las exportaciones, entre otros.
Por ejemplo, en el caso de la producción de etanol, el aporte del sector azucarero y de los ingenios puede subir del 10 al 20%, lo que subirá el ahorro en la importación de gasolina de $us 150 millones a 300 millones, afirmó Cristóbal Roda, presidente del Ingenio Aguaí. “Existen las condiciones para ello”, sostuvo el empresario, quien aseguró que los privados seguirán apostando por el país, pese a las múltiples trabas, muchas de ellas impuestas por el propio Gobierno central.
El sector forestal puede proveer hasta $us 1.200 millones en divisas con medidas como el perfeccionamiento del derecho a aprovechar las áreas forestales, la creación de instrumentos financieros y la ampliación de mercados.
El sector ganadero puede contribuir con $us 600 millones hasta 2030 si se levantan las barreras de exportación, se abren nuevos mercados y mejora la eficiencia reproductiva, de extracción y de conversión de la carne.
La industria del turismo, a su vez, puede generar $us 300 millones adicionales con una recuperación plena de la cantidad de visitantes extranjeros. Para el fortalecimiento de la actividad se requiere la disminución de los costos implícitos de viaje incluidos en el transporte y el visado a extranjeros; una política de contratación a tiempo parcial en el sector para promover la captación de mano de obra según las temporadas turísticas; y la mejora en la conectividad aérea.
En servicios digitales, Bolivia tiene potencial de generar $us 500 millones en los próximos cinco años, indica el análisis de Cainco. “Es hora de pensar en el país y enfocarnos en cómo cuidarlo, en cómo hacerlo crecer, en cómo forjar esa Bolivia que queremos. El país requiere soluciones inmediatas y contundentes”, subrayó Antelo.
“Estamos todavía en la primera etapa de la crisis cambiaria”, producto de la caída de las reservas internacionales netas, coincidió el boliviano Carlos Kempff, líder de agronegocios, gestor de inversiones y presidente de Renaissance Executive Forums (REF).
Esto se debe, resumió, a las exportaciones que no se están haciendo y por el “excesivo gasto público” que mantiene el déficit fiscal, con empresas públicas no rentables que “se deberían cerrar, vender o privatizar”.
Visiones
“Hay un candado ideológico en este país que no permite muchas de las medidas que nosotros planteamos”, expresó Kempff, quien se dijo frustrado, como el resto del sector empresarial, porque la actual crisis cambiaria se podría haber evitado o mitigado con algunas medidas simples y otras estructurales ya conocidas “que no son difíciles de lograr”.
“Hay que tomar al toro por las astas y tratar de resolver la crisis lo antes posible. En la medida en que uno deja que evolucione y no tome las medidas necesarias, se empezará a entrar a una segunda etapa (de la crisis), cuando las restricciones (al acceso al dólar) son cada vez más grandes”, aconsejó Miguel Kiguel, especialista argentino en macroeconomía y mercados financieros.
Kiguel consideró que la crisis cambiaria boliviana está en su primera fase por lo que hay que evitar que pase a la siguiente etapa, en la que las importaciones de insumos se empiezan a reducir y la producción se contrae, con su consiguiente efecto en los precios del mercado, el empleo y los ingresos de las familias.
“Que la solución sea cual sea llegue antes de que lleguemos a una situación más traumática”, subrayó el economista de Argentina, país con una abundante historia en crisis de diferentes niveles.
Al momento, el tipo de cambio oficial en Bolivia tiene una diferencia próxima al 10% con el tipo de cambio paralelo y hay que procurar que esa diferencia no llegue al 100%, como en el caso argentino, consideró a su vez Carlos Fernández, ex presidente del Banco Central del Paraguay.
En el caso de países con falta de divisas, indicó, “son victorias tempranas ir ajustando el precio de algunos subsidios y la cotización de la moneda norteamericana”, además de “empezar a planificar qué hacer con estas empresas” públicas que durante su tiempo de funcionamiento no han generado los resultados esperados.
“Una empresa estatal de quesos y yogurt, como Lacteosbol, no tiene sentido. Creo que hay muchas necesidades en salud, educación, seguridad y en infraestructura a las que tiene que abocarse el Gobierno. Reenfocarse ahora es mucho más fácil, antes de que empiece una crisis peor”, aseveró.
Antelo indicó que la propuesta técnica de la Cainco será presentada oficialmente a los tres niveles de gobierno, para que pueda ser debatida y, si es posible, aplicada en el corto plazo. Estos planteamientos “pueden generar en cuestión de seis meses una respuesta rápida para la generación de divisas”. Son “medidas contundentes para evitar una crisis más grande”, afirmó el empresario.
María Reneé Centellas, gerente general de Laboratorios Bagó en Bolivia, reflejó a su vez lo que muchas empresas del mercado nacional viven hoy en día.
“Al no tener divisas, ha subido la comisión a la transferencia para hacer nuestras compras de materia prima”, lo que “se volvería parte del costo del producto o servicio y llegaría a impactar en el precio” al consumidor, mencionó.
Este resultado es menos evitable si se toma en cuenta la competencia del contrabando y los efectos que ha tenido la pandemia en la cadena de abastecimiento, que también han aumentado los costos de producción.
El análisis de la Cainco aborda también sectores extractivos no renovables que están en manos del Gobierno, que con una adecuada gestión pueden darle al país tranquilidad en el mediano plazo con las divisas que cada uno podría generar.
“En el mediano plazo, los hidrocarburos, la minería y el litio requieren un marco legal que pueda combinar adecuadamente la soberanía nacional con la atracción de inversión extranjera directa”, resumió Antelo.
El documento detalla que el retroceso del sector de hidrocarburos y el estancamiento de la minería son una muestra clara de que la actual normativa boliviana no está impulsando la extracción sostenible de recursos no renovables. En cambio, “la fuerte expansión de la minería ilegal es la prueba de que lo incorrecto y lo ilícito puede producir y extraer esa riqueza, pero a costa del medioambiente y de los derechos humanos, sin beneficios tangibles para el país”, cita el análisis.
eldeber.com.bo
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