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Vie. Nov 22nd, 2024
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La decisión de Scioli de no bajarse y el demorado acuerdo con el FMI dejaron el escenario para que la Vice se inclinara por atender más al juego de la interna que a la elección de octubre. La negociación de los gobernadores con Alberto Fernández y Cristina Kirchjner es clave.

Sergio Massa encabezaría la lista de senadores de la provincia de Buenos Aires bendecida por Cristina Kirchner junto a una fórmula presidencial integrada por Wado de Pedro y Juan Manzur. Ese fue el escenario que hizo trascender el tucumano el jueves por la mañana, el kirchnerismo dejó que creciera y La Cámpora coronó con el spot de lanzamiento del “hijo de la generación diezmada”.

Con la insistencia de Axel Kicillof de ir por la reelección en la crucial provincia de Buenos Aires, la Vice terminó de definir su “constelación familiar” para las PASO 2023: una maniobra que parece atender más al juego de la interna peronista que a la elección de octubre. Por varios motivos:

Wado de Pedro es el síntoma de que Cristina Kirchner eligió sentarse sobre el piso de sus votos: busca retener el núcleo duro de su electorado. La receta de un candidato que sume por afuera la enterró la aventura de Alberto Fernández.

Juan Manzur, además de que ofrecía el oro y moro para integrar la fórmula -en tiempo de malaria política no es poco-, en teoría le garantizaría el acompañamiento de los gobernadores peronistas, un coro que viene pidiéndole a Scioli que baje su candidatura. Algo parecido ensayan los intendentes del conurbano bonaerense, aunque se sabe que en las urnas mandan a jugar a dos puntas. Son afectos a los coros a dos voces. Igual, hasta último momento intentarán que Scioli se baje. “Unidad, más que nunca”, piden.

Sergio Massa imaginaba para el 24 de junio, en el cierre de las listas, un escenario que se fue cayendo a pedazos: la inflación del 7,8% en mayo, el demorado acuerdo con el FMI y la “cuña Scioli” terminarían por sacarlo de la carrera presidencial para este turno. Ahora se dio vuelta la taba: el kirchnerismo se planta como garante para que el ministro pueda terminar sin demasiados sobresaltos la gestión en Economía y que el tigrense pueda seguir soñando con el Sillón de Rivadavia hacia 2027.

O sea, si se le hunde el barco o lo deja a flote para jactarse que evitó el naufragio. En esa negociación, Massa se habría garantizado algo más que la banca en el Senado. ¿La presidencia del bloque? ¿Su esposa Malena Galmarini en un puesto clave en la provincia? ¿Precandidata a vice? ¿Un llave en mano en la Legislatura bonaerense? Ese siempre es un refugio tentador para el tigrense donde supo moverse como pez en el agua, por ejemplo, en la negociación de los pliegos para jueces con el entonces ministro de Justicia de Scioli, Ricardo Casal, ahora su jefe de asesores legal en Economía.

Axel Kicillof consiguió refugiarse en la provincia, pese al deseo de Máximo Kirchner que lo quería sacando pecho por los K y peleando la Presidencia. Para CFK, la provincia de Buenos Aires, ya es más que la madre de todas las batallas. Se convirtió en la trinchera donde Cristina y Máximo se juegan si asisten al entierro de su árbol genealógico político. Algo así como aferrados al precepto Los árboles mueren de pie. ¿Será el alumbramiento de la Kámpora?

Todo para qué. Para medir qué tiene cada uno: La Kámpora, Massa, Scioli, los gobernadores, los Moyano y dirimir una interna que se empezó a jugar el 10 de diciembre de 2019 cuando Alberto Fernández llegó a la Casa Rosada.

Cronológicamente, faltan horas para el cierre de listas; para la política, una eternidad. Todo puede pasar. “Ponele lupa a la reunión de los gobernadores con Alberto y con Cristina. No des cerrado nada hasta el viernes a la tarde”, dicen en el massismo.

Entonces, ¿puede pasar que los gobernadores logren convencer a Alberto Fernández, Scioli baje su precandidatura (el exmotonauta igual está decidido a correr aunque le saquen la lancha), del otro lado Manzur decline la suya -antes de ser oficial como una ofrenda- y haya una lista de “unidad”? ¿Todo puede pasar? El silencio de Cristina Kirchner y Massa puede ser un síntoma. Slogan, ya tienen Todo… por Unión por la Patria.

 


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