En el Día Mundial de los Océanos, el Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea advirtió sobre este incremento en relación a mediciones anteriores efectuadas en mayo. Cuáles son las consecuencias y qué podría suceder a futuro, según el análisis de los especialistas.
Este jueves 8 de junio es el Día Mundial de los Océanos, una jornada promovida en el año 2008 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿El objetivo? “Informar sobre el impacto de los humanos en el océano, desarrollar un movimiento mundial de apoyo y unir a la población en un proyecto para la gestión sostenible de nuestros mares”, según indica el organismo.
Para la ONU, “a medida que un exceso de calor y energía calienta el océano, el cambio en la temperatura lleva a unos efectos progresivos sin precedentes, que incluyen el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar, olas de calor marinas y acidificación del océano. Estos cambios provocan, en última instancia, un efecto perdurable sobre la biodiversidad marina y sobre las vidas y medios de subsistencia de las comunidades costeras”.
Justamente en lo que respecta a fluctuaciones de temperatura en el mar, recientemente, el Servicio de Cambio Climático Copernicus, de la Unión Europea (UE), informó en un comunicado que la temperatura “de la superficie del mar y la temperatura del aire marino, promediadas en todos los mares sin hielo, alcanzaron un máximo histórico en el mes de mayo, con 19,7°C”, en relación a las anteriores mediciones que realizó el organismo en el mismo período desde 1979. En tanto, detallaron que este indicador estuvo “0,26°C por encima del promedio 1991-2020″.
“Las temperaturas en la superficie de los océanos alcanzan ya niveles récord y nuestros datos indican que la temperatura media para todos los mares libres de hielo en mayo de 2023 fue superior a la de cualquier otro mes de mayo”, advirtió Samantha Burgess, directora adjunta de Copernicus.
Y sumó: “Las temperaturas sobre el océano podrían aumentar aún más en los próximos meses, ya que estamos viendo que la señal del fenómeno del Niño (NdeR: caracterizado por la fluctuación de las temperaturas y por cambios en la atmósfera) continúa emergiendo en el Pacífico ecuatorial”.
En segundo término, el Servicio de Cambio Climático Copernicus relevó que mayo de 2023 “fue el segundo mes de mayo más cálido a nivel mundial, menos de 0,1 °C más frío que el mayo más cálido registrado. Además, por tercera vez en 2023, la extensión del hielo marino antártico alcanzó un valor mínimo mensual récord para la época del año dentro del registro de datos satelitales”.
A su vez, desde el servicio de monitoreo de la UE citaron datos de Mercator Océan International, una institución especializada que reúne a expertos en oceanografía de Europa, que indican que, actualmente, “varias regiones como el Pacífico Norte, el Pacífico Sur oriental, el Atlántico norte y las áreas cercanas a Nueva Zelanda y Australia, están experimentando olas de calor marinas de moderadas a severas. A medida que nuestro clima continúa calentándose rápidamente, se establecen regularmente nuevos récords de temperatura”.
Según estos especialistas, “desde principios de abril de 2023, la temperatura media de la superficie del océano ha superado el récord anterior de 21°C (grados Celsius) establecido en 2016, alcanzando los 21,1°C. Este pico ha pasado y hay indicios de que las temperaturas vuelven a descender, siguiendo los ciclos estacionales”.
Para la ONU, “la elevación de las temperaturas supone un mayor riesgo para la pérdida irreversible de los ecosistemas costeros y marinos. En la actualidad, se ha observado una expansión de estos cambios, lo que incluye daños en los arrecifes de coral y los manglares que ayudan a conservar la vida oceánica, así como la migración de algunas especies a latitudes y altitudes superiores donde el agua podría estar más fresca”.
El organismo expone año a año su preocupación por el impacto del cambio climático en los océanos, ya que estos ”producen al menos el 50% del oxígeno del planeta, albergan la mayor parte de la biodiversidad de la tierra y son la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo”.
El cambio climático en el océano Antártico
Tal como mencionó el Servicio de Cambio Climático de la UE, la extensión del hielo de la Antártida llegó a un mínimo record en mayo. En ese tono, un estudio publicado semanas atrás en la revista Nature alertó que las condiciones actuales del Fenómeno del Niño podrían precipitar el derretimiento de estos hielos.
Tras analizar 31 modelos climáticos, los investigadores de la Agencia Científica del Gobierno de Australia postularon que los cambios en “El Niño” podrían derivar en una disminución de la temperatura de las aguas superficiales y en un incremento en la temperatura de las aguas submarinas del continente blanco. Wenju Cai, uno de los autores del trabajo, detalló: “Esta nueva investigación muestra que un fenómeno de El Niño más intenso puede acelerar el calentamiento de las aguas profundas de la plataforma antártica, haciendo que las plataformas y las capas de hielo se derritan más rápido”.
Infobae analizó los resultados de este estudio junto a Carlos Zotelo, licenciado en ciencias de la atmósfera del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS) del CONICET. “En caso de que el Fenómeno del Niño sea intenso, esto se traduciría en una disminución de la temperatura en las aguas superficiales, pero en un incremento térmico en las aguas profundas submarinas. Esto generaría que el deshielo se vaya dando desde abajo, derritiendo los mantos de hielo desde el océano mismo. De esta forma, se perdería mucho hielo que suele estar congelado tanto en invierno como en verano”, dijo Zotelo.
Y añadió: “Todavía no está claro si el Niño va a ser efectivamente más intenso; hay que esperar un poco más pero, en caso de que sea así, las aguas de la Antártida van a ser más cálidas. La biodiversidad de la Antártida (o de cualquier lugar) con alteraciones significativas del entorno puede sufrir las consecuencias. A veces son reversibles, porque puede tratarse de ciclos, pero en el caso específico del continente blanco, el problema es que si el deshielo es permanente, muchas especies se pueden ver afectadas”.
Por su parte, Alfredo Costa, licenciado en ciencias biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA), aportó: “La península antártica es la segunda región después del Ártico en donde más aumentó la temperatura media en los últimos 60 años. ¿Por qué aumenta la temperatura en zonas polares? Por algo que se llama amplificación polar: las superficies blancas reflejan la radiación solar, liberando energía de la Tierra hacia el espacio. Por el calentamiento global, hay glaciares que se derritieron o mar congelado que no se congela como antes, por lo tanto, la superficie blanca en las zonas polares se reduce y refleja menos radiación solar y absorbe más. Esto aumenta la temperatura del planeta y se genera un proceso de retroalimentación que influye en las zonas polares más que en otras regiones”.
HOY PY
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