En el tradicional Cordón de la Mentira también se pidió justicia por los crímenes cometidos en el pasado Gobierno de Jair Bolsonaro.
En Brasil, organizaciones cívicas, grupos de derechos humanos y colectivos, a lo que se sumaron cientos de ciudadanos, participaron en el tradicional Cordón de la Mentira para exigir justicia por los delitos cometidos por las fuerzas de seguridad durante la dictadura de 1964.
En el Día de la Mentira en Brasil, que coinciden con el inicio de la dictadura militar en 1964, que se prolongó por 20 años, miles de brasileños también exigen que se juzguen los crímenes durante el periodo presidencial de Jair Bolsonaro.
Se pide justicia por las muertes durante la pandemia de la Covid-19, que Bolsonaro negó, por los fallecidos de la etnia Yanomami, desatendida y condenada por el Gobierno anterior.
Además también se reclama no dar aministìa a los responsables de los decesos de la población que vive en extrema pobreza, cuya problemática se agudizó con el presidente ultraderechista.
Organizaciones diversas de la sociedad civil exigen justicia por los asesinatos cometidos durante la dictadura cívico militar en Sao Paulo, en particular en el centro clandestino de detención, tortura y asesinato, el llamado Centro de Operaciones de Defensa Interna, donde ahora funciona una comisaria.
Artistas y representantes de movimientos sociales como Mães de Maio (red de madres, familiares y amigos de víctimas de la violencia en Sao Paulo), el Movimiento de Familiares de las Víctimas de la Masacre de Paraisópolis, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST ), el Movimiento de los Trabajadores Sin Hogar (MTST) y un grupo de hinchas corintios antifascistas participaron en la marcha.
Con el lema “¿De verdad se amnistía a los uniformados fascistas genocidas?”, el desfile tuvo como lineamientos la lucha contra la violencia policial y el encarcelamiento masivo, además de la defensa de la democracia.
En el inicio del acto, actuaron grupos de teatro y movimientos de madres de jóvenes asesinados por policías, en Sao Paulo y Rio de Janeiro, tomaron la palabra, para levantar consignas, rendir homenaje y denunciar los hechos.
Algunos manifestantes también yacían en el estacionamiento de la comisaría, con sus cuerpos envueltos en bolsas negras de plástico, sobre pintura roja, para simbolizar las muertes provocadas por agentes del Ejército y la Policía.
Los manifestantes iniciaron el acto en una concentración realizada frente al antiguo DOI-Codi, en Vila Mariana, lugar donde los militares torturaron y asesinaron a los presos políticos, y continuaron hasta el Monumento das Bandeiras.
Al menos 8.000 brasileños pasaron por las celdas del mayor centro de tortura de São Paulo durante la dictadura militar.
En la calle Tutóia 921 hoy esta la Comisaría 36 del Distrito Policial de Paraíso –nombre del barrio-, donde apenas medio siglo antes el mismo lugar era llamado por los propios oficiales como la “sucursal del Infierno”.
Por otra parte, la Comisión de Amnistía, nombrada durante el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, para investigar las persecuciones durante la dictadura militar en Brasil, tendrá su primera sesión de juicio en vísperas del 59° aniversario del inicio del régimen militar, iniciado el 1 de abril de 1964 y duró 21 años, hasta 1985.
Los miembros de la comisión no reciben remuneración por la actividad realizada.
El colegiado decidirá sobre cuestiones que fueron negadas en gobiernos anteriores, principalmente en la gestión del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro. De 2019 a 2022, según el Gobierno de Lula, el 95% de las solicitudes de reparación analizadas por la Comisión de Amnistía fueron denegadas.
telesurtv.net
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