Santa Cruz tuvo un total de 10 mil casos y 35 fallecidos por dengue, colapsan los hospitales, no hay espacios ni médicos para atender a los enfermos. Los pacientes peregrinan por atención para sus niños.
Hasta la fecha se han registrado 10581 casos positivos de los cuales 268 son nuevos en esta 11va semana, aunque el pico más alto fue en la semana 7, ahora existe una desaceleración y ralentización del número de contagios a nivel urbano. Se tienen 35 casos de óbitos y 5 en estudio, es decir que son 40 fallecidos a causa del dengue, en el dpto. de Santa Cruz, así informó el jefe de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Carlos Hurtado.
Desesperación, impotencia y dolor, es el diario vivir de los padres al ver que sus hijos se baten entre la vida y la muerte por el dengue, los médicos hacen hasta lo imposible para abastecer a los pacientes que llegan cada día “estamos atendiendo un paciente tras de otro, no hay tiempo ni para alimentarnos porque siguen llegando” dice uno de los ellos, pues son los mismos médicos quienes están pidiendo por favor que se los colabore, tanto ellos como las enfermeras están haciendo todo lo que pueden y lo que esté a su alcance.
Se cuenta con un solo hospital de niños para más de 3 millones de habitantes, Ruth Aguilera, vocera de FASIRME, dice que eso es una inequidad, que está sucediendo lo mismo que con el covid, la falta de infraestructura y de personal es el mayor problema; le dice al viceministro que deje de mentir, ya que desde el 2017 no manda un solo ítem normal a Santa Cruz, los únicos que llegan son para campañas políticas que se distribuyen en poblaciones más pequeñas a cambio de fines políticos, siendo esto malversación de fondos. “Soy madre y es desesperante estar con niños y llamar a tu colega de 3er nivel y decirle: por favor se me está muriendo, está con sangrado y que respondan: qué querés que te dé si no tengo camas, ni camillas, te daré un pedacito de pasillo”, dice también “los auxiliares tienen que estar lambuceando (bombeando respiración manualmente las 24h), 17 niños han muerto, se están yendo nuestros angelitos, nuestro futuro! ¿Si esto no es colapso, entonces qué es?” Menciona con voz entrecortada.
Pide a las autoridades que hagan su trabajo. Agarrando un ejemplo al azar, en el hospital de la Pampa de Isla, hay 2 pediatras por turno y ellos deben atender consultas externas, partos, terapia intensiva, lambuceantes, internación, laboratorio, ecografías y partirse para todo lo que se necesite porque no se abastece; si normalmente hay bastantes internados por diferentes motivos de salud, ahora la situación es más alarmante porque no hay insumos, infraestructura ni una mínima de comodidad, niños siendo atendidos en el piso sobre un cartón con una sábana y sin embargo en otra área del mismo hospital tienen camillas amontonadas que tienen prohibido usar pues la excusa que le dan a los médicos es que se debe pagar a la empresa del mantenimiento y como no están al día, es imposible hacer uso de ellas, además, cuando no tienen luz, las enfermeras colocan sueros y utilizan la linterna de sus teléfonos para poder iluminarse.
*No hay espacio, no hay recursos, no hay medicamentos, no hay personal, no hay insumos, y el precio de un sistema de salud al borde del colapso, lo paga la población y en algunos casos lamentables, el costo llega a ser con su vida. Pacientes en los corredores, familias durmiendo en las calles para poder conseguir una ficha y si con suerte la obtienen, es para ser atendido en medio del hacinamiento, la situación es insostenible a tal punto que diario se ve a padres de familia, con lágrimas en los ojos pidiendo a las autoridades que se pongan la mano al pecho ya que los que sufren son los niños, quienes se han visto más afectados ante esta enfermedad.
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