Un primer parto siendo joven o la aparición de la menstruación a una edad más temprana pueden estar vinculados con la presencia de patologías e insuficiencias cardíacas, además de accidentes cerebrovasculares.
Un nuevo estudio, dirigido por investigadores del Imperial College London, proporciona evidencia de una relación causal entre los factores específicos del sexo y las enfermedades cardiovasculares en las mujeres, e identifica formas potenciales de mediar este mayor riesgo.
Es el análisis más completo hasta la fecha de los factores reproductivos específicos de las mujeres y sus vínculos con una variedad de enfermedades cardiovasculares, incluida la fibrilación auricular (frecuencia cardíaca irregular), enfermedad cardíaca coronaria, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular. Los investigadores esperan que ayude a los médicos a comprender y monitorear mejor los factores de riesgo de las mujeres e intervenir cuando corresponda.
Investigadores del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones de Imperial, la Universidad de Cambridge y la Escuela de Salud Pública de Yale analizaron datos genéticos relacionados con la edad de las mujeres en el primer parto, el número de nacidos vivos, la edad del primer período (menarca) y la edad de la menopausia. También analizaron estudios previos que involucraron a más de 100.000 mujeres.
La investigación observacional ha identificado previamente que algunos factores reproductivos están asociados con enfermedades cardiovasculares en las mujeres en la vejez, pero dichos estudios son limitados ya que no han podido respaldar una relación causal. Todas sus conclusiones acaban de publicarse en el Journal of the American Heart Association.
Mediante el uso de una técnica estadística llamada Mendelian Randomization, los investigadores pudieron mostrar un vínculo entre los genes que predicen los factores reproductivos y el riesgo de múltiples enfermedades cardiovasculares.
Este tipo de análisis permite a los investigadores eliminar el ruido de factores como la dieta, la situación económica y los niveles de actividad física que, de lo contrario, pueden complicar el panorama general, por lo que apunta a vínculos causales.
Los investigadores también encontraron que gran parte del aumento del riesgo de menarca temprana se debió a que las mujeres tenían un índice de masa corporal (IMC) más alto. Esto significa que reducir el IMC de una persona podría ayudar a reducir este riesgo.
El mayor riesgo de un primer parto más temprano podría limitarse en parte actuando sobre los factores de riesgo cardiometabólicos tradicionales, como el IMC, el colesterol alto y la presión arterial alta.
Maddalena Ardissino, autora principal del estudio, perteneciente al Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres, señaló: “A menudo se caracteriza erróneamente a las mujeres como de bajo riesgo de enfermedad cardiovascular, lo que lleva a retrasos en el diagnóstico. Incluso cuando se les diagnostica, tienden a recibir un tratamiento menos específico que los hombres”.
“Este estudio -continuó- muestra un vínculo claro entre los factores reproductivos y las enfermedades cardiovasculares. Esto no significa que las mujeres deban preocuparse si tuvieron su período o un primer parto a una edad temprana. Nuestra investigación muestra que el riesgo adicional de enfermedad cardiovascular se puede minimizar si los factores de riesgo tradicionales como el IMC y la presión arterial están bien controlados. Estos hallazgos resaltan la necesidad de que los médicos controlen de cerca estos factores de riesgo en las mujeres e intervengan cuando sea necesario”.
El corazón femenino
Fu Siong Ng, otro de los autores principales del estudio, del equipo del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres, afirmó: “muchos de los estudios previos sobre enfermedades cardiovasculares se han centrado en los hombres, pero nuestra investigación muestra que hay factores específicos del sexo que influyen en el riesgo para las mujeres”.
Según el experto, “si bien no podemos decir exactamente cuánto aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular, nuestro estudio muestra que la historia reproductiva es importante y apunta hacia un impacto causal. Necesitamos entender más sobre estos factores para asegurarnos de que las mujeres reciban la mejor atención posible”.
Los profesionales acotaron en su documento que se necesita más investigación para comprender el alcance de la relación entre los factores reproductivos y el riesgo de enfermedad cardiovascular, como también entender si existe una relación lineal o no lineal entre un factor y un mayor riesgo.
La enfermedad cardiovascular a menudo se ha considerado una enfermedad masculina, ya que los hombres tienen más probabilidades de desarrollarla a una edad más temprana que las mujeres. Sin embargo, este grupo de enfermedades es un problema grave para las mujeres.
La investigación realizada por la British Heart Foundation ha demostrado que la enfermedad coronaria mata a más del doble de mujeres que el cáncer de mama cada año. La idea errónea de que las enfermedades cardiovasculares afectan principalmente a los hombres les está costando a las mujeres su salud e incluso sus vidas.
“Es fundamental que las mujeres estén empoderadas con el conocimiento de lo que podría ponerlas en mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o derrames cerebrales en el futuro”, agregó Fu Siong Ng.
Y concluyó: “Esto incluye los riesgos bien conocidos que afectan a todos, pero para las mujeres, puede haber factores de riesgo adicionales de sus años reproductivos para agregar a la lista. Si vamos a salvar más vidas de mujeres, preguntar sobre los períodos y el embarazo debe ser una rutina al evaluar el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular de cada mujer”.
infobae.com
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