Según el informe del sistema de monitoreo, en la cuenca alta prácticamente todos los niveles del río Pilcomayo se mantienen estables y en bajante.
En tanto, en Villamontes, Bolivia, en fecha 18 de enero se tuvo una bajante de 0,77 metros, mientras que en Misión La Paz-Pozo Hondo, las aguas llegaron a 3,16 metros, muy por debajo de lo habitual para esta época del año.
En el bañado La Estrella, Argentina, el agua avanza lentamente, ya pasó la zona de Fortín Soledad, aunque aún no cubre toda su superficie.
Mientras tanto, en la zona del Fortín General Díaz, departamento de Presidente Hayes, el río se mantiene estable con 2,30 metros, así como en el puente del km 6,3 donde llegó a medir 2,80 metros de profundidad, en ambos casos considerados niveles bajos.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que las actuales condiciones del Pilcomayo se deben a la falta de lluvias importantes en Bolivia. En este sentido, se tuvo una situación crítica desde finales de la primavera debido a este factor.
Desde mediados de diciembre comenzó a llover y eso dio un respiro, reactivando nuevamente los canales de Argentina y aumentando en cierta medida su caudal en Paraguay. Sin embargo, no llovió lo suficiente y los niveles siguen estando por debajo de las medias históricas.
Según las perspectivas de los expertos en la materia, a partir de febrero volverían las precipitaciones con normalidad, cortando así el ciclo de La Niña, pero recién en abril se vería esto reflejado en el río Pilcomayo.
Hay que remarcar que la sequía que se tiene actualmente es histórica a nivel mundial.
La Niña tiende a registrar lluvias por debajo de lo normal y es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical en los vientos, la presión y las precipitaciones.
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