Se trata de uno de los trastornos digestivos más frecuentes en el mundo, resalta la institución. Cómo detectarlo, qué factores de riesgo pueden impulsar la patología y cuáles son los tratamientos.
Cuando hablamos de reflujo gastroesofágico, estamos haciendo referencia a uno de los trastornos digestivos más comunes en el mundo. ¿Cuándo se produce? Cuando el reflujo ácido del estómago retrocede con frecuencia hacia el esófago, que conecta a la boca con el estómago. Este retroceso, sostenido en tiempo, puede irritar los revestimientos de este tubo muscular y causar la mencionada enfermedad.
La mayoría de los pacientes puede controlar esta patología con cambios en el estilo de vida y, llegado el caso, con medicamentos recetados por un profesional. A su vez, otras personas pueden precisar una cirugía para aliviar los síntomas, pero esto es poco habitual.
Desde el prestigioso centro de salud británico Mayo Clinic profundizaron sobre esta patología, y alertaron que no se trata únicamente de una sensación de acidez. “La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce cuando el ácido y los químicos dañan el revestimiento del esófago. Algunas personas que padecen esta patología podrían sentir un bulto en la garganta, tener dificultad para tragar, dolor de pecho, tos o síntomas tipo asma que pueden empeorar”, advirtió James East, uno de los gastroenterólogos de la institución, mediante un comunicado.
En segundo término, East añadió: “Las complicaciones de la enfermedad por reflujo incluyen esofagitis e inflamación en la porción inferior del esófago. Si esto persiste, la persona puede desarrollar cicatrices y constricción o estrechamiento del esófago. Si esto persiste y se cura, el revestimiento del esófago puede cambiar y presentar una forma más resistente al ácido, lo que se conoce como esófago de Barrett, una complicación muy común de la enfermedad por reflujo”.
El esófago de Barrett al que hizo alusión East es una afección en la que el revestimiento del esófago se daña a causa del reflujo de ácido gástrico. Esto provoca que el revestimiento se engrose y tenga un color rojizo. Con el tiempo, la válvula que se encuentra entre el esófago y el estómago puede empezar a fallar y, de esta manera, el ácido y los químicos dañan el revestimiento de este tubo muscular. “En algunas personas, esta situación podría causar un cambio en las células que se encuentran en la porción inferior del esófago y provocar, así, el esófago de Barrett”, señalaron desde Mayo Clinic.
Si bien la acidez estomacal puede ser una de las señales, muchas personas que padecen esófago de Barrett no presentan síntomas. Según postularon en el comunicado, quienes presentan mayor riesgo de padecer esta patología son los hombres de piel blanca mayores de 50 años; quienes tienen antecedentes familiares de esófago de Barrett o cáncer de esófago; los fumadores; quienes presentan exceso de grasa abdominal; y quienes sufren síntomas de reflujo que daten de más de cinco años.
“Si una persona presenta tres de esos factores de riesgo, entonces debe someterse a una endoscopía de detección para descartar que padezca esófago de Barrett”, sumó East. El examen para detectar esta dolencia consiste en introducir desde la garganta un tubo delgado con una cámara en el extremo, llamado endoscopio, para buscar señales de cambio en el tejido del esófago. Posteriormente, se suele realizar una biopsia del tejido extraído para confirmar el diagnóstico. Es importante aclarar que un resultado positivo en estos exámenes no quiere decir que aumente el riesgo de desarrollar cáncer de esófago.
“Aunque el riesgo de cáncer sea mínimo, es importante que quienes padecen esófago de Barrett se realicen exámenes médicos frecuentes para controlar que no haya células precancerosas”, indicó East. Y agregó: “El esófago de Barrett afecta a entre el 10% y el 15% de las personas que padecen enfermedad por reflujo: casi 1 de cada 200 pacientes con esófago de Barrett desarrollarán adenocarcinoma (cáncer) de esófago por año”.
De acuerdo a la explicación del gastroenterólogo, “el estómago está bien diseñado para enfrentar condiciones altamente ácidas. Sin embargo, el esófago no está diseñado para manejar el ácido. Por lo tanto, cuando el ácido regresa, ese reflujo ácido daña las células y las reemplaza con células más resistentes al ácido que provoca el esófago de Barrett”.
Para finalizar, el experto precisó que existen “tratamientos innovadores y medicamentos para la enfermedad por reflujo, como inhibidores de la bomba de protones. En principio, se deben evitar los desencadenantes como el café, el alcohol y fumar. Y si una persona presenta enfermedad por reflujo grave o frecuente, debe consultar con un médico”.
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