La Presidencia colombiana explicó en una serie de trinos la importancia de renovar la flota de bombarderos.
Una intensa polémica sobre la compra de aviones cazas franceses fue respondida por el presidente colombiano, Gustavo Petro, que aclaró en sus redes que no serán adquiridos con recursos de la recién sancionada reforma tributaria.
Distintos sectores políticos han criticado la negociación abierta con Francia para la compra de los aviones de combate Dassault Rafale. Los opiniones apuntan a que esos recursos deberían ser destinados a inversión social, salud y educación.
Frente a las críticas, el mandatario colombiano aclaró en un trino que los recursos obtenidos por la reforma tributaria, que se propone recaudar 20 billones de pesos (unos 3.900 millones de dólares) de 2023 a 2026, no serán destinados para las aeronaves. Además, expresó que tampoco se utilizará el dinero de la inversión social para pagar los cazas polivalentes.
“Las prioridades de mi gobierno son y serán la reforma agraria, hambre cero, la educación superior gratuita, el bienestar de las madres cabeza de hogar y los jóvenes del país”, escribió.
La respuesta de la Presidencia
En un extenso hilo publicado en la cuenta de la Presidencia, se respondió a los cuestionamientos sobre la negociación, que aún no ha sido cerrada, y se precisó que si se consuma, los desembolsos se empezarán a hacer dentro de cinco años.
El pasado 17 de diciembre, Petro se refirió a la necesidad de renovar la flota de aviones de combate en el país suramericano durante la ceremonia de ascenso de 42 generales y almirantes de las Fuerzas Militares, recoge Cambio.
En esa oportunidad, el presidente colombiano dijo que debían cambiarse los aviones Kfir, de origen israelí. “Una decisión que tendrá un costo billonario y estratégico que las esposas de los actuales pilotos me lo van a agradecer mucho”, agregó.
En el texto de la Presidencia se afirma que “el proceso de renovación de la flota de superioridad aérea es un asunto de soberanía nacional, lucha contra el crimen organizado e interdicción aérea“.
Según estos trinos, la flota actual tiene más de 42 años de uso, de los cuales, 30 han transcurrido en Colombia.
El país suramericano, precisa el Ejecutivo, es “prácticamente, el único operador de aeronaves Kfir”, lo que implica que como no se producen más de esos cazabombarderos ni sus repuestos, haya “una capacidad insostenible”, que hace que volar en esas condiciones sea costoso y riesgoso.
“Con la flota actual se han presentado cuatro accidentes. No basta tener pilotos con actitud, entrega y determinación, sino también aparatos adecuados y modernos para evitar estos incidentes”, dice el escrito.
Para el Gobierno colombiano, el estado actual de las aeronaves, fabricadas en los años 70, “dificultan las acciones para garantizar la interdicción aérea, la lucha contra el crimen organizado y la soberanía nacional”.
Los aviones franceses
Para Bogotá, la propuesta de los aviones Dassault Rafale “es una de las mejores en precio, eficiencia y operatividad“. Según los datos que presenta la Presidencia, “una hora de vuelo de un avión Rafale es 30 % más barata que la de un Kfir”, estimada en 89 millones de pesos (18.620 dólares).
Del mismo modo, se asegura que “aún no hay contratos firmados” y que esta negociación es “la continuación de un proceso que se inició hace 12 años, a través del Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea Colombiana”.
Con respecto al costo de estos cazas franceses, se estima que alcanzan los 15 billones de pesos (unos 3,1 millones de dólares) y no 26 billones de pesos (5,4 millones de dólares), “como se ha dicho de manera errónea”.
Asimismo, se pide no “confundir” el proceso de renovación de los Kfir “con el contrato que está en ejecución desde el año 2021 para la adquisición de aviones de entrenamiento”.
“Tanto para el presidente, como para el ministro de Defensa, Iván Velásquez, es importante dejar unas Fuerzas Militares fortalecidas, modernas y con capacidades, no para la guerra, sino para garantizar la soberanía nacional y la seguridad ciudadana”, finaliza el texto.
Las críticas
En las redes sociales, varias figuras de la vida política nacional manifestaron su descontento, aún sin que fuera tomada la decisión.
El exsenador y columnista Jorge Enrique Robledo publicó en su cuenta de Twitter que “Petro engaña y ofende la inteligencia de los colombianos” cuando asevera que no se invertirán recursos de la reforma tributaria en los aviones.
Por su parte, la miembro de la Cámara de Representantes por la Alianza Verde, Katherine Miranda, dijo que la “prioridad deben ser los programas sociales y de educación”.
En la misma línea, Claudia Carrasquilla Minami, excandidata al Senado por el partido de origen uribista Cambio Radical, se preguntó en un trino sobre el origen de los recursos. “Nos dijeron que estábamos quebrados como país”, escribió.
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