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Dom. Nov 24th, 2024
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Tener un amigo que pasa pidiéndote dinero prestado como si fueras su banco es el pan de cada día.

 

¿Es fácil construir una amistad? Según la psicología a veces es igual o más complicado que tener una relación amorosa estable, pero si algo es bien sabido, es que es más difícil consolidar una amistad que terminarla. Y qué caótico sería que entre la ruptura haya plata de por medio.

En Cartagena, son muchos los ciudadanos que entran en discordia con ‘el compadre’ o ‘la comadre’ por líos y enredos de dinero, préstamos de los cuales termina enterándose toda la cuadra, y lo que había sido una linda amistad se torna oscura hasta que se crea una barrera de apatía, y todo por no saber cómo manejar con sabiduría este tipo de situaciones.

Hay diferentes formas de actuar ante la impotencia de un amigo que no quiere pagarte. Algunos se callan por vergüenza, otros son insistentes y hay otro grupo que se queja con terceros para aliviar ese trago amargo, desconociendo que quejarse no sirve de nada, ya que probablemente no seas el único al que le deben, así que cobrar ese dinero es la única opción. Hoy te ilustraremos.

El inicio de un gran problema silencioso

Una amiga te llamó llorando, devastada porque necesitaba una plata urgente, de vida o muerte. Tú, con todo el gusto del mundo y dejándote llevar por tu corazón, le hiciste la transferencia con el dinero que tanto necesitaba. Te alegró mucho ver ese mensaje de “amiga, eres la mejor. De verdad que eres incondicional”.

El problema no es ella, sino tú, porque ahora te da pena cobrarle para no perder la amistad; sin embargo, necesitas el dinero y te sientes entre la espada y la pared. Saca lápiz y papel, y anota las siguientes recomendaciones.

¡Deja la pena!

Pasarte de buena gente no es sano y es porque precisamente estás llegando a un punto de sacrificio en el que la persona más perjudicada acabarías siendo tú. Debes dejar de lado la timidez y con la misma facilidad con la que abriste Nequi para transferirle la plata que le prestaste, es la misma con la que debes decirle sin rodeos. “Necesito que por favor me pagues lo que me debes”.

Y hay que aclarar en cómo le pedirás que te pague, no tienes que rogarle o pedirlo como un favor, porque tú ya le hiciste uno y ahora le toca cumplir con su parte del trato.

Recuérdale a cada rato que los necesitas

¿Le crees el cuento que no te paga porque no se acuerda? Suele haber casos donde la persona está muy distraída y simplemente se le olvida que debe pagarte el dinero que te debe, pero tampoco faltan los malintencionados que lo hacen a propósito porque tu actitud les hace pensar que no los necesitas.

Pregúntale primero que cuándo le pagan y una vez tengas la fecha no olvides hablarle dos días antes, recordándole que ya pronto llega el día en el que esperas que te regrese el dinero. Esto será de gran ayuda, ya que tendrá en mente que una parte de su dinero no será para gastar sino para pagarle a quien le ayudó en un momento de necesidad.

Desde que le prestas, háblale claro

No le restes valor a tu esfuerzo diciendo “págame cuando puedas” porque esas palabras son prácticamente equivalentes a un “no me los pagues y déjalo así”, y lo peor es que el ciclo se repetirá y nuevamente volverá a usarte de cajero para más favores.

Lo ideal es que le des una fecha factible para que te pueda pagar, pero sin que tú tengas que recurrir a ajustar tu presupuesto del mes solo porque te falta ese dinero que te dijo que enviaría.

¿Todo bien en casa?

Negocio es negocio y amistad es amistad. Desde el principio las reglas deben quedar claras, pregúntale si te va a pagar todo o si lo hará por cuotas, es mejor que no te lleves sorpresas después.

Pregúntale que si todo está bien, recuerda que también está de por medio la amistad. Puede que los estados en Instagram se deban a una invitación, o puede que se haya quedado sin trabajo y le esté yendo peor. Esto no quiere decir que no te pagará, sino que probablemente le pida prestado a medio mundo mientras encuentra un trabajo para poder pagarte en algún momento.

Si de ningunas formas te pagó, aplica la del restaurante

Nada de irte a los pleitos físicos, una forma inteligente es pedirle que salgan a comer y antes de que traigan la cuenta te despides diciéndole que no puedes pagar, pero que se lo encargas y que con eso queda saldada la deuda. Es una forma prudente y educada de recuperar tu gasto.

Y no es tan malo para tu amigo, porque si la cuenta dio menos de lo que te debe, se sentirá aliviado.

Sergio David Pérez Montañez
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