A pocos días de una cumbre de presidentes del Mercosur que lo tendrá como anfitrión, el uruguayo Luis Lacalle Pou avanza como locomotora en la intención de mejorar la inserción comercial de su país en el mundo.
El viernes pasado reunió a los líderes de los mayores partidos políticos del país -sus socios en el gobierno y el izquierdista Frente Amplio- y le puso fecha a la presentación de la carta de adhesión al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico: 1° de diciembre de 2022.
Uruguay ejerce en este segundo semestre del año la presidencia rotativa del bloque sudamericano y la traspasará a Argentina el 6 de diciembre, en una cumbre de jefes de Estado.
Bajo clima mundialista, las reuniones técnicas y ministeriales preparatorias se iniciarán ese mismo 1°, cuando sesionará la Comisión de Comercio del Mercosur.
- El anuncio de Lacalle Pou augura discusiones acaloradas en los salones del Edificio Mercosur, un exhotel frente a la rambla de Montevideo reconvertido en sede administrativa del bloque.
Acompañado por el canciller, Francisco Bustillo, el presidente reunió en la Torre Ejecutiva a cinco dirigentes de primera línea para contarles que el próximo 1° de diciembre su gobierno formalizará el pedido de entrada de Uruguay al acuerdo Transpacífico, una decisión que él mismo había adelantado en octubre pero sin precisar una fecha.
En el encuentro participaron Pablo Iturralde, presidente del Partido Nacional -al que pertenece Lacalle Pou, Adrián Peña (ministro de Ambiente) y Ope Pasquet (presidente de la Cámara de Diputados), ambos del Partido Colorado, Pablo Mieres (ministro de Trabajo) como líder del Partido Independiente, y Guillermo Domenech, senador y titular de Cabildo Abierto, todas colectividades que, junto al minoritario Partido de la Gente, integran el actual oficialismo oriental. También asistió el presidente del opositor Frente Amplio, Fernando Pereira.
Además del propósito de sumarse a este tratado firmado en 2016 y al que al día de hoy adhieren 11 países (Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam), Uruguay está por empezar una negociación comercial con China y pretende hacerlo también con Turquía.
El Gobierno de Lacalle Pou ha pedido flexibilidad al Mercosur para poder discutir acuerdos de este tipo sin sus socios, por fuera del formato que se conoce como “4+1”, una postura que encuentra resistencias políticas y jurídicas de parte, principalmente, de Argentina.
“Lo más importante es que Uruguay sigue marcando un agenda de apertura ante un Mercosur que venía un poco paralizado por muchos años. Se planteó lo de China, lo de Turquía, ahora se planteó esto”, respaldó Iturralde en declaraciones a los periodistas a la salida del encuentro.
También el frenteamplista Pereira se mostró abierto a subirse al tren de Lacalle Pou. “Es un buen gesto del Gobierno transferirle al Frente Amplio la información que tiene y la decisión que tomó, y luego el Frente Amplio tiene que discutirlo en sus organismos formales” para tomar postura, señaló Pereira. Dijo, de todos modos, que espera que Lacalle Pou sea “muy cuidadoso del Mercosur” ya que, “admitiendo que está en un muy mal momento, hay que fortalecerlo para que esa plataforma le permita Uruguay llevar sus productos y también su inteligencia el resto del mundo”.
En la reunión solo hubo “una serie de comentarios del presidente, una serie de comentarios del canciller y luego un pequeño intercambio de preguntas”, dijo Pereira, pero no se compartió el contenido de la carta de adhesión u otros informes. “Luego necesitamos los documentos que acreditan ventajas comparativas para Uruguay”, añadió el político opositor.
Ismael Grau / El Economista
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