Desde hace casi dos meses, la familia del joven paisa Alan Garzón Ramírez no da crédito a que su muchacho, de 21 años, haya muerto en medio del exilio que tenía en Alemania, donde se refugió luego de recibir amenazas.
El 20 de enero de 2019, Alan salió a marchar en Medellín para rechazar toda forma de violencia tras el atentado del ELN a la Escuela General Santander de la Policía. Ese día vistió una camiseta que decía “No a la guerra de Duque-Uribe”. Esto causó la ira de varios asistentes a la misma que mal interpretaron el acto como un insulto contra el gobierno uribista de ese momento.
En videos de esa fecha se ve cómo un grupo de personas no solo insultan a Alan sino que lo abofetean y lo ultrajan incluso en presencia de la Policía. Los agentes, en vez de proteger al joven (que en ese entonces tenía 17 años), fueron denunciados en su momento porque lo sacaron de la manifestación dejándolo a su suerte.
Fue en el parque de San Antonio que un anciano con camiseta de la selección Colombia y gorra azul amenazó de muerte a Alan gritándole “¡Te quitás esa camiseta o te ‘pelamos’!”.
Alan a un costado de la manifestación de enero de 2019 mientras otras personas le gritaban insultos. FOTO: Julio César Herrera.
“No me dio miedo salir porque en los medios dijeron que no iba a ser una marcha con tintes políticos. Al final solo vi dos personas con carteles que hablaban de las muertes de líderes sociales y ya”, contó Alan tiempo después.
Sin embargo, tras la marcha, las amenazas contra la vida de Alan siguieron llegando, incluso a su casa en el barrio Buenos Aires. “Le dejaban mensajes anónimos, y hasta le dejaron una nota amenazante fuera de la casa”, contó una allegada.
Exilio en solitario
Por esto, Alan, con 18 años casi recién cumplidos, tuvo que salir solo huyendo a Alemania.
Según narraron sus parientes, pese al peligro que corría no contó con apoyo de ninguna autoridad colombiana. Fue un amigo quien le prestó la plata para los pasajes. Desde el 5 de noviembre de 2019, y ya estando en el país europeo, debió realizar por su cuenta los trámites para solicitar asilo político el cual obtuvo posteriormente.
Desde entonces Alan se estableció en el vecindario de Vinnhorst de la ciudad de Hannover, en el estado de Baja Sajonia. Según su familia, durante su estancia, Alan se dedicó a trabajar en un restaurante a la vez que estudiaba para ser chef. Como a todos los que añoran la tierra, en algunas ocasiones la lejanía le pasaba factura.
“Él a veces llamaba como aburrido, sobre todo cuando ya iba a entrar el invierno allá. Eso le daba depresión. Pero acá lo animábamos diciéndole que esperara que una prima iba a ir para estar con él”, narró otra familiar que de cariño se refiere a Garzón como “el Niño”.
Su desaparición
Sin embargo, una mala noticia llegó a la familia desde Alemania en octubre pasado, pues una allegada a él les indicó que Alan –quien el 5 de noviembre ajustaba tres años de exiliado– había desaparecido.
“Una amiga de Alan fue la que nos avisó que no se sabía de él hacía ocho días. Por eso avisamos al consulado para que nos diera información y días después nos dijeron que lo habían hallado”, contó una tercera familiar a EL COLOMBIANO.
De acuerdo con los reportes de la prensa de Hannover, Alan fue visto por última vez por sus amigos la noche del 23 de septiembre al norte de la ciudad.
“Después de una fiesta (también se habla de un partido), unos amigos lo acompañaron a su auto de camino a casa. Sin embargo, se fue y se alejó en una dirección desconocida”, se lee en T-online.
Desde entonces Alan se hallaba desaparecido hasta que el 11 de octubre unos recolectores de hongos encontraron un cadáver masculino en el vecino bosque de Mecklenheider, distrito de Nordhafen. Al parecer, la muerte se habría producido el 25 de septiembre, pero no se especificó cómo sucedió.
“Luego de una autopsia y un análisis de ADN en medicina legal, queda claro que se trata del joven de 21 años de nacionalidad colombiana Alan Andrés G.R.”, indicó el medio Bild.
Dudas de la familia
Sin embargo, lo dicho por las autoridades alemanas no deja tranquilos a los familiares de Alan pues una amiga suya les juró que ella había hablado en una estación del metro con el joven el 27 de septiembre.
“Ella dice que él le demostró que estaba bien anímicamente. Pero cuando fue a declarar a la Policía y pidió que revisaran las cámaras del Metro, no ‘le pararon bolas’”, dijo otra familiar.
La familia tiene dudas sobre si el cuerpo hallado es el de Alan y por eso ha solicitado que les envíen evidencias fehacientes, toda vez que –como informó la Cancillería el 16 de octubre– la Policía local cerró las investigaciones de su búsqueda y muerte ya que según indicaron “hay ausencia de factores externos que pudieran haber contribuido al deceso”, eufemismo para decir que Alan se habría suicidado.
La familia de Garzón pasa por un momento difícil y triste pues la intolerancia de unos (de los que se desconoce si fueron investigados por la justicia) llevó al exilio a este joven.
“Todavía no creemos que ‘el Niño’ se haya quitado la vida porque él era muy alegre, y tenía muchas ganas de irse para ayudarnos y para salir adelante. Él tuvo que irse a buscar un futuro y vea lo que se encontró”, se lamentaR- El Colombiano
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