Dios charla con Satanás, Job calla ante la adversidad, la agresividad de su esposa, “discursos” tontos de tres grandes amigos.
Debo confesar que es mucho más agradable analizar la comunicación en otros libros, pero aquí nos encontramos con una narrativa trágica, y realmente una comunicación disparatada entre varios de los participantes.
Dios charlando con Satanás, el silencio de Job ante la adversidad, la agresividad de una mujer y los “discursos” tontos de sus 3 mejores amigos; ¿cómo no quedar perplejo?
Según algunos teólogos es el libro más antiguo de la Biblia, en un contexto de la Mesopotamia tal vez anterior a Moisés. Sea como sea nunca encontré una muy buena explicación en la conversación entre Dios y Satanás, aunque tal vez luego de la caída de Eva y Adán podríamos decir que Dios siempre buscó vindicar la fidelidad de ciertos hijos suyos ante la adversidad. ¡Y que gran adversidad! Perder todos tus bienes, perder a todos tus hijos y perder la salud… y seguir confiando en Dios. Tal vez el autor de Hebreos (cap. 11) olvidó incluir entre los héroes de la fe a Job.
Al morir sus hijos Job cae al suelo en actitud de adoración y dice: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!” (1.20,21).
En 2.9 cuando a Job le toma una de las peores enfermedades en la cultura oriental (tal vez algo parecido a la lepra) la esposa le dice: “¿Todavía mantienes firme tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!”… Cada cosa que dicen a veces las mujeres…
A partir de la visita de los amigos de Job: Eliafaz, Bildad y Zofar, comienzan llorando, rasgándose las vestiduras y arrojando polvo y ceniza sobre la cabeza y 7 días de silencio. Pero en el capítulo 3 comienzan a hablar, a discursear, pero ojalá se hubieran quedado simplemente callados.
Escuché de un predicador que en griego existen dos maneras de hablar:
1) Laleo (hablar pensando conscientemente) y
2) Batologueo (hablar sin pensar, repetir como habla un loro).
No he podido determinar si en Hebreo existen estas diferencias; pero evidentemente estos amigos optaron por la 2. Se pasaron hablando tonterías y estupideces…
He escuchado predicaciones utilizando algunas palabras que parecen de “sabiduría” de estos “amigos”, pero evidentemente eran simplemente repeticiones de refranes de la sabiduría mesopotámica, pero totalmente fuera de contexto. Ustedes pueden leer los capítulos 3 al 37, y realmente dijeron todo lo que nunca un amigo verdadero debería decir. Eran puro insinuaciones y acusaciones de que todo lo que había pasado era simplemente por culpa de Job.
No creo que la mejor manera de acompañar a una víctima sea tratar de victimizar al mismo/a.
Solo por mencionar algunos aspectos, lo que hicieron fue juzgar a Job, llamándolo:
necio, malvado, incrédulo, infiel, irreverente, impío, inicuo, insensato, hipócrita, mentiroso, vanidoso, altanero, avaro, charlatán, arrogante, engañador, rebelde, corrupto, ladrón, asesino, adúltero… ¡PECADOR!
Tal vez ud. me dice, bueno, pero era todo un lenguaje “metafórico”. Pero Job evidentemente entendió perfectamente la literalidad. Lo admirable es que no haya tomado un arma y matara a sus “amigos”. Bueno, hoy también pasan cosas como estas cuando algún fundamentalista toma el púlpito y toma 40 o más minutos a decir estas palabras a sus oyentes; o en alguna “visita pastoral” de alguien a quién, sea como sea, quiere lograr hacerlo sentir mal.
Entre los discursos de “los amigos” Job trata de dar algún tipo de defensa, pero con un espíritu de paz, reivindicando a Dios y confirmando su fe en la voluntad y el propósito de Dios.
Me gustan algunos versículos:
“Pero el Señor es soberano, ¿quién puede hacerlo desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace. Hará conmigo lo que ha determinado; todo lo que tiene pensado lo realizará” (22:13-14); “Yo sé que mi Redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte. Y cuando mi piel haya sido destruida, todavía veré a Dios con mis propios ojos. Yo mismo espero verlo; espero ser yo quién lo vea, y no otro. ¡Este anhelo me consume las entrañas!” (19:25-27). Es increíble la fe de este hombre Job.
Tal vez este libro debería enseñarnos sobre cómo no realizar un acompañamiento en momentos de crisis. Fuera de broma, a mí como paciente bipolar, en medio de mis crisis algunos “amigos” me han dicho algunas cosas parecidas, pero bueno, hay que mantener la calma como Job y tratar de evitar un contacto tan largo con personas tóxicas.
Finalmente en los capítulos 38 al 41 vemos la intervención de Dios, su sabiduría, su comunicación contundente, y una reflexión a pensar en cada cosa que decimos o pensamos acerca de su soberanía y amor.
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