Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Bolivia es el tercer país más endeudado de América Latina, después de Venezuela y Brasil, seguido por El Salvador y Argentina, con datos a la gestión 2021.
La ONU ha pedido a las instituciones financieras internacionales aliviar la deuda pública de varios países de América Latina y el Caribe, proporcionando condiciones más favorables de financiamiento para generar un “impulso masivo” en dichas economías.
El pedido ha sido hecho por el propio secretario general de la ONU, António Guterres, durante el periodo de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que se celebra en Buenos Aires, Argentina. Pero, ¿qué tan viable es ese pedido y qué tan endeudados están los países de la región?
“Es un pedido legítimo y viable. Guterres ha tomado en cuenta, seguramente, que si en la región queremos mitigar la pobreza, las desigualdades, y necesitamos políticas climáticas urgentes, a los países, con el presupuesto actual, no les va a alcanzar para pagar deudas”, afirma en entrevista con DW el economista y analista político mexicano Mario Campa.
Según las últimas cifras del FMI (ver gráfico), Venezuela es el país de la región con la deuda más alta, con un 307 por ciento en relación con su Producto Bruto Interno (PIB), seguido por Brasil (91,9%) y Bolivia (86,1%). En el último lugar se ubica Guatemala, que tiene una deuda del 30,6 por ciento en relación con su PIB. Para poder tener estos parámetros de comparación, explica el experto Campa, se toma la deuda pública, también denominada deuda soberana, y se divide entre el tamaño de la economía. Para ello, generalmente, se utiliza el PIB.
Los antecedentes del déficit
Durante la pandemia hubo muchas economías latinoamericanas que expandieron el gasto fiscal para incrementar sus gastos sociales. Entre ellas, tres en particular: “Colombia, Chile y Brasil gastaban más de lo que les ingresaba, a pesar de que son economías bastante grandes. Pero, por otro lado, también están países como Argentina y Ecuador que ahora tienen importantes deudas con el FMI, y también son de las economías que están pagando más sobrecargos por alargar el pago”, explica Campa.
Debido a ello, algunos países están introduciendo ahora presupuestos mucho más austeros, como ya lo ha hecho Gabriel Boric en Chile. Además, a causa de la actual inflación, están subiendo rápidamente las tasas de interés de los bancos centrales, como en Colombia, donde incluso Gustavo Petro se ha quejado de la política de dicha institución de su país. “De este modo, se está dando una combinación de un gasto fiscal más apretado con políticas monetarias en muchos casos ya restrictivas. Esto está llevando a que toda la región vaya a registrar tasas de crecimiento más reducidas. De ahí el llamado de Guterres”, asegura el experto mexicano.
Pero ya dos semanas antes del pedido de Guterres, un informe del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) advirtió que 54 países, en los que viven más de la mitad de las personas más pobres del mundo y que incluyen a diez naciones latinoamericanas, necesitan un alivio urgente. Si no se logra una reestructuración de la deuda, según el organismo, se producirá un importante aumento de la pobreza y no se materializarán inversiones fundamentales para protegerse del cambio climático. Entre los países de la región que aparecen en dicha lista están Argentina, Venezuela, Cuba, Ecuador, El Salvador y Haití.
Alternativas para reestructurar deudas
“Es un llamado al FMI, al Banco Mundial o al BID para que, en primer lugar, expandan su cartera de proyectos o también para flexibilizar la forma de cómo se está otorgando créditos, redireccionar recursos a países más necesitados y también atender las necesidades del cambio climático”, comenta el economista Campa. Sobre si los países de la región tendrían la capacidad para aplicar los “mecanismos de alivio”, propuestos por Guterres, como “canjes de deuda por proyectos de adaptación del clima”, el experto cree que esto sí sería posible.
“Lo único que falta es voluntad política. Pero tiene que ser una política pareja para todas todas las regiones del mundo y no únicamente para algunos países”, subraya el economista. Más que nada, agrega, “se tiene que diseñar un marco institucional, de tal forma que cualquier país que esté dispuesto a entrar a hacer este tipo de inversiones pueda recibir ese tipo de tratamiento”.
A pesar de que, en América Latina, muchas economías han regresado a una situación pre-pandemia, el experto Campa sugiere cautela, porque países desarrollados están registrando caídas de crecimiento del PIB, como Estados Unidos o el Reino Unido. “En nuestra región, Brasil, sorprendentemente está creciendo levemente. El caso de México es un poco raro porque se está distanciando de Estados Unidos, pero eso tiene que ver con el turismo, que se está recuperando, como ocurre también en Italia o Francia. Chile tiene la ventaja, al igual que Perú, de que durante mucho tiempo fueron países con muy poca deuda”, sostiene Campa.
Según el experto, los países de la región que necesitan ayuda más urgente para la reestructuración de su deuda o, quizá, la eliminación de los sobrecargos, son Argentina y Ecuador, que además tienen problemas de inflación. “Por otro lado, en Venezuela probablemente cayó el PIB y por eso la deuda se volvió mucho más alta” en comparación con ese parámetro, explica Campa, agregando que “el país es muy dependiente de las sanciones estadounidenses”.
hoybolivia.com
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