Los lujos son señal de que el Gobierno no tiene control sobre las cárceles. Esto obliga a los presos a no denunciar abusos e incluso asociarse a una banda.
Globos, música, pastel, mariachi, licor y hasta juegos pirotécnicos dan cuenta de las grandes celebraciones que hacen los capos de las cárceles en Ecuador.
Un ejemplo de esto quedó evidenciado cuando se viralizaron las fotos de los cumpleaños de José Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito‘, líder de la banda los Choneros.
En la cárcel Regional de Guayaquil ‘Fito’ no solo vive su juerga, sino que cuenta con seguridad. Tampoco está obligado a vestirse con el reglamentario uniforme naranja que se entrega a los internos de los centros carcelarios del país. El puede usar el ‘outfit’ que más le parezca.
Aunque las autoridades aseguran tener el control de las cárceles. Se conoce que a los festejos de los capos de las grandes bandas criminales del país ingresan grupos musicales e incluso las novias de los reos.
En octubre de 2021, se conoció que la esposa de ‘Fito’ pasó cinco días en la cárcel. Ingresó vestida con un uniforme de guía penitenciaria. Pero ese no es el único caso.
Seguridad y vías libres
Leandro Norero, fundador de los Chone Killers e identificado como financista de bandas narco criminales también contaba con privilegios como estar en el pabellón transitorio de la cárcel de Cotopaxi. Esto se daba a pesar de que los delitos por los que se lo investigaba (tráfico ilícito de armas, lavado de activos y financiamiento para la producción o tráfico ilícito de drogas) daban para ubicarlo en el área de máxima seguridad.
Norero, alias el ‘Patrón’, tenía además un grupo de escoltas, conformado por al menos 20 presos. Este ‘cuerpo de élite’ aparecía incluso cuando él tenía audiencias telemáticas.
Lo irónico es que a ninguna autoridad se le hizo extraño que un preso se conectara vía zoom, ante órganos de Justicia, con otros reos a su alrededor cuando, en teoría, deberían estar en sus celdas o vigilados por agentes carcelarios.
Se conoce que el ‘Patrón’, quien fue asesinado el 3 de octubre de 2022, fue traslado junto con sus custodios al pabellón de máxima seguridad, aunque esto requiere de un proceso administrativo y legal que, evidentemente, no se cumplió.
No habría sido la primera vez, pues Norero habría estado fungiendo como mediador de bandas criminales. Sin embargo, una emboscada habría acabado con su vida y la de varios de sus custodios, la mayoría de ellos, con sentencia por sicariato.
Pagos a funcionarios
En un informe, con el diagnóstico de diciembre de 2021 a marzo de 2022, la Comisión de Diálogo Penitenciario
Identificó que la CIDH entrevistó a Adolfo Macías alias ‘Fito’ y Junior Roldán ‘JR’, líderes de los Choneros, que han formado otras dos subestructuras: los Fatales y los Águilas.
La CIDH reportó que por la vestimenta, variada y en mejor estado, hay “líderes que cuentan con un trato diferenciado y preferente por las autoridades”.
Estos beneficios son conocidos por reos, que no se sabe si comen tres veces al día, como lo reconoció el SNAI. Estos, según el coronel Mario Pazmiño, exjefe de inteligencia del Ejército, son factores que promueven la disidencia y, por ende, un camino truncado hacia cárceles sin violencia.
En el caso de ‘JR’ se conoce que él comercializa todo, incluso el agua.
Pazmiño detalla que esto es un reflejo de que el control absoluto de las cárceles es de los capos de las bandas criminales. Hay a quienes inclusive no les interesa salir de prisión “porque tienen comodidades y, de salir, podrían exponerse como lo hizo (José Luis Zambrano), alias ‘rasquiña’, líder de los Choneros, asesinado en Manta”.
Nadie reporta nada
Los lujos son bien conocidos por quienes son parte del sistema carcelario. Sin embargo, nadie reporta nada.
En las cárceles se han visto fiestas con juegos pirotécnicos y hasta piscinas. Hay inclusive celdas que cuentan con televisores y están amobladas.
Pazmiño señala que una señal de la corrupción es la falta de reportes sobre estos detalles.
En el informe, la Comisión señaló que la corrupción de las cárceles está en todos los niveles. Al menos el 10% de funcionarios que trabaja en el sistema penitenciario recibiría algún tipo de pago de las bandas criminales.
En el informe se señala que “la corrupción, como violencia estructural, coexiste en diferentes instituciones del Estado relacionadas directamente con la problemática carcelaria: el Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI), la Policía y la Función Judicial”.
Informe de ONU confirma el poder de las bandas
Expertos de la ONU sobre el crimen de la tortura dijeron que la grave crisis en el sistema penitenciario de Ecuador se debe al abandono del Estado de estos recintos y al autogobierno que se ha gestado en su interior, que han quedado en parte bajo el dominio de organizaciones criminales.
Cuatro miembros del Subcomité para la Prevención de la Tortura de la ONU visitaron Ecuador entre el 25 de septiembre y el 1 de octubre para indagar sobre las razones de los motines que se suceden desde 2020 en ese país y que han provocado cerca de 450 muertes.
Según los expertos, algunos espacios en las cárceles ecuatorianas «son autogestionados por detenidos que son miembros de organizaciones criminales».
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