La reciente incautación en Brasil de 1,2 toneladas de cocaína proveniente de Bolivia, el violento asesinato sin resolver de cuatro personas en el municipio cruceño de San Matías, zona identificada con intensa actividad del tráfico ilícito de drogas, y las 95 naves secuestradas al narcotráfico este año por el Gobierno, encienden las alertas por el incremento del narcotráfico en Bolivia.
En contraste, el presidente de Bolivia, Luis Arce, en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) defendió el “modelo” boliviano de lucha contra las drogas, lo calificó como “positivo” y planteó la “regionalización de la lucha contra el narcotráfico” mediante un trabajo conjunto entre Colombia y Perú con un “enfoque integral menos militarizado y más económicamente social”.
Realidad
Dos expertos en el tema, Emilio Rodas, exviceministro de Régimen Interior, y Jorge Santistevan, coronel retirado del Ejército y abogado, exponen un escenario que enciende las alarmas sobre el incremento del narcotráfico en Bolivia e identifican cuatro factores: la presencia internacional y nacional de cárteles de droga, la compra de propiedades en la Chiquitania por extranjeros ligados al narcotráfico, una zona roja entre la Chiquitania y el Chaco donde el tráfico ilícito de drogas es cotidiano y la poca presencia del Estado en la amplia región fronteriza con Brasil.
“(El narcotráfico) es una preocupación constante en la Chiquitania, incluso la propia Fiscalía brasileña en su momento ha puesto en evidencia que hay una expansión del PCC (Primer Comando de la Capital) especialmente en la zona de la frontera boliviana adquiriendo terrenos para construir toda una plataforma logística para el tráfico de drogas a Brasil y Europa. Esto se puede constatar porque hay una creciente presencia de brasileños en la zona que adquieren propiedades de manera permanente dedicadas a la actividad agrícola ganadera, algunas de ellas con tres o cuatro pistas de aterrizaje más de lo normal”, afirmó Rodas a Página Siete.
Con la compra de las extensas propiedades en este sector también se realiza el “lavado de dinero” y se establecen canales de comunicación logística que facilitan el tráfico de drogas a nivel internacional.
“En la zona chiquitana con las provincias San Miguel de Velasco, Ñuflo de Chávez, Chiquitos, Germán Busch o Ángel Sandoval que son muy extensas, facilitan un tránsito difícil de controlar. No es solamente tomar en cuenta el lavado de dinero sino la articulación de una plataforma logística que comunica toda la zona de producción de droga con los mercados brasileños y su proyección a la exportación de Europa y Asia”, refirió Rodas. A esto se suma la “poca presencia del Estado en la extensa región (…) No hay ningún control”.
A estos factores, el abogado Santistevan identifica no sólo la presencia del PCC en Bolivia, sino la actividad de por lo menos tres cárteles internacionales junto a sus similares bolivianos. Cita al Comando Vermelho de Brasil y a Sinaloa de México entre otros e identifica a los grupos mexicanos con una “presencia más fuerte en el país” por su poder económico.
“El PCC tiene presencia predominante en Santa Cruz en la provincia Ángel Sandoval y su capital San Matías y la provincia Cordillera, y se extiende hacia la provincia Gran Chaco de Tarija hasta Ibibobo, al sur. Al otro extremo, al este de Santa Cruz con Roboré y San José de Chiquitos. El vértice de esos dos puntos es la localidad de Cabezas con la que se forma un triángulo donde existe gran cantidad de droga y la presencia del PCC con cárteles bolivianos que realizan el tráfico de drogas por vía aérea, ruta que parte desde Perú pasa por Bolivia, Paraguay, hasta Uruguay y Brasil. Ésa es la gran ruta del narcotráfico”, indicó Santistevan.
Mientras el transporte de drogas es preferentemente por vía aérea, el traslado de precursores químicos para la fabricación de droga es por vía fluvial por la cuenca amazónica y carreteras.
Otro aspecto que destacó en este escenario el jurista Santistevan son los violentos asesinatos que se registran en la zona, como ejemplo, los cuatro asesinatos de San Matías entre el 10 y 12 de septiembre, uno de ellos, calcinado. Cada forma de acabar con la vida lleva un mensaje implícito.
“Las características de los sicariatos son: cuando son quemados los cuerpos es porque han traicionado a la organización, han vendido información a la Policía o autoridades y han sido descubiertos. También hay ejecuciones y son aquellos que no cumplen con el negocio y si éste no salió bien y alguien se perjudica, el sicario va y ejecuta a la persona por instrucciones superiores. Son modos de eliminar personas según el hecho que cometen dentro de ese mundo delictivo”, explicó Santistevan.
Informe oficial
Según el informe oficial del Órgano Ejecutivo, en un balance general de los nueves meses de enero al 22 de septiembre de este año, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico en sus operativos antidrogas se incautó de 142 toneladas de marihuana, 15,8 toneladas de cocaína entre pasta base y clorhidrato de cocaína.
En cuanto a naves el Gobierno secuestró 91 avionetas y cuatro helicópteros, se destruyeron 55 pistas clandestinas usadas por organizaciones criminales. Asimismo, se destruyeron 17 laboratorios de cristalización, 21 laboratorios de reciclaje y 404 fábricas de pasta base de cocaína. “En lo que va de la presente gestión ya hemos aprehendido 2.520 personas ligadas a delitos vinculados al narcotráfico”, indicó el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo.
Página Siete
- TravelgateX irrumpe en Latinoamérica con una propuesta de valor innovadora - 18 de julio de 2024
- INCOMUNICADOS: El Gobierno de Milei dió rienda suelta a los aumentos en internet, cable y celular. - 27 de junio de 2024
- Por qué las fuertes nevadas y lluvias podrían contribuir a generar terremotos, según expertos del MIT - 10 de mayo de 2024